Reinaré en España
La promesa del Sagrado Corazón de Jesús a España no puede ser más elocuente.
El próximo domingo, los obispos españoles, con el Presidente de la Conferencia Episcopal a la cabeza, el Cardenal Rouco Varela, se nos convoca al Cerro de los Ángeles para una Misa Pontifical, que será Acto de Renovación de la Consagración de España al Sagrado Corazón. No tengo que recordar lo importante que es en un momento como este.
En un contexto político en el que se busca mayoritariamente el relegar a la esfera privada el hecho religioso (sobre todo el Cristiano), y en una sociedad de masas embobada por los medios de comunicación, cómplices tantas veces de esa “laicización silenciosa” que se hace desde la esfera de poder, esta es una de las situaciones en la que un Católico se diferencia del “católico social” que asiste a los oficios por inercia o por folklore. Ante una presión nada “social” la tibieza no tiene la menor cabida posible.
El 30 de mayo de 1919, Alfonso XIII pronunciaba estas “estas preciosas y significativas palabras", como relataba el P. Remigio Vilariño, S.J, como Acto de Consagración.
Corazón de Jesús Sacramentado, Corazón del Dios Hombre, Redentor del mundo, Rey de reyes y Señor de los que dominan:
España, pueblo de tu herencia y de tus predilecciones, se postra hoy reverente ante este trono de tus bondades que para Ti se alza en el centro de la Península. Todas las razas que la habitan, todas las regiones que la integran, han constituido, en la sucesión de los siglos y a través de comunes azares y mutuas lealtades, esta gran Patria española, fuerte y constante en el amor a la Religión y en su adhesión a la Monarquía.
Sintiendo la tradición católica de la realeza española, y continuando gozosos la historia de su fe y de su devoción a Vuestra Divina Persona, confesamos que Vos vinisteis a la tierra a establecer el reino de Dios en la paz de las almas redimidas por vuestra sangre y en la dicha de los pueblos que se rijan por vuestra santa Ley; reconocemos que tenéis por blasón de vuestra divinidad conceder participación de vuestro poder a los príncipes de la tierra y que de Vos reciben eficacia y sanción todas las leyes justas, en cuyo cumplimiento estriba el imperio del orden y de la paz. Vos sois el camino seguro que conduce a la posesión de la vida eterna, luz inextinguible que alumbra los entendimientos para que conozcan la verdad y principio propulsor de toda vida y de todo legítimo progreso social, afianzándose en Vos y en el poderío y suavidad de vuestra gracia todas las virtudes y heroísmos que elevan y hermosean el alma.
Venga, pues, a nosotros tu Santísimo Reino, que es Reino de justicia y de amor. Reinad en los corazones de los hombres, en el seno de los hogares, en la inteligencia de los sabios, en las aulas de la ciencia y de las letras y en nuestras leyes e instituciones patrias.
Gracias, Señor, por habernos librado misericordiosamente de la común desgracia de la guerra, que tantos pueblos ha desangrado; continuad con nosotros la obra de vuestra amorosa providencia.
Desde estas alturas que para Vos hemos escogido como símbolo del deseo que nos anima de que presidáis todas nuestras empresas, bendecid a los pobres, a los obreros, a los proletarios todos, para que en la pacífica armonía de todas las clases sociales encuentren justicia y caridad que haga más suave su vida, más llevadero su trabajo. Bendecid al Ejército y a la Marina, brazos armados de la Patria, para que en la lealtad de su disciplina y en el valor de sus armas sean siempre salvaguardia de la nación y defensa del Derecho. Bendecidnos a todos los que, aquí reunidos en la cordialidad de unos mismos santos amores de la Religión y de la Patria, queremos consagraros nuestra vida, pidiéndoos como premio de ella el morir en la seguridad de vuestro amor y en el regalado seno de vuestro Corazón adorable.
Amén.
Hace 90 años, Escribía la crónica de aquel acto el sacerdote jesuita que hemos nombrado. Se dispusieron entonces 3.000 sillas. Me aventuro a decir que, si acompaña el tiempo, y Dios provee, seremos muchos más los que acudamos.
Fotos originales: Aquí.
10 comentarios
Ese lugar, donde Alfonso XIII consagró España al Sagrado Corazón, cosa que le costó el Trono (por no ingresar en la masonería y por lo anterior)es el Centro de España, bello y emblemático y con espacio más que suficiente.
¡Qué se le va a hacer!. Nuestra CEE, esa que pide el voto para el PP abortista (¿y el PSOe?, ya que ¡no hay que votar a partidos pequeños! , en frase/consigna de Mons. Rouco), es ansín
Por cierto, habrá que ver cuántos y cuáles obispos asisten el día 21 al Cerro
De todas formas, para sitios raros, la Canonización de la Madre Maravillas y otros santos en COLÓN. Sin embargo lo normal y corriente es que las beatificaciones y canonizaciones se hagan en la Plaza de San Pedro.
Otra cosa es la Consagración al Sagrado Corazón, que se hace en el centro de España porque es la que se consagra. Hacer una lectura electoralista me parece que no es correcto, vaya.
Aquí, una visión diferente:
http://www.carlismo.es/modules.php?name=News&file=article&sid=224
Por lo visto, D. José Bono tiene que ir a comulgar a Vallecas...
Y, hombre, si quiere una postura que pueda respetar más que la mia, le remito al Comunicado de CTC:
Los carlistas, en la Consagración de España al Corazón de Jesús. Nota de la Secretaría General.
Tal como estaba anunciado numerosos carlistas procedentes de diversas regiones españolas, encabezados por varios miembros de la Junta de Gobierno de la Comunión, han participado en los actos de Renovación de la Consagración de España al Corazón de Jesús que tuvo lugar ayer, domingo, en el Cerro de los Angeles (Getafe).
Obedeciendo las indicaciones de los organizadores, la CTC renunció a dar, en tanto que grupo político, público testimonio de su adhesión a esta convocatoria. A cambio hemos procurado la presencia en la misma de decenas de banderas de España con el Sagrado Corazón. Estas banderas, que fueron acogidas con entusiasmo por los asistentes, simbolizan el sentido de la verdadera Consagración de España que además de personal es social y comunitaria tal como expresa la Consagración leída por don Alfonso (XIII) que ahora se ha renovado: "Reinad en los corazones de los hombres, en el seno de los hogares, en la inteligencia de los sabios, en las aulas de la Ciencia y de las Letras, y en nuestras leyes e instituciones patrias."
Independientemente de las personas que hayan protagonizado en cada momento histórico este acto de Consagración de España (don Alfonso en 1919, Francisco Franco en 1965 o la Conferencia Episcopal en 2009) los carlistas asumen como propio, y trasladan a su ámbito propio que es el político, el compromiso de trabajar sin descanso por la aceleración del Reinado Social de Jesucristo: la Civilización del Amor".
Vamos que hay tradicionalistas que no piensan como usted...
No va a confundir al personal. Su IP es 83.45, etc... tradicionalista, jotajota, o Uno de la CTC?
No pongo en tela de juicio lo que escribe, pero haga usted el favor de ceñirse a un nick. Da la impresión que quiere hacer creer que aquí escriben ventitantos, y no es el caso. Haga usted el favor.
Copio comentario también en el último post. Liantes, los justos.
El que decide que sus comentarios son Spam y que van derechitos a la papelera. Casi conservo este por reirme un rato, pero pa' qué...
Los comentarios están cerrados para esta publicación.