No escarmientan estos medios
La prensa generalista sigue en sus trece. Luego los periódicos se preguntan por qué se mueren, pero está claro que si vendes opinión manipulada en vez de información, que si lo que buscas es engañar a tus lectores en vez de darles la verdad, te encuentras con que las cifras de ventas son inversamente proporcionales a la cizaña que siembras. Bien pagados.
La Vanguardia va y hace un cortapega torticero de la reseña del El libro Sexo con alma y cuerpo, escrito por el obispo de San Sebastián, José Ignacio Munilla, y la experta en educación de la afectividad Begoña Ruiz. Pues bien, se da el caso que Don José Ignacio no es un obispo nacionalista, cosa que sí era Monseñor Setién, emérito de la sede, y que no pierde ocasión de dejar el episcopado a la altura de Judas Iscariote. Pues como la Vanguardia ya exhibe orgullosa sus patrióticas y catalanistas ideas, Munilla es enemigo a abatir.
Haciendo pues un ejercicio de la más chapucera manipulación, con ánimo de vilipendiar la imagen del prelado vasco, se acusa a este de decir joyas como “las mujeres durante la menstruación se sienten obligadas a limpiar” y cosas por el estilo… Y el lector de la Vanguardia (y otros periódicos que rebotan la patraña, cual muro de Facebook) a cuadros.
Puede ser que la prensa española, que antaño hacía gala de sus normas deontológicas haya asumido finalmente su rol de mercenario, en este ocaso de la profesión en nuestro país. Puede ser que hayamos terminado por vender nuestra alma al servicio de unas ideas, cuando primeramente el periodista se debe a la Verdad.
Y me incluyo porque yo también soy parte de ese saco. Cuando un periodista firma esta clase de cosas, aunque se escude en el anonimato de la “redacción” está perjudicando no solo a la credibilidad de su medio, sino a toda la profesión. Eso aparte de ser una práctica deleznable, por supuesto.
“La verdad os hará libres”. Parecen palabras exclusivamente pronunciadas para los futuros cronistas, para aquellos que, teniendo un conocimiento, tendrían el deber de transmitirlo a la sociedad. ¿En qué clase de mentirosos nos están convirtiendo prácticas como estas?
Más aún. Si nosotros fallamos en nuestro deber de informar, no pretendamos tener una sociedad de hombres libres, puesto que seremos esclavos de las mentiras que les vendamos. Es probablemente por eso que la sociedad da más y más la espalda a la información, y se dedica más al entretenimiento. Sabes que no es verdad, en eso nadie te está engañando.
Mientras tanto la prensa languidece, presa de sus propias intenciones. Gracias, pues, a todos aquellos que pusieron su granito de arena para lograrlo.
+Pax et bonum+
Miguel Vinuesa
18 comentarios
Es que se lo ha puesto a huevo a algunos, oiga. Y es que en ciertos sectores muy conservadores de la Iglesia parece que en los últimos tiempos hay una competición tácita para ver quién dice la parida más gorda o la tontería más grande.
Y no lo dudes. Los periódicos no están persiguiendo al obispo: se están riendo de él directamente, sabedores de que mucho de lo que dice en ese libro tiene muy poco que ver con el Evangelio y mucho con ideología, con prácticas que hasta los sacerdotes realizan porque son humanos, y con una visión de la sexualidad pobre, enfermiza y distorsionada. Es que mueve a risa, para ser francos. Casi a chiste.
Nota del B. Seguimos sin leernos el libro, pero por insultar que no quede, no? No vuelva usted por aqui, haga el favor. No entrará otro comentario suyo.
¿Por qué no miras lo que les pasó a André Frossard y a Manuel García Morente? Ambos ateos y con experiencias místicas que yo, católica de toda la vida, nunca he tenido.
Que sí, hombre, que sí que el obispo puede hablar de sexo y los ateos pueden tener experiencias místicas. Otra cosa es que después de la experiencia dejen de ser ateos, pero antes de ella eran ateos y no estaban pensando en Dios para nada, por eso sus libros se titulan "Dios existe, yo me lo encontré" y "El hecho extraordinario", respectivamente. Uno se encontró a Dios cuando no lo buscaba y al otro le sucedió un hecho extraordinario que describe lo mejor que puede porque por algo era catedrático y neokantiano.
Por último, he leído varias reseñas de "Sexo con cuerpo y alma", en esencia parece una elaboración sobre la castidad según el Catecismo de la Iglesia Católica. Yo hubiera preferido "La virtud de la castidad", "Mente pura en cuerpo puro", o, simplemente "¿Qué es la castidad?" . Con títulos semejantes quizás le hubiera regalado uno a mi hija. Sin embargo, entiendo que "sexo" es mucho más atrayente en un título que castidad ¿Por qué será? ¿Manipulación de los medios?
Espero que Jesús Hermida tuviera fe en Dios y su destino sea estar junto al Padre por toda la eternidad. Que en Gloria esté.
Una cosa es que se den orientaciones generales, que para un cristiano son innegociables, la honestidad, la honradez (pureza se decía antes), la fidelidad, el no hacer un idolo del hedonismo o placer, la dignidad humana ante todo.............pero cuando descendemos a los detalles personales, concretos, donde hay muchas fuerzas y factores en juego, la cosa se complica bastante.
No quiero poner ejemplos concretos porque sería para escribir una novela o dos, pero os aseguro que la problemática en este campo (como en la moral social y económica) es muy complicada y me da la impresión de que se hacen discursos generales o se difunden recetas doctrinales demasiado simples para casos que tienen mucha "miga".
Nota del B. "es que desde hace tiempo me choca que gente célibe adoctrine" Es muy sencillo: la doctrina no ha cambiado, pero el creciente distanciamiento entre el mundo y Cristo hace que el primero rechace lo que su Iglesia lleva predicando (no adoctrinando) 2.000 años.
¿Que la doctrina no ha cambiado desde hace 2000 años?
Lo que no ha cambiado ha sido la predicación del Evangelio, que ha sido es y será siempre el mismo.
Pero las cuestiones morales su problemática y las respuestas a ellas por supuesto que han cambiado; ¿no era un pecado mortal en la Edad Media e incluso antes la usura, es decir, prestar dinero con interés? Eso se veía como una auténtica idolatría del dinero, inadmisible para un cristiano. ¿Sigue siendo pecado mortal que un banco te preste dinero con interés? ¿Que cambio se dió pues?
Los apóstoles y posteriormente los Padres de la Iglesia no tocaban temas como los métodos anticonceptivos, masturbación, aunque sí condenaban la fornicación y el adulterio como pecado grave.
O sea, que eso de que la doctrina moral ha sido siempre la misma, intocable y monolítica no es real.
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