Iglesia Ficción o el Código Francisco

Nada tiene que ver, por supuesto, que la Iglesia hace ya tiempo que defiende la transparencia completa en casos de pedofilia, y que tanto los obispos como Roma se comprometen a que los sacerdotes que incurran en esos delitos sean juzgados. No. A por don Javier Martinez, que además era Rouquista, y ya se sabe la urticaria que le tenía el periodista al Cardenal Arzobispo emérito de Madrid.

Yo hasta le sugeriría un título, y a cambio solo pido una mención en el prólogo, que eso de los royalties es muy complicado: El Código Francisco, donde podemos dibujar a lo largo de 800 páginas para abrir boca a un Papa sitiado por los malvados roucos, que a lo mejor hasta podemos presentar como come-niños y adoradores de vampiros (como no poner vampiros en un best-seller, hombre ¡Con lo de moda que está Crepúsculo!).

Pero como todo el mundo sabe, menos a lo mejor GRR Martin, el bien triunfa siempre y los roucos son prejubilados, y el Papa termina de cañas con Pablo Iglesias y un apuesto y melenudo periodista. Ya se sabe, un Cameo por aquí, una licencia poética por allá…

En todo caso, bastante más fama y menos dolores de cabeza reportaría al ya mentado periodista dedicarse abiertamente a la ficción, género que domina como pocos en el gremio, y dejarnos a nobis quoque peccatoribus el relato de la actualidad en la Iglesia.

Que después de librarse del Némesis aquí parece que no sabemos quien echarnos como enemigo, y eso ya raya un poco el patetismo. Hay que saber bajarse a tiempo.

Como addenda, lo que ha puesto hoy D. José Luis Restán en su muro de Facebook y un post de un blog que no menciono con frecuencia y debería de Religión en Libertad. Vamos que nos tienen contentos, oiga.