Leones cobardes

Empieza a ser una constante en la política española y de allende nuestras fronteras: en cuanto se jubila, un político católico empieza a cantar las verdades de su reencontrado credo. No habría estado mal hacerlo en activo, claro, pero eso habría supuesto el sentarse en lo que Forges llamaba el “sillón del ostrascismo”…

Esta vez ha sido Francisco Vázquez (aka Paco Vázquez), antiguo alcalde socialista de La Coruña y hasta 2011 embajador en Santa Sede por sus méritos de “católico en el PSOE", pero antes fue el parroquiano de Entrevías Pepe Bono, la conversión “espectacular” del laborista Tony Blair, o las consideraciones de José María Aznar de que hizo “lo que pudo” contra el aborto en sus dos legislaturas o la tendencia a “trabajar desde el partido” de don Jaime Mayor Oreja, al que su partido aprecia tanto que lo ha mandado lo más lejos posible… Claro, que la mayoría de católicos todavía cree que hay un partido “mejor” en cuanto a respetar a la Iglesia se refiere. Así nos va.

No me malinterpreten, soy el primero que se alegra de que alguien medianamente influyente en la vida política tenga estos “prontos” de amor a la Iglesia. Y si es un personaje de cierta coherencia en sus tendencias, como ha sido don Paco, por mi perfecto. Ya era hora de que a una estrella menguante, pero muy crecida, como es la de Jauregui, le pusiera en vereda alguien de su partido. Eso sólo evidencia el ruido de sables que puede haber en la calle Ferraz si su actual Líder Supremo fracasa el próximo 20-N.

Lo que me fastidia es que ese tipo de frases siempre vienen en boca de los “ex“. ex-presidentes, ex-ministros, ex…patriados. No hay ni uno que acumule un cargo, aunque sea de líder de la oposición, que diga “pues yo voy a llevar un gobierno acorde con la doctrina social de la Iglesia porque creo firmemente que será un gobierno que respete al Ser Humano en toda su expresión", y con eso se incluye la vida y lo que allende los pirineos han llamado “laicidad positiva”, que es un más o menos “yo no seré católico, pero no te doy coces a todas horas” que es lo que se ha propuesto el PSOE. Tampoco ese concepto es perfecto, pero ya es un progreso frente a la confrontación continua.

Veremos a ver si voces como la de Vázquez empiezan a ser más frecuentes en la política. Por lo menos, la española. No me hago ilusiones, pero ya sería hora de que de la Iglesia surgiesen políticos llamados no sólo a la coherencia, sino además con una firme convicción en sus principios, que defenderán por encima de siglas. Y eso, creo yo, no puede ser solo un reflejo de pertenencia, ni siquiera a algo tan bueno como es la Iglesia, sino el fruto de una vida interior cultivada, rica en doctrina -no solo “vivencial"-, que permita estar bien formado frente a las muchas críticas que nos hacen a los católicos.

En la perseverancia es donde se encuentra la virtud.

+Pax et Bonum+