La oportunidad de los Uniatas
Tengo un amigo en Buenos Aires, de los que me quedan de los años que viví allí, que comparte conmigo el interés por Europa del Este, y concretamente por la liturgia bizantina, que en Madrid podemos conocer en la Parroquia del Buen Suceso. Pues bien, hace una semana los Uniatas, que son antiguos ortodoxos que volvieron a la Comunión con la Santa Sede, eligieron nuevo Arzobispo, Su Beatitud Sviatoslav Shevchuk, que era anteriormente el obispo uniata en Argentina, donde hay una comunidad notable.
Me llama la atención su juventud. 40 años, nada más. Juan Pablo II, cuando fue elegido Papa, lo fue con 52, y ya parecía joven. Sin duda, el haber sido nombrado a tamaña responsabilidad con esa edad es un claro signo de la valía de Mons. Shevchuk. Puedo estar tranquilo, desde lo poco que lo conozco, por las amistades que compartimos en tierras Argentinas, eso sí.
La tarea del nuevo Arzobispo es titánica, desde luego. Me gustaría profundizar sobre el tema en post sucesivos, pero hay que darse cuenta de que el Este, y el territorio de los Uniatas no es excepción, ha sufrido más durante las décadas post-soviéticas que bajo el propio yugo comunista.
Durante la era soviética, que para Ucrania empezó pronto (Polonia, aunque mayoritariamente católica, tiene población Uniata), la persecución era más o menos explícita. Los bolcheviques no se andaban con chiquitas y la vida bajo un régimen totalitario que mató a muchos millones de personas no debe ser fácil. Dios nos libre de experimentarlo.
Ahora bien, ¿Qué decir del mundo actual? La persecución sigue estando allí, pero es mucho más velada e insidiosa. Y en una parte del mundo privada de libertad, cuando ésta llega con lo bueno y con lo malo, suele ser lo primero lo que paga el precio por ella. Con la democracia en los países del Este llegó la apostasía, por un estilo de vida “occidental", que sin embargo se ha abrazado como la panacea allí.
Así tenemos una juventud que poco tiene que envidiar a sus coetáneos de Europa occidental. Con una educación paupérrima y donde el alcoholismo, la fornicación y la “fiessshta” es lo único que interesa. Con el agravante que si en Occidente esto se desató en mayo del 68 ya del todo, allí no se han podido generar “anticuerpos". Es triste decir que Ucrania gana por goleada a todos sus vecinos en el número de víctimas del SIDA, por ejemplo. En ese país el 1,3% de la población está afectada por la pandemia, y sigue subiendo. Es el porcentaje más alto de toda Europa.
Mons. Shevchuk hereda pues el timón de una Iglesia en la encrucijada, en la que tiene tiempo de sobra de obrar. Ojalá Dios le asista, y tengamos un (necesario) pulmón de la Iglesia vibrante, que ayude al cuerpo místico de la Iglesia a mantenerse firme frente a los terribles envites del mundo, cada vez más degenerado.
Buena suerte, Monseñor. Cuenta usted con el mísero regalo que son mis oraciones.
+Pax et Bonum+
15 comentarios
Que nadie menosprecie tu juventud. Procura, en cambio, ser para los creyentes modelo en la palabra, en el comportamiento, en la caridad, en la fe, en la pureza.
A medida del nuevo arzobispo.
Siempre me ha conmovido lo dura que es la realidad para algunos cristianos, por ejemplo, la que le correspondió a Karol W. durante su juventud en Polonia. Me conmueve Asia Bibi y tantos otros cristianos que mientras estoy durmiendo plácidamente están poniendo en riesgo sus vidas por el mero hecho de hacer públicamente cualquier gesto que hago yo con tanta naturalidad a cualquier hora del día.
Dios sabe lo que hace porque con lo flaco que tengo el carácter y lo inútil que soy para que me restrinjan mi libertad quizá ya hubiera muerto por haber armado un berrinche.
Oh, Dios, gracias por mostrarnos con estos hombres y mujeres la estatura del ser humano. Acompáñalos siempre. No los sueltes nunca de tu mano.
Gracias, Miki.
un dato nada más, pero JPII tenía 58 cuando fue electo Sumo Pontífice.
Probablemente el Cardenal Rivera actúa de tal modo para no dejar desatendida una parte de su rebaño. Que todo tenga que pasar por el Rito Romano creo que es discutible, porque la diversidad de ritos no hace daño, siempre y cuando sean lícitos.
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