Genau, frau Merkel
Tengo un amigo alemán que siempre que le menciono lo del Islam en países europeos me hace la misma broma: “Tenemos que quedar a quedar en un sitio típico alemán. ¿Conoces algún Kebab?”. Lo que ha dicho la presidenta teutona no es ninguna tontería, porque a lo mejor llevamos tanto tiempo preocupados por un problema que igual es cuestión de darle la vuelta a la tortilla. No es un “exceso de Islam”, sino una “falta de Cristiandad”. Genau, frau Merkel. Exacto, señora Merkel.
Vamos a ser indulgentes con el país más allá del Rhin, porque al menos ellos tienen la excusa del protestantismo luterano, que ha derivado en cualquier cosa menos una religión seria. Me hace gracia cuando algunos de ellos hablan de “trasvase de católicos” a esa denominación cristiana. Se me ocurren varios ejemplos, y eso solo en contactos de primera mano, que hacen el camino inverso. A la postre, y siendo un poco generalistas, hay protestantes que se toman su religión en serio, y se hacen católicos, y también hay católicos que caen en un exceso de liberalismo, o una fe poco profunda, y se hacen protestantes. La diferencia es que hemos superado la etapa histórica en que nos abríamos mutuamente las cabezas para ver qué fallaba. Hardware defectuoso, que diría un informático.
Ahora bien, frente a la “islamización” de Europa, creo que no cabe entrar en debates de etiquetas: si Europa pudiese considerarse a sí misma “cristiana” como punto de partida, ya sería un logro sin parangón. Y para ello no hay que escavar en el correoso terreno de la política, porque es un hecho más social que parlamentario ; más cultural que ideológico, por lo que cuanto menos politiqueo se haga, mejor.
Estoy, claramente, de acuerdo, con lo que dice Angela Merkel pero ¿Cómo “recristianizar” Europa? Una Europa a la que le ha podido más la morriña del “soy cristiano pero no practicante” que un ateísmo formal (aunque, oye, la tontería es signo identitario de la Humanidad). Una Europa en suma que, aún teniendo Sed de Dios, busca saciarse con cualquier cosa menos con agua pura y cristalina.
Creo que no hay una solución a corto plazo, sino un tratamiento pequeño todos los días. Y consiste en vivir, en el fondo de nuestra persona, lo que más nos acerca a Cristo, es decir, la oración. Ser Cristiano es, precisamente eso: ser amigo de Cristo. Pocos medios como la Santa Misa para estar cerca de él, aunque se puede orar de muchas maneras. Aunque solo tuviésemos un rato cada día para pasarnos por una Iglesia y estar un rato ahí, sería ya algo.
Por tanto, recristianizar desde la esfera privada a la pública. De lo profundo a lo general, pasando por una unidad importantísima que es la familia. Y no es cosa de dos tardes…
Pax et Bonum.
7 comentarios
Por otra parte no es solo lo que dice Merkel: una secta como la de Mahoma que dice que hay que perseguir al infiel aunque se esconda tras las piedras para cortarle la cabeza, entre muchas mas perlas, es que simple y llanamente no cabe en nuestro ordenamiento jurídico ni aunque este haya sido pervertido como lo está siendo hasta la podredumbre.
De nuevo hagamos la reconquista!!!!!!!!!!!!
Nota del B. ¡Santiagoooooo!
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