Ejercito y religión: inseparables
Que el Gobierno se quiere quitar del medio a la Iglesia, y si pueden cualquier sentimiento religioso, no es ninguna novedad. Sin embargo eso ha chocado de frente con el sentimiento popular ante las siempre abarrotadas procesiones de Semana Santa, de las que soy, por supuesto, partidario y devoto. Ahora un resorte más del PSOE en estos asuntos, el Observatorio por la laicidad, muy conocidos en su casa a la hora de comer y, como no, con base en Andalucía, denuncian el uso del Himno Nacional en las procesiones. Será que solo van guiris y les queremos enseñar a tararearlo ¿no?
La rabia de estos don nadies, que han saltado a la prensa de la mano de las Agencias (siempre serviles) contra las procesiones solo se puede entender en medida de lo primero: de la rabia al ejercito como elemento cohesionador de España, es decir, como elemento que despierta el sano patriotismo en España. Y, como es natural a la nación, fe y ejercito van de la mano, y eso no lo pueden perdonar estos pobres adoradores de la Diosa Razón.
El Observatorio se delata como tonto útil de la ofensiva laicista del Gobierno al decir en su comunicado
“El Estado parece apostar y privilegiar una determinada opción religiosa, olvidando que es la organización política de toda la ciudadanía”
Me parece muy bien que se quejen, porque nos da más motivos para defender el Culto Católico, y que sea realizado de manera pública. Y es que en la Constitución podrá decir que España es un estado aconfesional, pero no pone en ningún lado que sea laico (que es lo que les gustaría), ni mucho menos que sea anticristiano (que es la pretensión última de los ultras que alquilan la Moncloa en estos días grises). Así que señores: el que se pica, ajos come. Sus pretensiones chocan, además de con el propio texto constitucional, con la devoción popular de buena parte de los Españoles, que si no tienen procesiones, se crean hermandades (como pasó en Madrid, y bien bonitas que son nuestras procesiones).
El colmo de la pataleta
Puestos a hacer el ridículo, y sobre todo en semana santa (de ahí que archivo este post en la sección Humor), el Observatorio pide que no toquen el Himno en las procesiones. Ya he dicho antes que es para que se lo aprendan los guiris, que no vale con escucharlo en los partidos de Fútbol, pero además, si en una procesión participa un cuerpo del ejercito español ¿Por qué narices van a tener que privarse de escuchar el Himno del país que han jurado defender? Será porque les sienta como un tiro al hígado que, pese a los reiterados intentos de acuartelar a las tropas, hay cuerpos que siguen participando en las procesiones, y, como en Málaga, se convierten en protagonistas de las mismas.
Resulta hilarante que esto salga a debate en cuanto acaba la semana santa. Más de un Hermano se habrá echado a reir a carcajadas, y no se crean ustedes que por ser miembro de una hermandad se es automáticamente “de la derechona". Es más: en Andalucía al PSOE le tiemblan las piernas, y si siguen con tanta tontería anti-religiosa, la caída va a ser precipitada. Más aún de lo que cabe esperar.
Me gustaría concluir con las palabras de nuestro Señor, ya que se ha tomado la molestia de redimirnos: En la vida pública, la clave es que cada cosa esté en su sitio. “Al César lo que es del César, y a Dios lo que es de Dios". El Gobierno que se dedique a gobernar, que al culto ya se encarga la Iglesia.
Miguel Vinuesa
15 comentarios
Eso dice la Constitución. Tener en cuenta no es dejar de lado, ni no hacer caso, sino exactamente eso, tener en cuenta.
Y si el Ejército está para ser cercano al pueblo, pues porque haga un par de desfiles al años acompañando AL PUEBLO en sus masivos actos socio-religiosos es lo que debe ser.
Ni un solo diputado del PP es capaz de salir en público a defender cosa tan sencilla con la Constitución en la mano. Son unos cobardes y renegados de montones de sus votantes.
Nota del B. Sabiendo como se las gastan, cuanto más lejos, mejor. El Ejercito debería poder responder libremente a lo que le pide ese mismo pueblo español, así pues que se dejen los políticos de meter mano y limitar, por ejemplo, el número de legionarios que pueden ir a Málaga en Semana Santa... ¿Entiendes por qué no quiero que metan mano?
Pensar que por no darlas el enemigo va a querer la paz es desconocer la realidad, sólo verá tu debilidad y se crecerá más. Eso es lo que está ocurriendo. Al mal hay que hacerle frente y que sienta el dolor de la derrota a menudo, sin saña gratuita obviamente, si no es así ocurre que se crece y quiere más y más y más. No por ánimo de crear división, sino por contra , de evitar peores divisiones futuras.
Si el demonio te ve debil te machacará, así que inspira fortaleza y se alejará abatido.
"No tengáis miedo!"
Es decir, la Marcha Real no se toca para que la escuchen los soldados que haya en una procesión (repito que se toca en todas las que llevan música, haya o no representación militar), ni para que las escuche la gente. La Marcha Real se toca por que a Cristo y a Su Santísima Madre se le rinden los más altos honores en España, que corresponden al Rey (más modernamente "Jefe del Estado"). Uno de ellos es tocar la Marcha Real cuando entra o sale de los templos. Y también hay otros, como el que las imágenes de la Virgen lleven fajín de General o de Almirante General (los más altos escalafones del Ejército) muchas veces cedidos por propios militares.
El tal observatorio este de progres debe saber muy bien por qué protesta. Precisamente por la vinculación entre lo civil-político-militar con lo religioso. A ellos (progres, igual que a toda la pléyade de liberales acomplejados del PP) les espanta la Tradición española. A los postuladores de la separación Iglesia-Estado, estas reminiscencias de lo que en nuestra Patria fue antaño, les machacan el hígado.
Por cierto, el Real Decreto 1560/1997, de 10 de octubre, no prohíbe en ningún momento que se toque el Himno Nacional en las procesiones. Donde la norma no distingue, nosotros no debemos distinguir.
Digo esto por que, a mi entender, no es necesario ser partidario de algo para respetarlo (¿no es eso una de las bases de la democracia?), por tanto no entiendo que cuando en una procesión en donde se expone la imagen del Señor y/o de su Santa Madre no se puedan utilizar símbolos que como españoles respetamos y amamos, la bandera y el himno nacional.
Digo que no me gustan las procesiones, pero es que tampoco me gusta el fútbol y sin embargo en ciertos partidos se interpreta el himno nacional y tengo que aceptar que algunos de mis compatriotas se emocionen y se sientan representados por unos señores que dan patadas a un balón y que utilicen con tal motivo los símbolos de la Patria.
En fin creo que lo menos que podemos pedir es que respeten nuestras creencias, nuestras tradiciones, y que podamos interpretar, siempre con el máximo respeto, el himno nacional cuando la ocasión lo requiera.
Claro que en un pais en donde se queman banderas y se denigra la figura del Jefe del Estado, sin que haya consecuencias qué respeto se puede reclamar para los sentimientos de quienes simplemente tratamos de honrar a Nuetro Creador.
Cuenta Hispalense que a menudo a la Santa Madre se la viste con los fajines de General o Almirante. Me pregunto si de verdad es adecuado engalanar nada más y nada menos que a la Madre de Dios (mi madre!) con símbolos de la muerte.
No sé cuántos de vosotros ha vivido realmente los horrores de la guerra. Bombardeos, amputaciones, desapariciones, vidas arrebatadas, un dolor profundo e injusto.
No. Dudo mucho que a la Madre de Dios le guste ser vestida de Generala o Capitana. ¿Lo harías con vuestra madre? ¿La vestiriais con símbolos de muerte?
La razón por la que históricamente religión y ejército han estado unidos es muy simple. La religión, utilizada de manera aberrante, es la mejor forma de convencer a alguién para que preste su vida a una causa. Sí, inlcuso más que el dinero o las posesiones terrenales. Se utiliza perversamente la religión y el mensaje de Cristo para enviar jóvenes en la flor de la vida a la muerte...y con ellos enemigos y civiles. Esto sencillamente, repugna a los ojos de la Vida.
No temas, hijo, les dicen, la Virgen te recibirá, Cristo te abrazará, morirás en paz, vivirás en el Cielo. Luego sólo queda horror y destrucción, material, y lo que es peor, espiritual.
¿Saben dónde aprendí esta lección? En la antigua Yugoslavia. Soy periodista y pude ver y escuchar como sacerdotes católicos y ortodoxos bendecían a sus respectivas tropas, anímandolas a la lucha fraticida. Decapitaciones, violaciones, asesinatos de niños y limpieza étnica en nombre de Dios y de la Patria, compañero inevitable de tan satánico invento. Lo triste es que no hace falta remitirse a Yugoslavia para comprobarlo: los ejemplos son infinitos.
Por eso, pensándolo bien, no me gusta nada la idea de asociar a la Madre de Dios y a Dios mismo en asuntos tan propios del diablo.
Por último, por favor, no se confundan. Sé que los ejércitos prestan unos servicios impagablesa la sociedad (catástrofes, seguridad, incendios, etc) pero esa faceta no debe hacernos olvidar otros usos de ese ejército, usos que merecen una profundísima reflexión, como es el caso de Afganistán, Iraq y entre otros muchos conflictos.
¿Se imaginan relamente a Cristo o a la Virgen bendiciendo en persona a un cuerpo de Marines antes de la guerra? Me lo resumió un político en Belgrado, no hace mucho: la guerra no es tan mala por las muertes que provoca, sinó por lo horrible que puede llegar a sacar de las personas.
Gracias por leer mi exposición.
Un saludo.
Sin ser tampoco un argumento sólido, la dualidad que propongo se puede defender en razones históricas: el español que viaja a América tras el descubrimiento es soldado, y su objetivo (más después del tratado de Tordesillas), era la evangelización. Si nuestras armadas, que son la encarnación de lo que la patria tiene por sagrado, no tienen ellas mismas por sagrado a Nuestro Señor y a su Santa Madre ¿Quién lo tendrá?
Yo no sé cuanto llevan los Legionarios sacando a su Cristo en Málaga, pero ahí detrás hay algo más que una mezcla, hay una tradición de vinculación con la sociedad y de participar, como Cuerpo, en un acto público. No creo que se inste a ser símbolo de muerte, porque de las pocas seguridades que tenemos los Cristianos, Javier es que Cristo ha vencido a la muerte. Si nos hace simples, ¡Bendita sencillez!
Por un lado, hay una carga de subjetividad en asociar el cargo de general, o la Milicia en sí, sólo a la muerte. Valores como la defensa del honor, la integridad de la Patria, el orden, la defensa de la Justicia... son todos asociados al Ejército. Del mismo modo, sabemos que la vida del Cristiano en la tierra es Milicia, permanente lucha contra el mal, y que el Señor es Dios de los Ejércitos, o que los ángeles forman milicia.
Por otra parte, como bien apunta el blogger, el Ejército en España tradicionalmente siempre se ha asociado a la defensa de la Fe, y nuestras tropas a lo largo de su historia han tenido un importante elemento evangelizador, o de defensa de la Religión verdadera y a la Iglesia frente a diversos ataques.
Pero el dotar a las imágenes de la Virgen con elementos de mando es una cuestión honorífica. La Virgen es generala, por que es la que manda. De igual modo se le corona con corona real porque es reina, o en tantos sitios ostentan imágenes del Señor el cargo de Regidor Perpetuo en los ayuntamientos. Todos esos honores, humanos, son maneras de representar quién/es son los que mandan en todo esto: el Señor y su Santísima Madre. Por eso a las imágenes se les otorgan los máximos honores humanos (militares y civiles) de los que conocemos. Por eso ocupan las imágenes Sagradas desde inmemorial situación preminente en nuestros Ayuntamientos, hospitales, escuelas y domicilios. Y eso, precisamente eso, es lo que repugna a los del observatorio ese: que las imágenes del Señor y la Virgen ocupen los primeros puestos en todo, y que sean tratada con el máximo honor que los hombres reconocemos.
Un saludo.
Os tengo un texto a modo de desagravio.
"No os engañéis; de Dios nadie se burla. Pues lo que uno siembre, eso cosechará: el que siembre en su carne, de la carne cosechará corrupción; el que siembre en el espíritu, del espíritu cosechará vida eterna. No nos cansemos de obrar el bien; que a su tiempo nos vendrá la cosecha si no desfallecemos. (Gálatas, 6, 7-9)."
Nota del B. Es asombroso como uno se puede poner las orejeras de la ideología para taparse completamente de la realidad. Bravo.
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