Miércoles gozoso para la Tradición y para la Iglesia
Hoy nos despertamos con tres noticias estupendas. Además de lo de Radio María, que ya tiene como presidente a D. Alfredo Dagnino (hasta que las aguas vuelvan a su cauce), nos enteramos de que D. Antonio Ceballos, obispo de Cádiz y Ceuta ha atendido la petición de los fieles de Una Voce Cádiz, que tendrán su misa todos los domingos a las 13:30 en la Real Capilla del Pópulo. Aparte de eso, en su newsletter semanal, Paix Liturgique informa de que uno de cada cuatro seminaristas en Francia se destina en ese país a la Forma Extraordinaria. ¡Menudo miércoles!
Empiezo por el final. Que uno de cada cuatro seminaristas que logra ordenarse sacerdote se dedique a celebrar, casi en exclusividad, la forma extraordinaria no debería ser noticia. Sin embargo lo que publica la web Paix Liturgique, es muy alentador, porque refleja que las llamadas ordenes tradicionales cosechan los frutos que siembran. Sus seminarios son normalmente exigentes, y no es raro que uno empiece y no acabe, y sin embargo están llenos. Hay quien sospecha, por ejemplo, que el éxito de las Clarisas de Lerma es una “moda", pasajera. Sin embargo no hay más que verlas, siempre contentas de su decisión, unidas y con su hábito (precioso, por cierto). Un sentimiento de alegría que, sí, puede parecer mundano, pero cuando se opta libremente por la clausura, que nunca es camino de rosas, es que Cristo está de por medio. Esperemos que una vida de oración y trabajo llene felizmente a estas monjitas durante el resto de su vida. Con mis oraciones van a contar. Felicidades, Madre Berzosa, por sus muchas hijas.
Muy parecidos son los síntomas en las órdenes tradicionales, o “Ecclesia Dei", e incluso en la FSSPX. Os pongo un ejemplo: el Instituto Cristo Rey Sumo Sacerdote tiene 70 seminaristas, entre su seminario en Florencia, Italia y Estados Unidos. ¡Y eso que llevan veinte añitos escasos! Ya ha pasado una generación, casi, desde que se fundara, y ahí los tienen en un porrón de países. Con la Fraternidad de San Pedro y el Instituto del Buen Pastor, tres cuartos de lo mismo. No es, por tanto, solo “moda". Si Dios bendice con tantas vocaciones en un mundo tan revuelto como es el de hoy día, es que la llamada a hacer algo tan hermoso y grande es clarísima. No está de más rezar por ellos en el año sacerdotal que Benedicto XVI ha convocado, desde luego.
And the winner is… Cadix
Y en eso hoy despertamos con este notición de tierras gaditanas. La Real Capilla del Pópulo acogerá a las 13:30 la Misa Tradicional en Cádiz. Lugar Arco Del Pópulo S/N, 11005 Cadiz, al lado de la Avenida del puerto. De momento no hay fecha de comienzo, pero la iniciativa de Una Voce Cádiz ha contado con el apoyo del obispo, D. Antonio Ceballos, al que hay que felicitarle junto con su vicario general, D. Guillermo Domínguez, que han facilitado la petición.
No quiero entrar ahora a debatir de si “estamos aplicando Ecclesia Dei y no Summorum Pontificum". No sabemos en este momento con qué párrocos se reunieron en su día, pero siempre es bueno contar con el apoyo de la diócesis, y aún mejor que haya un sacerdote dispuesto a celebrarla.
Foto: Ramón Sánchez Herrer / Panoramio.
Cierro el post de hoy con una breve mención, y personalmente una alegría, por la designación de Alfredo Dagnino como presidente de Radio María. Somos muchos los oyentes que nos alegramos de que este conflicto, que amenazaba con la continuidad de la emisora, se haya solucionado de manera pactada. Espero que un hombre que puede crear tanto consenso en torno suyo, y que es todo sentido común, pueda acercar a las partes que se han alejado. De entrada, es preciso volver a esa gran comunidad de oración que es la Federación Internacional Radio María. Después, ya veremos si pueden recuperar frecuencias, pero es importante que lo que se ha sembrado hasta ahora no se pierda. Creo que con buena voluntad llegaremos a buen puerto.
Felicidades, entonces, por la valentía del paso dado.
5 comentarios
Pero bueno, está claro que aquí las cosas se han cumplido de libro, y que ha habido buena voluntad por ambas partes. No puedo decir lo mismo de otros lugares.
Yo creo que el detalle está ahí.
Que habiendo numerosos de templos vacíos, con una disponibilidad enorme de horas libres -por falta de misas- y que a la misa tradicional no se le facilite uno, es síntoma que hay, en esa diócesis, en ese ambiente, un clima hostil hacia esa misa. Un clima enemigo de la libertad que tienen los católicos para pedir y lograr de que se oficie el rito extraordinario.
Que el obispo deba intevenir significa que allí, el Motu Proprio Summorum Pontificum no se cumple en los hechos, ya que dicho motu propio del Santo Padre fue pensado para lo contrario. Es decir, para que el obispo no intervenga autorizando o promoviendo peticiones de una misa tradicional a la cual nunca le debió ocurrir, en la Iglesia dónde nació, que tenga que pedir que la dejen entrar y por la puerta de atrás.
Nota del B. Diga "forma extraordinaria" por favor. El rito es el Romano.
Art.7. Si un grupo de fieles laicos, como los citados en el art. 5, §1, no ha obtenido satisfacción a sus peticiones por parte del párroco, informe al obispo diocesano. Se invita vivamente al obispo a satisfacer su deseo. Si no puede proveer a esta celebración, el asunto se remita a la Pontificia Comisión "Ecclesia Dei".
Eso me basta para entender que las negociaciones, por discretas que fueren, con párrocos no desembocaron en nada, y que se vieron en la necesidad de consultar este asunto con el obispo. No es manía, pero quizás un exceso de rigidez de las parroquias frente a una situación nueva... La novedad de la tradición, curiosamente...
La intención del Santo Padre es clara. Que los obispos no intervengan y se solucionen los problemas a nivel parroquial.
Dice el Art.5. §1.- En las parroquias, donde haya un grupo estable de fieles adherentes a la precedente tradición litúrgica, el párroco acogerá de buen grado su petición de celebrar la Santa Misa según el rito del Misal Romano editado en 1962. Debe procurar que el bien de estos fieles se armonice con la atención pastoral ordinaria de la parroquia, bajo la guía del obispo como establece el can. 392 evitando la discordia y favoreciendo la unidad de toda la Iglesia.
La intervención del Obispo habilitada por el artículo 7 citado por Vinuesa, es síntoma de discordia y de falta de unidad.
En resumen, no se acepta de buen grado el espíritu del motu propio. Si es como dijo uno que sabe, hubo que imponerlo.
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