Una Vida de entrega
Hoy publican los blogs Messainlatino.it y New Liturgical Movement la ordenación de dos sacerdotes del Instituto Cristo Rey Sumo Sacerdote en Griciliano. Me he llevado dos grandes sorpresas por la noticia: la primera es que uno de los que se ordenaba era un diácono cuando el superior del Instituto, Mons. Wach, hizo su última visita a Madrid. La otra, es que el obispo que les ha ordenado no ha sido otro che Monseñor Rino Fisichella, presidente de la Pontificia Academia para la Vida, que algunos recordamos con cierto sonrojo por ciertas declaraciones sobre un caso en Brasil…
Pero, la verdad, me alegro. Se está confirmando la teoría, una sospecha que tengo desde hace tiempo, de que si un prelado le toca las narices al “jefe” más de la cuenta, le ponen a celebrar Misa Tradicional.
¡No estoy loco (o al menos, no más de lo recomendable)! Ya ocurrió con Le Cardinal Vingt-Trois, que celebró una Misa después de protestar sobre el tema (y, de paso, despidió este año a los peregrinos de Notre Dame de París, que íbamos a Chartres). Monseñor Fisichella dijo lo que dijo… Y el Instituto ganó un prelado para celebrar unas merecidísimas ordenaciones.
Pero bromas aparte, en este año sacerdotal estas noticias siempre tienen un calado más profundo. La vida de todo ordenado, pero especialmente de los sacerdotes, es una vida de entrega, y algunas veces, de un ministerio particularmente duro. Siempre me llena de orgullo, de una sana envidia, conocer a seminaristas que completan ese largo camino de estudios, la mayoría con alguna licenciatura bajo el brazo, hacia el sacerdocio católico.
Me reconozco absolutamente incapaz de emular la hazaña. Muchos son los llamados, y pocos los escogidos, ya sabéis, pero cada uno podemos servir de una determinada manera. Además, para el sacerdocio hay que tener unas gracias especiales. Por eso no está nunca de más pedirle a Dios “Muchos y santos sacerdotes“, porque es evidente que en nosotros mismos no tenemos esas fuerzas.
Y hoy, la verdad que me tengo que quitar el cráneo por Paco Pepe: ha publicado un texto de Hugo Wast que deja cualquier opinión que yo pueda tener a la altura del betún. También os lo enlazo.
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Trolls que buscan atención [editar]
Este tipo de trolls buscan incitar tantas respuestas como sea posible y absorber una cantidad desproporcionada del total de atención colectiva.
* Publicitar otro foro, especialmente si es uno rival u odiado.
* Afirmar ser alguien que es imposible que sean — «Como un samurái auténtico que soy, tengo ciertos problemas con Los siete samuráis.»
* Carecer de cualquier relación o conocimiento actual con el tema discutido, pero seguir escribiendo continuamente opiniones como «expertos».
* Mensajes que contienen algún fallo o error obvio — «Creo que Mar adentro es la mejor película de Santiago Segura.»
* Pedir ayuda para una tarea o problema inverosímil — «¿Cómo sazono mi olla? No quiero que todo lo que cocine en ella sepa igual.»
* Preguntas intencionadamente ingenuas — «¿Puedo usar aceite de oliva en vez de agua para hervir pasta?»
* Mensajes que contienen referencias alusivas al propio estatus — «Evian es agua embotellada para pobres. Prefiero la Dasani importada de Italia.»
* Escribir intencionadamente un argumento escandaloso deliberadamente construido en torno a un fallo o error fundamental pero embrollado. Con frecuencia el autor se pondrá a la defensiva cuando el argumento sea refutado, pero muchos pueden, sin embargo, continuar el hilo usando más argumentos erróneos, lo que se conoce como «alimentar» el troll.
* Un subtipo del anterior es la demostración falsa de un importante problema matemático no resuelto o una imposibilidad (por ejemplo, 1 = 2). Sin embargo estos mensajes no siempre son trolls y a veces son como mínimo matemáticamente interesantes.
* Mensajes políticamente discutibles — «Creo que José Luis Rodríguez Zapatero es el mejor/peor presidente de la historia.»
* Enviar imágenes políticamente sensibles en lugares inapropiados.
* Fingir ser inocente tras participar en una «guerra de llamaradas» (flamewar).
* Escribir quejas fuera de tema sobre su vida privada, incluso amenazas de suicidio: a veces se trata del troll «plañidero».
* Responder paranoicamente o pluralizando a opiniones personales emitidas por individuos diferentes — «No creo que todos penséis lo mismo: ¡os ponéis de acuerdo para llevarme la contraria!»
* Los trolls conquistadores se entusiasman por encadenar aventuras amorosas en línea con las mujeres de un grupo. Esto provoca la rivalidad pública entre las mujeres que alguna vez creyeron que los apelativos cariñosos, los poemas y las declaraciones de afecto que recibían eran exclusivamente para ellas. Dado que estas aventuras se suelen desarrollar separadamente en canales de chat, suele pasar mucho tiempo antes de que estos conflictos estallen.
* Insultar a otros por su mala gramática u ortografía, lo que puede ser un tema muy sensible, por el abuso de jerga o abreviaturas típicas de SMS, o incluso insultar a otros por su mala gramática usando mala gramática, provocando un efecto «irónico» que puede a menudo llevar a la gente a recriminarles su hipocresía.
Hala, bonne lecture.
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