[Media] oportunidad en Pueyo
En el Monasterio de El Pueyo toman el relevo. Los Claretianos se van, y “hereda” el monasterio el Instituto del Verbo Encarnado, que tuvo sus comienzos en Argentina, el 25 de marzo de 1984, fundado por el padre Carlos Miguel Buela. Su figura canónica es de Instituto religioso de derecho diocesano, con decreto firmado por S.E. Monseñor Andrea María Erba, obispo de Velletri-Segni, el 8 de Mayo de 2004.
La particularidad de este instituto es que, junto a la celebración de la forma ordinaria, incluye en su espiritualidad de manera habitual, la celebración de la forma extraordinaria, comúnmente conocida como ‘Misa Tridentina’.
No es que sean los primeros en España, pero siempre es un “ladrillo a ladrillo” el que una orden que celebra la Misa tradicional, aunque no lo haga con carácter exclusivo, se vea beneficiada con una obra en nuestro país, y más si tiene la historia que tiene Pueyo detrás. Evidentemente, me gustaría que fuese otro el perfil del IVE, pero todo suma, y si sirve para que los que se lo tienen que hacer pierden el miedo a la f. extraordinaria.
Como bien señala Motu Propio, el único obispo español que ha celebrado una misa de este tipo, en unas ordenaciones en la Casa Generalicia del Instituto Cristo Rey Sumo Sacerdote, para ser precisos, lo ha hecho fuera de España. El Cardenal Cañizares, claro está Esa pasividad de los obispos será la justificación para que los sacerdotes menos proclives a la tradición se nieguen a celebrar la forma extraordinaria, so pretexto de que el ordinario de su diócesis lo “despache". En diócesis grandes, eso significa ocuparse de varias parroquias rurales, algo imposible para la mayoría de un clero que, por desgracia, tiene una edad media desaconsejada para esas tareas.
Las ventajas de que un obispo celebre, al menos una vez al año, en festividades importantes, una misa bajo la forma extraordinaria, resulta ejemplarizante para una diócesis. Se argumentará que el Papa aún no la ha celebrado, pero eso es una excusa pobre, ya que los obispos en el mundo que sí lo han hecho, íncluso antes de Summorum Pontificum, se cuentan por docenas. EEUU, Reino Unido (dos países donde los católicos somos minoría, curiosamente) y Francia (donde… casi) son los países cuyos prelados se sitúan, por decirlo así, ‘a la cabeza’ en número de obispos que han celebrado al menos una vez. Los hay que se hacen ‘de rogar’ pero son cada vez menos.
Normalidad litúrgica
Muchos detractores de la forma extraordinaria, de un “retorno al pasado", como diría S.E.R. el Cardenal Bertone, esgrimen que quienes solicitan estas misas, lo que provocan es la “división de los fieles". Palabras como esas me las han lanzado en sacristías de parroquias no precisamente “progres” de la Archidiócesis de Madrid. “Que no se vayan a pensar (los fieles) que esto es para todos", decía otro. Al final, lo que se puede arañar en una parroquia es una misa en forma ordinaria celebrada en Latín por un sacerdote de la Sociedad de la Santa Cruz (Opus Dei). La verdad… No es por latín. Ni siquiera por el ‘ad orientem’ sino por la Misa como tal, como “tesoro escondido", parafraseando a San Leonardo de Porto-Mauricio. Se nos acusa, con bastante mala milk de que somos unos fariseos, enfrascados en la tradición. Pues bien, la novedad por ser novedad, tampoco tiene por qué ser la monda.
Si una Misa puede deformarse hasta el punto en que el mismo celebrante no precisa de Misal para celebrar ¿A qué jugamos? Se dirá lo que se quiera, pero el Novus Ordo, al ser personalizable, facilita los abusos a quien los quiere cometer.
El Misal de 1962 es una roca. Evidentemente, si el Papa quiere, se cambian cosas (léase oración por los judíos en semana santa), pero no es la locura posconciliar. Empiezo a pensar que, así y todo, fue providencial que se creara un misal nuevo para que los catoliprogres pudiesen “jugar” (hasta que se secularizaron), y así preservar la Misa de Juan XXIII de sus desmanes anárquicos.
Pero, aún con todo, el Novus Ordo dignamente celebrado, ha llegado a 2009 con curas que lo celebran dignamente. También con los de Entrevías, pero esos también son los menos. Es una fórmula de consagración válida, y de acuerdo al Motu Propio, la forma ordinaria del Rito Romano. Un instituto como el del Verbo Encarnado ha dado buena cuenta de que las formas pueden coexistir sin “tirarse de los pelos” y, sobre todo, sin dividir a los fieles.
Ojalá que todos nos demos cuenta lo antes posible.
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7 comentarios
¿Seguro que esto es así? Yo entiendo que "caen mal" entre otros grupos amantes de la forma extraordinaria, pero hasta donde yo sé, la seguían celebrando. Claro, mis fuentes están algo obsoletas. Te prometo que investigaré, Luis.
Saludos
Darius
Les recomiendo mucho cuidado con el IVE.
http://www.padrebuela.com.ar/pag_res.asp?id=49
1) ¿Éste es el estilo de periodismo que te han enseñado en el CEU: escribir sin corroborar lo más mínimo las informaciones en las que te basas? Muy típico de la casa...Nota del B. zzzzzzzzzzzzzz
2) Me trae al pairo lo que pueda opinar usted sobre la validez del Novus Ordo Missae o no. Léase el Motu Proprio Summorum Pontificum unas cuantas veces.
3)En la pronunciación del latín vamos mejorando. Tampoco tiene nada que ver.
Corolario: Pues eso... que aburre usted a las vacas. ;)
De talibanes de medio pelo enganchados a Internet sabemos algo, desgraciadamente. Y esto lo puntualizo, no porque me importe usted especialmente, sino porque yo no soy el alma mater de Juventutem, sino solo un miembro más.
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