Catequista a los 100 años
La Iglesia acepta como catequista a personas preparadas para el ministerio de la catequesis, que reunan los requisitos necesarios, y tengan una entrega fiel al servicio de la Iglesia. La historia de la catequesis está llena de hombres, mujeres, jóvenes y familias enteras, que han estado o están al servicio de instruir en la fe a los niños y jóvenes.
Sin embargo, lo que no debe quedar en el cesto de los papeles es la siguiente noticia fechada en Málaga: doña Carmen Ruiz, una mujer de 100 años que ha recibido la medalla Pro Ecclessia, que es el reconocimiento que el Vaticano otorga a personas en gratitud por su servicio a la Iglesia, sigue impartiendo catequesis, participando en reuniones de formación de adultos y en la vida de su parroquia de la Encarnación de Málaga.
Esta vida ejemplar de doña Carmen Ruiz, que es viuda y tiene siete hijos y veintinueve nietos, debe servir de ejemplo para los muchos catequistas, que sirven en las comunidades eclesiales de cualquier lugar.
Mucha gente te comenta en la parroquia que no disponen de tiempo para dedicarlo a los demás; otros te dicen que sí, pero luego no acuden a nada; otros dicen sí pero son poco constantes en la misión que se echan sobre sus espaldas. A los cien años doña Carmen tiene tiempo y lo sabe poner al servicio de los demás enseñando la fe cristiana.
Mientras escribo este articulo veo que por España, en Valladolid concretamente, prohiben la colocación de crucifijos, porque molestan a todos, creyentes o no. Y en Barcelona se congregan personas pidiendo libertad para poder tener la opción de oir la radio que se desee.
Doña Carmen Ruiz sigue en sus primeros cien años de vida teniendo tiempo para impartir catequesis a jóvenes y adultos. Con razón la Santa Sede le ha concedido la medalla de agradecimiento por sus servicios a la Iglesia.
Además, doña Carmen es un buen ejemplo para asegurar a todos los catequistas que hoy existen dentro de la Iglesia. Y sirve como llamada a quien desee entrar en el ministerio de la catequesis en el cual se pueden cumplir cien años.
El mejor premio lo recibirá doña Carmen cuando se encuentre cara a cara con el Señor. Mientras debemos seguir su ejemplo que es único en España.
Tomás de la Torre Lendínez