6.02.09

La Iglesia no ha comunicado bien

El gran paso dado por el Papa Benedicto XVI sobre la anulación de la
excomunión de los obispos miembros de la institución fundada por
monseñor Marcel Lefevre ha tenido una serie de circunstancias que han
tratado de emborronar la acción pastoral pontificia. La misión del
buen pastor siempre es salir en busca de la ovejas perdidas. Durante el
siglo pasado el único desgarrón sufrido por la Iglesia fue el cisma
creado por Lefevre y sus seguidores, a partir del año 1988. Ahora,
Benedicto XVI ha deseado abrir el redil para que estas ovejas perdidas
pudieran entrar en el rebaño eclesial.

Sin embargo, la decisión del Papa ha sido interpretada de varias
formas. La extrema izquierda, sale por los cerros de Úbeda indicando que el Papa va a producir un cisma. Un amigo personal del Papa, pega un trompetazo contra la vuelta de los seguidores de Lefevre. Un teologo holandes se va de la Iglesia por no aceptar esta decisión de Roma. Diversos sectores de alemanes tambien montan un gran cirio.

Dentro, incluso, del grupo de seguidores de monseñor Lefevre, existe
un obispo que es tan ciego que niega la existencia del holocausto judio
producido por Hitler durante la II Guerra Mundial. Este asunto hace
saltar por los aires a los altos rabinatos judios contra la decisión de
Benedicto XVI, quien tiene que afirmar publicamente en una audiencia
que negar este acontecimiento es una condición imprescindible para que
el decreto de levantamiento de la excomunión tenga validez canónica.

Los medios de comunicación lanzan sus huestes guerreras contra Roma,
acusando al Papa de posible cisma, de no saber nada de nada, de tener
un circulo de asesores que lo aconsejan malamente. Total, un verdadero
espectaculo que lleva en el candelero informativo varios dias.

Hoy es el mimo Padre Lombardi, director de la sala de prensa del
Vaticano, quien afirma que los canales de comunicación de la decisión
papal probablemente no se han utilizado bien, afirmando que tal vez, de
hecho, es mejor no hablar, pues una comunicacion muy abierta sobre todo
en relacion a un proceso de negociación así de complejo puede a veces
bloquearlo o desacreditarlo. Al ser preguntado por las lecciones
aprendidas tras el levantamiento de la excomunion a los cuatro obispos,
el padre Lombardi precisa que si las explicaciones de la nota de la
Secretaria de Estado del 4 de febrero hubieran sido conocidas desde la
publicacion del decreto nos habriamos ahorrado muchos dias de pasión,
sobre todo cuando se trata de temas candentes, es preferible preparar
bien las explicaciones.

A todo esto, mi opinión personal es que una vez más la parábola del
hijo prodigo se produce. El Papa acude a abrazar a las ovejas perdidas,
las encuentra, las perdona, las invita a la casa, y el hermano mayor
que era excelente hijo que no habia roto un plato se le suben los celos
a la cabeza montando una protesta sin ningun sentido, buscando su
justificación en su “fidelidad al padre durante toda su vida". Sin
embargo, el padre seguirá perdonando y alcanzando la unidad del rebaño
antes de que el paso del tiempo endurezca más las posturas de las dos
partes.

¿Cual es la opinión de los lectores?, ¿existen otros intereses
ocultos detrás de la campaña emprendida contra el Papa y su decisión?.
Puede escribir lo que cada uno desee con entera libertad.

Tomás de la Torre Lendínez

5.02.09

La "monocracia"

Ya conté, por los dias navideños, la existencia de un vecino laicista de pies a cabeza. Nos llevamos bien dentro del respeto mutuo. Hace una semana me aposté con él un euro simbólico sobre el contenido del discurso del cardenal Bertone en Madrid. Acaba de irse de mi casa, donde lo había invitado a tomar café y a dialogar sobre el contenido de la intervención cardenalicia.

Según este laicista, el cardenal ha traicionado al gobierno de España que estos días lo ha tratado con educación, cortesía y confianza. Su argumento es éste¨¿Por qué cuando ha hablado con la vicepresidenta y ésta le ha indicado que pensaba ampliar la ley del aborto, insistir en la obligación de la asignatura Educación para la ciudadanía, y seguir ampliando el listado de derechos civiles, el cardenal no se ha opuesto a nada, sino que se ha callado, para llegar hoy a la sede de la Conferencia Episcopal y largar el discurso más carca posible contra estas iniciativas?.” Este militante del laicismo más rancio no entiende, o los medios de comunicación adictos al poder, que lee y oye, El País y la Ser, no se lo han explicado claro y alto, que un altísimo diplomático de la Santa Sede no es negociador que va a echar un pulso con las autoridades de una tierra determinada.

Además, le he insistido que como cardenal de la Santa Iglesia Romana no iba a enmedarle la doctrina a los obispos de la Conferencia Episcopal. Porque otro argumento suyo es el siguiente:"El pensamiento del cardenal Bertone me ha parecido tan arqueológico como el de los obispos de aquí y de modo singular de su presidente Rouco, que siempre defienden la vida desde que se nace hasta la muerte". Otra vez he tenido que hablarle de la unidad y de la comunión eclesial consistente en que todos defendemos lo mismo tanto en cuestiones de fe, como de moral o costumbres. Por lo tanto, era claro que el cardenal no iba a cambiar el discurso de los obispos de España, por mucho deseo que tuvieran los que mueven los hilos en los medios de comunicación cercanos al poder político actual.

Antes de irse, me ha vuelto a remachar que los católicos españoles tendremos que tragarnos la nueva ley del aborto, la asignatura de Educación para la ciudadanía, la posible ley de la eutanasia, y toda la legislación que salga de las Cortes, pues para eso, dice, “tienen la legitimidad democrática que dan las urnas". A lo que he respondido con las palabras del mismo cardenal Bertone:

“En nuestros días, hay un proceso continuo y radical de redefinir los derechos humanos individuales en temas muy sensibles y esenciales, como la familia, los derechos del niño y de la mujer, etc. Debemos insistir en que los derechos humanos están “por encima” de la política y también por encima del “Estado-nación”. Son verdaderamente supranacionales. Ninguna minoría ni mayoría política puede cambiar los derechos de quienes son más vulnerables en nuestra sociedad o los derechos humanos inherentes a toda persona humana.”

Ahora, como es costumbre, dejamos a cualquier lector o visitante a que deje aquí su opinión. Pero el laicismo es sordo y dictador. No oye a nadie, e impone sus ideas a golpe de votos. Es la “monocracia".

Tomás de la Torre Lendínez

4.02.09

El infantilismo de hoy

El infantilismo me lo encuentro cada mañana cuando entro en la clase. Lo mismo está en el curso primero de la enseñanza secundaria obligatoria que en el último de bachillerato. Es una pena encontrar cómo, conforme pasan los años y las generaciones de jóvenes, el infantilismo está más arraigado y es más dificil de corregir.

A muchos de los antiguos alumnos los encuentro cuando ya están en la universidad, y les observo el infantilismo crecido y aumentado, aunque estén terminando una carrera. Es una realidad de pobreza de madurez personal en gente que pronto, cuando ganen las oposiciones van a estar dando clase en algún instituto. Este aspecto también es comprobable en los que aparecen como interinos o contratados para sustituciones.

Este infantilismo, en los políticos actuales de España, está subido de grados en estos momentos. No basta más que ver los modos en que ha sido recibido el cardenal Bertone, secretario de Estado del Vaticano. Todos se han puesto en cola porque ver a un cardenal debe ser algo exótico que no se da todos los días. Incluso, la vicepresidenta se ha vestido de morado nazareno cuaresmal haciendo el ridiculo más espantoso.

Además, han dejado claro al cardenal Bertone que ellos siguen en sus proyectos contra la vida, contra la familia, contra la enseñanza y contra la Cope…y contra todo lo que se salga del discurso único de lo politicamente correcto. Y le han pedido que venga el Papa al año Jacobeo de 2010, para hacerle la sombra al cardenal de Madrid, monseñor Rouco, que es el organizador de la Jornada Mundial de la juventud del año siguiente, a la que sí asistirá Benedicto XVI. Al cardenal Rouco, según los medios adictos al régimen zapateril, lo han “puenteado", ya que un Estado se entiende con otro Estado, pero nunca con el presidente de la Conferencia Episcopal de España, quien tuvo que esperar cuatro meses para ser recibido por el presidente del gobierno.

Además el infantilismo de estos políticos llega a extremos tales que piensan que el cardenal Bertone vendrá cada vez que ellos deseen a escucharlos. No conocen a la Iglesia y su diplomacia. No conocen al Papa y a sus asesores más cercanos.

Ahora, eso sí, en cuanto a la propaganda estos politicos sí son como los niños de verdad, que cuando desean conseguir sus caprichos no paran de gritar y de salir a la calle a vociferar sus pataletas. !Menuda lata llevan dándonos con Bertone y su buen hacer de ministro de asuntos exteriores o segundo en el escalafón del Vaticano detrás del Papa¡. A toda esta machaconería siempre les acompañan los medios adictos que son tan infantiles como los políticos.

Cuando se les acabe la estancia de Bertone en España tendrán que seguir conviviendo con toda la Conferencia Episcopal Española, con su presidente al frente, les guste o no, con el que están condenados a entenderse. Veremos si siguen igual de infantiles o les saldrá de nuevo la bestia que llevan dentro para seguir dando palos a la Iglesia Católica desde todos los puntos y sitios que puedan.

¿Que piensa los lectores del teatro de estas jornadas?. Pueden expresar sus opiniones como siempre.

Tomás de la Torre Lendínez

3.02.09

El diálogo y el cardenal Bertone

Hablar es, un poco, desnudarnos ante los demás, abrirles nuestro interior para que descubran lo que pensamos, lo que sentimos, lo que vivimos, lo que aborrecemos y lo que amamos. Esto nos lleva a conocernos más y mejor, a sentirnos mutuamente comprometidos. Una persona que no habla o habla muy poco, en cierto modo intimida a quienes viven con ella o junto a ella.

El diálogo crea amistad, la amistad engendra el diálogo. Uno y otro se exigen mutuamente. George Eliot escribió estas sentidas palabras: “Qué indecible consuelo es sentirse uno seguro con otra persona. No tener que pensar las ideas, ni medir las palabras, sino derramarlas todas, tales como surgen, la paja junto con el grano sabiendo que una mano fiel las tomará y separará, conservando lo que vale la pena y luego, con un soplo de benevolencia esparcirá el resto al viento.”

Por lo tanto, hablar es expresarnos a nosotros mismos. El hablar es propio del hombre, por eso es esencial en nuestra vida. A veces nuestra conversación con los demás se asemeja a un diálogo entre sordos. La palabra es un don precioso y a la vez poderoso. El apóstol Santiago refiriéndose a la lengua nos dice: “La lengua es un miembro pequeño y, sin embargo, capaz de grandes cosas. Una pequeña llama basta para incendiar un gran bosque. Con la lengua podemos bendecir al Señor, nuestro Padre y podemos maldecir a los hombres hechos a imagen de Dios”. (Sant 3,2-9).

Con la llegada del cardenal Bertone a España se han dicho tantas sandeces, que más vale no tener en cuenta a las lenguas ociosas y las manos inútiles sobre los teclados de los ordenadores. El diálogo en la Iglesia es lo expresado más arriba. No entenderlo al modo del apóstol Santiago es, como dice el texto, incendiar un gran bosque.

Cuando un cardenal tiene que ser corregido por algo, siempre se hace en la intimidad. Si una Conferencia Episcopal tiene que ser llamada al orden, eso se hace en la intimidad de la comunión episcopal. Si un obispo saca los pies de la unidad se dialoga con él para que enmiende su conducta. Lo mismo que un sacerdote. Lo mismo debiera ser dentro de una familia entre sí.

Ahora bien, el diálogo que la Iglesia plantea con las autoridades de cualquier país siempre es el mismo: al modo evangélico. Pero si la autoridad de ese pueblo estalla contra los derechos de la Iglesia, entonces ésta utiliza la corrección fraterna más fuerte, es decir, ruega lo mismo pero con más insistencia y perseverancia. Si esa autoridad se empecina en sus desafueros contra la Iglesia, es cuando ésta sale a la opinión pública y emite un comunicado o mantiene una rueda de prensa con los medios de comunicación. Pero hasta llegar aquí existe un largo camino de diálogo evangélico y fraterno.

Por esto, las lecturas publicadas sobre el cardenal Bertone en España son siempre interesadas de parte, de la misma parte, que desea dividir a la Conferencia Episcopal, que está legislando contra la vida con el aborto y la eutanasia, imponiendo la Educación para la ciudadanía, conociendo previamente el resultado de la sentencia, y procurando sembrar un laicismo agobiante y anulador de la libertad de los hijos de Dios.

Cuando el cardenal Bertone se haya ido de España, volverán a inventar otro cuento para seguir dando más martillazos al mismo clavo buscando que el cristianismo desaparezca de la sociedad española y en su lugar se imponga la religión laicista que tanto gusta a los actuales regidores de la sociedad actual.

Tomás de la Torre Lendínez

2.02.09

El anticlericalismo de hoy

La historia española presume de tener una vena de anticlericalismo que se remonta a los tiempos del Renacimiento. El anticlericalismo en España se define como el deseo de ver desparecer a la Iglesia Católica y sus ministros. Los anticlericales de aquí no ven nada más que los aspectos negativos que la historia de la Iglesia ha dejado con el paso de los siglos en el solar patrio. Nunca ha querido distinguir entre el bien y el mal. Entre el clero sensato y bienhechor de la sociedad, y el clero insensato y mal ejemplo para la misma sociedad, los escritores y novelistas siempre han destacado a éstos últimos metiendo en el mismo saco a los otros. La objetividad de reconocer la parte sana y detectar la negativa nunca ha sido moneda de curso legal en toda la historia de España en los últimos trescientos años.

Este anticlericalismo ha traido ríos de tinta en la literatura realista hispana y ríos de sangre de clérigos inocentes, que han pagado su cuota sin tener responsabilidad directa en la mayoría de los asuntos. Los mártires de la Guerra Civil son prueba evidente de cómo sin haber cometido ningún delito fueron matados de modo vil. A muchos de ellos la Iglesia los ha elevado a los altares. Y, todavía, los que puedan ser canonizados en el futuro y que están en la lista de espera.

Con la Transición parecía que el anticlericalismo, dada la mayor madurez y educación del ciudadano español, se había quedado en los baúles de la historia pasada. Y no es así. La literatura, el cine, la televisión….está alimentando una fuerte dosis de anticlericalismo que no se detiene. Ahora no llegan a los extremos de la década de los años treinta, pero la fineza de la daga anticlerical está metida y sigue clavándose hondamente en los entresijos de la sociedad.

El anticlericalismo está extendido por otras zonas del mundo: en la India las cabezas de los sacerdotes tienen un precio. En Bolivia, Evo Morales, desea crear “una nueva religión” que le justifique sus fechorías. En Venezuela, Chavez no para de tener en el punto de mira a la jerarquia de la Iglesia Católica del aquel país.

En España hoy, el anticlericalismo tiene tres vertientes claras:
1.- En la llamada “cultura oficial” que pasta en el presupuesto estatal para producir engendros de cine o teatro, donde no dejan títere con cabeza.
2.- En ciertos medios de comunicación social, donde tiene asiento y barra libre un anticlericalismo, en parte formado por algunos clérigos que tiran piedras contra su propio tejado intentando hacer del círculo un cuadrado, a donde acuden un variado número de adeptos creyendo que le dan algo y solamente le ofrecen gato por liebre y siguen sin darse cuenta o no quieren darse por enterados, que los engañan como chinos.
3.- En un reducido sector que se llama, aquí, “religión análogica", donde nombran obispos, arzobispos, papas, hacen prelaturas personales, componen la agenda del cardenal secretario de Estado Vaticano, profetizan cismas, consiguen exclusivas inexistentes, y tiran a matar y desaparecer a la cadena Cope…..

Dentro de este abanico de anticlericalismo actual algunos se las prometen muy felices. Otros están apostados en el buen sillón del poder y el dinero. Y muchos están esperando y formando parte de un redil, donde nadie piensa por sí mismo, ni existe la libertad de los hijos de Dios.

Dejamos, ahora,como siempre, a los lectores y visitantes que completen este somero mapa del anticlericalismo en la tierra española de hoy. Ustedes tienen la palabra.

Tomás de la Torre Lendínez