26.03.09

Las bibliotecas monásticas

Durante hoy y mañana tiene lugar en Madrid las III Jornadas Técnicas de Bibliotecarios de la Iglesia, organizadas por la Conferencia Episcopal Española. El tema monográfico es: Bibliotecas monásticas y conventuales, dos mil años de historia.

La presentación de las sesiones de trabajo ha estado a cargo de Monseñor don Jesús Sanz Montes, presidente de la Comisión Episcopal para la vida consagrada. Las ponencias impartidas son éstas: Orden de San Benito, la biblioteca de la Abadia de Monserrat; Orden de hermanos menores, la biblioteca del convento de la Inmaculada de Pamplona; Orden de san Agustín, la biblioteca del monasterio de Santa María de la Vid, de Burgos; Orden de la Merced, la biblioteca del monasterio de San Juan de Poio, en Pontevedra; Orden de San Benito, la biblioteca de la abadía de Santo Domingo de Silos; la Biblioteca del Sacro Monte de Granada; y se acabarán con las conclusiones correspondientes.

La biblioteca del Sacro Monte de Granada la conozco muy bien. En ella he pasado horas de trabajo y búsqueda. La necesidad de cuidar, catalogar, informatizar, y poner al servicio de los investigadores las varias bibliotecas monásticas existentes en España, es un servicio cultural de primer orden que la Iglesia presta a una sociedad tan alejada de los silencios monásticos y de las actitudes pacientes de los que visitamos estos templos del saber milenario.

Por lo tanto, nos alegramos de estas jornadas, donde se explica el trabajo hecho, los proyectos de futuro, se comparten experiencias y se llega a unas conclusiones comunes dentro de la Iglesia en España para que se camine a la par en un asunto tan crucial como es el patrimonio documental depositado en las viejas bibliotecas monásticas.
Silos

Estas reuniones, me traen, siempre, a la memoria la cantidad de bibliotecas que han sido pasto de las llamas de incontrolados, de revolucionarios, de accidentes naturales….que ya no volverán a poder ser visitadas nunca, porque dejaron de existir. Pienso en la cantidad de monasterios femeninos que se están cerrando y unificando con otros de la misma orden en otro lugar de España. ¿Que ocurrirá con sus archivos y sus bibliotecas?, ¿serán conscientes las personas responsables del valor documental incalculable que tienen en sus manos a la hora de decidir cerrar un monasterio?.

Todavía, recuerdo cómo hace unos años, en las librerías de viejo, en la cuesta de Moyano madrileña encontré un libro procedente de una biblioteca monástica desaparecida existente en un convento en los duros años de la Desamortización del siglo XIX. Hablé con el padre general de la orden determinada, quien me encomendó adquirir aquella pieza única. Lo hicimos entre varios y hoy el ejemplar singular se encuentra en la biblioteca de otro monasterio contemplativo abierto a la investigación y al estudio de la historia.

La Iglesia sigue siendo la mejor depositaria del patrimonio documental y bibliográfico. Además con poco dinero e inmensos esfuerzos se consigue lo que otras instituciones desprecian, como ocurrió con los robos en una institución nacional, sita en Madrid, con una directora de triste recuerdo, pero con ganas de salir en los medios de comunicación.

Tomás de la Torre Lendínez

25.03.09

Necesidad de los Seminario Menores

Con el eco del Día del Seminario, en fechas recientes, algunas diócesis
han anunciado la apertura del Seminario Menor desde el inicio del curso
próximo. El caso más famoso es la diócesis de Santander, que abrirá su
antiguo Seminario. En otros lugares, existen grupos de expertos que
están estudiando la posibilidad de abrir el Seminario Menor.

Desde el Concilio de Trento, las diócesis tienen la responsabilidad
de abrir Seminarios para la formación intelectual, espiritual y
comunitaria de los futuros sacerdotes. Algunos obispos tardaron largos
años en llevar a la practica las normas del tridentino. Podemos afirmar
que en la segunda mitad del siglo XVII los Seminarios existían dentro
de todas las diócesis del mundo.

Estos centros de estudio llegaron, con el paso del tiempo, a ser los
mejores lugares de formación integral de los que ingresaban en ellos.
Algunos llegaban a ser ordenados de sacerdotes, otros optaron por
varias rutas de la vida, formando una familia e interviniendo en la
docencia, en la abogacia, en la judicatura, en la política…..

El profesorado de aquellos centros de formación era selecto y bien
preparado, habiendo pasado por facultades o universidades de la Iglesia
obteniendo grados de licenciatura o doctorado. Estos saberes eran
derramados sobre los cerebros infantiles de los Seminarios Menores,
sobre niños de diez años, quienes con el paso de los años se convertían
en sacerdotes y, algunos de ellos, también en profesores del mismo u
otro Seminario. Así vivió la Iglesia durante siglos.

Tras el Concilio Vaticano II, la crisis general de la Iglesia, la
bajada del número de vocaciones, la secularización de la sociedad…..
fueron, entre otras muchas, las causas de los cierres de aquellos
grandes caserones que eran los Seminarios Menores en la mayoría de las
diócesis españolas. Con el paso de los años a estos inmensos edificios
se le ha buscado la mejor prestación posible: la creación de casas
sacerdotales, que albergan a los curas mayores, que fueron los
seminaristas niños y jóvenes de hace equis años.

Ahora, ante la situación de escasez vocacional, varios obispos
confían que abriendo los Seminarios Menores con un estilo actual, más
pedagógico, más personalizado en el trato, más exigente en la formación
espiritual, más apoyado en la formación de una comunidad cristiana de
alumnos que se sienten llamados por el Señor a ser en el futuro
ordenados sacerdotes de Cristo en la diócesis en la que están situados
como alumnos.

Desde aquí, apoyamos a todas las diócesis que deseen abrir los
Seminario Menores, en la versión del siglo XXI. Seguramente, disponer
de un centro de formación integral de cara a ser cura, es posible que
aumente el crecimieto vocacional. La oración es el gran medio para
alcanzar el aumento de vocaciones. En ella nos mantenenos, mientras los
obispos deciben abrir el Seminario Menor.

Tomás de la Torre Lendínez

24.03.09

¿Es sincera la señora Aído?

Un compañero de Granada me envía el siguiente correo electrónico:

“El Obispo electo de Asidonia-Jerez y actualmente Delegado de Pastoral Universitaria de Sevilla, D. José Mazuelos Pérez, ofrecerá mañana miércoles 25 de marzo una conferencia sobre la Instrucción sobre algunas cuestiones bioéticas Dignitas Personae, en el marco de las actividades organizada por la Delegación de Pastoral Familiar de la Diócesis de Granada, con motivo de la Jornada por la vida, que la Iglesia celebra el 25 de marzo.

El acto tendrá lugar en el Centro Cultural Nuevo Inicio (Plaza Alonso Cano, s/n. Edif. de la Curia Metropolitana), del Arzobispado de Granada, a las 18 horas. La entrada es libre. Posteriormente, el Arzobispo de Granada, D. Javier Martínez, presidirá una Eucaristía por la vida, en la Catedral a las 19:30 horas, junto con el Obispo electo de Asidonia-Jerez, D. José Mazuelos Pérez.”

En todas las diócesis de España y de Hispanoamérica se celebra mañana la Jornada por la Vida del ser humano desde el seno materno hasta el suspiro final. Los días posteriores habrá diferentes encuentros, marchas y concentraciones para resaltar la cultura de la vida sobre la muerte.

Este compañero granadino me dice que el gobierno parece recular a tablas y que desea dialogar con los firmantes del Documento de Madrid. Le contesto que este gesto es un leve lavado de imagen ante la sociedad por la fuerte crítica que están recibiendo los propósitos de un gobierno desnortado, aunque firme en sus planteamiento por implatar una ley del aborto totalmente buscadora de la cultura de la muerte sobre la vida.
Curia arzobispal de Granada

Sin embargo, este cura de Granada me recuerda cómo la izquierda eclesial representada en curas, laicos, periodistas y medios de comunicación están en contra de la campaña de la Conferencia Episcopal, y están intoxicando el ambiente con otros asuntos menores, donde las donaciones del dinero a cardenales y obispos relucen desde el Sudeste de España.

Le contesto que lo mejor que debía hacer esa izquierda eclesial es reconocer que la batalla la tienen perdida por todos lados, ya que nunca contarán con obispos bobalicones que les puedan hacer el juego, como hasta ahora han tenido. Un ejemplo está en el caso de don José Mazuelos Pérez, obispo electo de Jerez de la Frontera. Cuando tuve ocasión de conocerlo en Sevilla saqué una gratisima impresión, porque ví que conoce el alma, como cura y ahora obispo, y el cuerpo como médico.

Esperamos que todos los actos organizados en la campaña a favor de la vida tengan un gran éxito y los que les moleste que sigan rechinándose los dientes. Así de claro.

Tomás de la Torre Lendínez

23.03.09

Uno se va y la monja se convierte

Si eramos pocos parió la abuela. Para quitar el protagonismo a la campaña en favor de la vida humana desde el seno materno hasta la tumba, ocurren dos hechos: el primero,Juan Carlos Girauta, articulista de Libertad Digital y tertuliano de Cope da la espantada quedándose en el estanque dorado catalán, donde vive y trabaja; el segundo, sor Lucía Caram hace pública confesión de su nueva religión catalanista.

Una vez más, desde Cataluña, nos dirigen la historia del resto de España. Otra ocasión para ver hasta donde llega el nacionalismo catalán. Personalmente no tengo nada en contra de estas dos personas, les he leido sus articulos en esta casa y el blog de la monja en la vecina y competidora.

Pero, en estas líneas, deseo solamente reflexionar sobre un fenómeno histórico que se repite constantemente: los nacionalismos producen una euforia de idolatración de las personas, que conduce a perder la libertad de pensar y actuar. Quien piensa y actúa como nacionalista, da igual catalán que vasco, que gallego, que mallorquín….le lavan el cerebro de tal manera que llega a perder la compostura, la serenidad de juicio, la objetividad de las opiniones opuestas, y busca la anulación del resto de la forma que sea y al precio que sea.

La historia española de los dos últimos siglos está llena de estas situaciones. Cuando los nacionalismos periféricos han tenido fuerza es cuando más débil ha sido el resto de España; cuando nos marcan la agenda a los demás españoles es cuando los nacionalismos, que se convierten en una religión laica, son capaces de producir situaciones como las actuales.

Además, es que no aprendemos la lección de la historia. Los nacionalismos viven para y por su territorio sacando el dinero a la hacienda pública de todas las formas posibles, produciendo unas diferencias entre las regiones muy notorias y escandalosas.

Como, por otra parte, todo nacionalismo está siempre apoyado por la Iglesia enclavada en ese territorio, resulta que los mismos cristianos terminan adorando al becerro de oro del nacionalismo, o se hacen una iglesia propia catacumbal en espera de mejores tiempos, cuando la libertad de los hijos de Dios pueda circular con plena seguridad de no encontrarse a los guardianes de la ortodoxia regalista y nacionalista y los reduzcan a las mazmorras del rincón oscuro.

¿Cuando llegará esto a tener arreglo?. Solamente, cuando sepamos ver que la historia es la maestra de la vida, y que la Vida que es Cristo nos ilumine a todos para huir del virus nacionalista, y veamos más lo que nos une que lo que nos separa.

Con huidas hacia delante abominando de la fe liberal; con conversiones a la nueva religión nacionalista de una monja dominica, solamente vamos a seguir siendo lo que somos en nuestra historia: unos comparsas de un teatro cómico, cuyos espectadores, que son los habitantes del mundo entero, se están riendo de nosotros siempre. Y así nos va.

22.03.09

Las cofradías ante la defensa de la vida humana

No les ha gustado a los partidos políticos la campaña de la Iglesia a favor de la vida de los no nacidos. Se nota que esta publicidad está dando en el centro de la diana de lo que se proponía. Ahora están las cofradías en los titulares de los medios informativos.

Desde la Transición, los varios partidos políticos, a nivel local principalmente, se dieron cuenta de que las hermandades son una fuerza que sabiamente llevada conduce a los fines que todo político persigue: permanecer en el poder. Para esto los votos son necesarios. Todo esto sucedía, cuando la Iglesia posconciliar no hacia ni caso a las cofradías que nadaban a merced de la corriente, sin encontrar algún cable donde agarrarse. Fueron años dificiles para las hermandades.

Los ideólogos de los políticos crearon cátedras de antropologia religiosa y social dentro de varios universidades. La cuestión era clara: había que demostrar que la religiosidad popular tenía un contexto social y cultural de primer orden, que interesaba que los políticos alabaran y protegieran, por las rentas que podían sacarle a las masas de gente que va detrás de una procesión o a una romería determinada.

En este movimiento de apropiación lento, pero seguro, los medios de comunicación social, especialmente la televisión, jugaron un papel de protagonismo inmenso. Presentaban cómo las autoridades locales se preocupaban de que la Semana Santa y las romerías adquirieran prestigio, lucidez, tronío, empaque y belleza cultural.
Procesion del Domingo de Ramos en Jerusalen

Cuando el Código de Derecho Canónico del año 1983 exigía a los obispos locales que se preocuparan del movimiento cofradiero, en muchos casos llegaron tarde: se crearon las delegaciones diocesanas de hermandades; se exigía a hermanos mayores que hicieran unos cursos de preparación en catequesis y doctrina cristiana; se puso un mayor control de las elecciones de los equipos directivos de las hermandades; se rogaba que los candidatos a presidir una asociación cristiana de fieles como las cofradías dieran pruebas con sus vidas de ser cristianos auténticos; y se actalizaron los estatutos de las hermandades a la letra y música del nuevo Código.

Este renacimiento del mundo cofrade tuvo aspectos muy positivos: la entrada de los jóvenes en las hermandades; la renovación de cargos que venían heredándose entre familias de la localidad; el engrandecimiento de la Semana Santa con nuevos enseres; y el nacimiento de nuevas hermandades en muchos lugares de España.

Pero, siempre existía el mismo asunto: las autoridades locales veían todo esto como un reclamo turístico, vacacional, cultural, primaveral y antropológico, pero el contenido religioso no lo miraban. Ni los obispos y los curas desearon diseccionar algo tan dificil, que además contaba con los presupuestos del municipio de forma generosa. Porque está demostrado que con las cuotas de los cofrades una hermandad no puede salir en procesión a la calle y mantener el nivel de lujo y poderío que presenta. Las subvenciones han existido y existen. Por lo tanto, es mejor no enfrentarse a la autoridad del municipio.

Por esto, cuando ahora llega el momento de definirse publicamente sobre la futura ley del aborto surgen las vaguedades cofradieras, las componendas diplomáticas, los miedos a que los tachen “de mezclar la religión con la política", como ha dicho la ministra señora Aído, la promotora de la disparatada ley del aborto, que lo llama con el eufemismo de “interrupción voluntaria del embarazo".

Ahora, estos días, es cuando se debe demostrar quien es quien en el mundo cofradiero y en el eclesial. Los miembros de una cofradía deben ser consecuentes con sus convicciones cristianas con todas las consecuencias. Y los obispos y curas han de trazar una línea clara entre lo que es estar a favor de la vida del no nacido totalmente o a medias.

Personalmente, declaro que estoy a favor de la vida del no nacido de forma clara y palmaria, y apoyo totalmente la campaña de la Conferencia Episcopal y para que conste lo firmo a fecha de hoy.

Tomás de la Torre Lendínez

PD. Este artículo es una completa postdata.