Una parábola de hoy

En la sociedad de hoy, tan descreída y egoísta, parace mentira que una persona como el profesor Jesús Neira, recién salido de un coma grande, afirme que le parece un milagro volver a vivir. Mucha gente ha rezado por este hombre, que ha sido victima de una paliza por defender a una mujer, que estaba siendo maltratada por su pareja.

Mientras, el agredido estaba luchando por vivir, el agresor está en la carcel imputado de su delito, y la que recibía palos se ha paseado por todas las televisiones poniendo el cazo para llenarlo de equis euros.

Parece la parábola del buen samaritano, en versión actual. Imaginemos la gente que pudo ver aquella mañana de agosto el momento en que una mujer es molida a palos por un individuo que dice ser su pareja. Cuanta gente pensaría: Yo no me meto en lios, tengo prisa, no es mi problema, allá ellos, paso olimpicamente de este asunto, veo mal que peguen a una mujer, pero como no es la mía no tengo que defender a nadie.

Sin embargo, un señor, profesor universitario, acompañado de uno de sus hijos, está presenciando al maltratador zumbar la badana a la chica, y, convencido de su compromiso social y humano, se interpone para detener el drama y, el agresor se pone a darle una paliza que deja al señor Neira camino del hospital.

Es similar a lo ocurrido con el buen samaritano. Pasaron por aquel camino tres personas y no se molestaron ni en mirar al herido en la cuneta. Solamente aquel samaritano, enemigo del pueblo judio, fue el que se detuvo y actuó en favor de aquel necesitado llevándolo a la posada, que aún hoy se puede visitar en el camino de Jericó a Jerusalén.

Cuando, ahora, el profesor Neira se recupera en el hospital se pregunta si no será un milagro. Y lleva razón. Es mucha gente la que ha rezado por él sin conocerlo. Y han sido muchas las personas que se han preguntado cómo se debe actuar en una situación parecida: pasar de largo, comprometerse como Neira, o llamar a la policía.

Será la conciencia de cada uno la que le dicte, en libertad y responsabilidad, lo que debe hacer en ocasiones similares, que se presentan más de lo que nos creemos.

Tomás de la Torre Lendínez

2 comentarios

  
aliado
Es una buena parábola. Soy amigo de Neira. He sido uno de los que he rezado para que se produjera su recuperación.
03/11/08 12:05 PM
  
amigo
Buen articulo, don Tomás, y valiente comparación con la parábola del buen samaritano. Felicidades.
03/11/08 12:06 PM

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