Los nuevos curas
Cuando el curso pastoral acaba, cuando la solemnidad de San Pedro y San Pablo llega, en nuestras iglesias diocesanas tiene lugar un acontecimiento singular: la ordenaciones de los nuevos curas.
No son ordenaciones masivas, como en los años pasados. Son ceremonias donde dos, cuatro o más jóvenes entregan sus vidas al servicio de Dios, de la Iglesia y de la humanidad, siendo ordenados sacerdotes, por el obispo legítimo, siempre en comunión con el Papa, y entran a formar parte de la comunidad presbiteral de la diócesis correspondiente.
Estas fechas son jubilosas en la vida diocesana. Son jornadas de alegría al ver subir las gradas del altar a nuevos sacerdotes, que con la fuerza juvenil y con la ayuda del Espíritu Santo, irán ocupando los lugares de servicio pastoral que otros tenemos. Son personas que han puesto la mano sobre el arado y no han mirado para atrás.
Los nuevos curas al ser ordenados gozan del día más grande de su vida, que lo prologan cuando celebran su primera misa en la comunidad parroquial que los vió nacer a la vida cristiana por el bautismo, los recibió con alegría en los sacramentos de la iniciación cristiana, y ahora participan de la primera Eucaristía que ellos presiden con la familia y el resto de cristianos de la localidad.
Estos curas de 2009 seguramente vivirán y conocerán el devenir histórico de la Iglesia a lo largo del siglo XXI, que es tan apasionante, tan preocupante y tan exigente a los cristianos, a la Iglesia y a sus pastores, de los que ellos han entrado a formar parte.
En los años venideros, estos neosacerdotes deberán mantener en alto el signo de lo sagrado en el centro de una sociedad cada vez más secularizada; tendrán que defender y extender la fe cristiana en un mundo muy alejado del sentido cristiano de la vida; tendrán que impartir los sacramentos a todos los que deseen recibirlos, de modo especial el sacramento de la penitencia, de la reconciliación y de la paz, que tan poca gente se acerca a recibir en estas fechas.
Y, finalmente, estos curas nuevos son los del Año de la Espiritualidad Sacerdotal, recién abierto por el Papa Benedicto XVI. Roguemos, oremos por todos los curas que en España han sido ordenado durane estas semanas: que sean buenos pastores y sigan a Cristo, verdadero y único Pastor de la grey de su Iglesia.
Tomás de la Torre Lendínez
2 comentarios
nadie en esta vida debe ser extranguero, la tierra es de todos los hombres con caractet general
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