Las cofradías ante la defensa de la vida humana

No les ha gustado a los partidos políticos la campaña de la Iglesia a favor de la vida de los no nacidos. Se nota que esta publicidad está dando en el centro de la diana de lo que se proponía. Ahora están las cofradías en los titulares de los medios informativos.

Desde la Transición, los varios partidos políticos, a nivel local principalmente, se dieron cuenta de que las hermandades son una fuerza que sabiamente llevada conduce a los fines que todo político persigue: permanecer en el poder. Para esto los votos son necesarios. Todo esto sucedía, cuando la Iglesia posconciliar no hacia ni caso a las cofradías que nadaban a merced de la corriente, sin encontrar algún cable donde agarrarse. Fueron años dificiles para las hermandades.

Los ideólogos de los políticos crearon cátedras de antropologia religiosa y social dentro de varios universidades. La cuestión era clara: había que demostrar que la religiosidad popular tenía un contexto social y cultural de primer orden, que interesaba que los políticos alabaran y protegieran, por las rentas que podían sacarle a las masas de gente que va detrás de una procesión o a una romería determinada.

En este movimiento de apropiación lento, pero seguro, los medios de comunicación social, especialmente la televisión, jugaron un papel de protagonismo inmenso. Presentaban cómo las autoridades locales se preocupaban de que la Semana Santa y las romerías adquirieran prestigio, lucidez, tronío, empaque y belleza cultural.
Procesion del Domingo de Ramos en Jerusalen

Cuando el Código de Derecho Canónico del año 1983 exigía a los obispos locales que se preocuparan del movimiento cofradiero, en muchos casos llegaron tarde: se crearon las delegaciones diocesanas de hermandades; se exigía a hermanos mayores que hicieran unos cursos de preparación en catequesis y doctrina cristiana; se puso un mayor control de las elecciones de los equipos directivos de las hermandades; se rogaba que los candidatos a presidir una asociación cristiana de fieles como las cofradías dieran pruebas con sus vidas de ser cristianos auténticos; y se actalizaron los estatutos de las hermandades a la letra y música del nuevo Código.

Este renacimiento del mundo cofrade tuvo aspectos muy positivos: la entrada de los jóvenes en las hermandades; la renovación de cargos que venían heredándose entre familias de la localidad; el engrandecimiento de la Semana Santa con nuevos enseres; y el nacimiento de nuevas hermandades en muchos lugares de España.

Pero, siempre existía el mismo asunto: las autoridades locales veían todo esto como un reclamo turístico, vacacional, cultural, primaveral y antropológico, pero el contenido religioso no lo miraban. Ni los obispos y los curas desearon diseccionar algo tan dificil, que además contaba con los presupuestos del municipio de forma generosa. Porque está demostrado que con las cuotas de los cofrades una hermandad no puede salir en procesión a la calle y mantener el nivel de lujo y poderío que presenta. Las subvenciones han existido y existen. Por lo tanto, es mejor no enfrentarse a la autoridad del municipio.

Por esto, cuando ahora llega el momento de definirse publicamente sobre la futura ley del aborto surgen las vaguedades cofradieras, las componendas diplomáticas, los miedos a que los tachen “de mezclar la religión con la política", como ha dicho la ministra señora Aído, la promotora de la disparatada ley del aborto, que lo llama con el eufemismo de “interrupción voluntaria del embarazo".

Ahora, estos días, es cuando se debe demostrar quien es quien en el mundo cofradiero y en el eclesial. Los miembros de una cofradía deben ser consecuentes con sus convicciones cristianas con todas las consecuencias. Y los obispos y curas han de trazar una línea clara entre lo que es estar a favor de la vida del no nacido totalmente o a medias.

Personalmente, declaro que estoy a favor de la vida del no nacido de forma clara y palmaria, y apoyo totalmente la campaña de la Conferencia Episcopal y para que conste lo firmo a fecha de hoy.

Tomás de la Torre Lendínez

PD. Este artículo es una completa postdata.

2 comentarios

  
Noby
Tomás
Tan apropiado es lo que dices,que la ministra Chacón no cede en lo de las tropas en Kosovo, y sí cede en lo relativo a la participación de la Legión en la Semana Santa de Málaga.La promiscuidad civil-religiosa-eclesial está siendo sometida a prueba con el asunto del aborto,esperemos salir del trance con los menos jirones posibles pero hay mucho miedo y muy poca vergüenza.Oraré por las Agrupaciones de Cofradías,en este momento de prueba,les pido que sean valientes,"para Dios nada hay imposible",y no hablo por hablar,conozco,y muy bien, el paño."No se puede servir a dos señores"
22/03/09 4:34 PM
  
Tomás de la Torre Lendínez
Estoy de acuerdo, Noby. El asunto es complicado
porque la mezcla es muy espesa. Esperemos que
la libertad eclesial no se hipoteque ante nada
material.
22/03/09 5:30 PM

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