La colonización intelectual en la Iglesia

La historia de la Iglesia en España de los últimos doscientos años ha tenido un fenómeno peculiar: la colonización intelectual. De modo singular, desde el Concilio de Trento, las diócesis habían adoptado el método ignaciano tanto para el aspecto espiritual del clero, como para la formación intelectual. La supresión de la Teología de las universidades hispanas creó la necesidad de contar con centros de estudios superiores que pudieran dar los grados académicos correspondientes a los que desearan alcanzarlos.

Normalmente fueron los seminarios instalados en los arzobispados los que concedían el bachiller, la licenciatura y el doctorado correspondiente en Teología. Con la creación de la facultad de teología en Comillas en manos de los jesuitas, y del colegio español en Roma, los diversos obispos mandaban a sus sacerdotes a estudiar a uno u otro sitio.

Los núcleos diocesanos se nutrían de los aspirantes a canongías, que tras unas reñidas oposiciones, tomaban posesión de sus vitalicios cargos que les abrían las puertas del seminario de la propia diócesis. Aquí ya empezaban a mostrarse los primeros atisbos de “cololnización intelectual".

Cuando Comillas tomó gran importancia, a principios del siglo XX, los curas que habían estudiado allí graduándose en Teología. Se les llamó “los comillenses". Este apelativo ya era expresión de los celos del resto del clero que estudiaba en un alicaido seminario diocesano, donde intelectualmente se les preparaba con un barniz bastante pobre.

Tras la Guerra Civil, se abrieron varias facultades de teología por España: Salamanca, Granada, seguía Comillas, más tarde Burgos, luego Barcelona, Valencia….hasta llegar hasta donde hoy estamos.

Tras el Concilio Vaticano II, muchos obispados desearon igualar al clero ofreciendole la posibilidad de estudiar en una facultad de teología a todos sus seminaristas. Aquello duró muy poco tiempo. Se volvió al seminario local y diocesano. Aquella vieja “colonización intelectual” de los canónigos venidos de otros lugares de España cesó al crearse los cabildos nombrados a dedo por los obispos diocesanos y perder muchas de sus responsabilidades jurídicas.

En los últimos veinte años estamos en una peculiar “colonización intelectual": consistente en enviar a los alumnos destacados de los seminarios a una facultad de teología cercana a la biografía del prelado de turno. Y en caso de inseguridad siempre está Roma, cabeza de la intelectualidad universal de la Iglesia.

Incluso, cuando el obispo local desea que sus presbíteros tengan un apoyo en la formación permanente del clero buscan la ayuda en profesores conocidos y cercanos a su biografía geográfica. Les da más seguridad en la ortodoxia o en la ortopráxis.

Esta “colonización intelectual” se ofrece también a los laicos, que en raros casos, llegan a observar esta manera de actuación cuando se ofrecen semanas de estudios teológicos, conferencias, jornadas en torno a equis o situaciones similares.

Y aquí nos encontramos en estos momentos. Esta “colonización intelectual” hoy es así. Cuando por la facilidad de las comunicaciones el clero se mueve, compra y lee, cosa que también hacen los laicos. Y, además, navegan por la red de Internet y encuentran lo que desean con entera libertad.

Me dirijo al lector de El Olivo: ¿conoce, usted, casos similares de “colonización intelectual"?. Déjelos por escrito, si lo desea.

Tomás de la Torre Lendínez

2 comentarios

  
candida
Es una importante manera de concebir la historia de la Iglesia: la colonización intelectual. Normalmente se acude a donde existe plena confianza de los que enseñan. No se tiene en cuenta a las personas que están más cerca. Siempre ha sido así.
18/02/09 11:32 AM
¿La foto de los neocatecumenales lleva doble sentido?
20/02/09 12:57 AM

Los comentarios están cerrados para esta publicación.