¿Ve, usted, una pastoral familiar en la parroquia?
Leemos en la agencia Aciprensa la siguiente noticia:
“El Instituto de Política Familiar advirtió que los casi cien mil matrimonios rotos en los primeros nueve meses de 2008 revelan que la ruptura familiar sigue siendo el principal problema de los hogares españoles, sin que las autoridades decidan hacer algo para revolverlo.
Según datos proporcionados por el Consejo General del Poder Judicial, en el tercer trimestre del 2008 ocurrieron más de 24 mil divorcios, cerca de mil 800 separaciones y 47 nulidades, que representa un leve descenso del 1% con respecto al año 2007.
Sin embargo, con estos datos, durante los nueve primeros meses del año pasado se alcanzó las 96 mil 500 rupturas, entre divorcios (más de 89 mil), separaciones y nulidades, lo que supone un matrimonio roto cada cuatro minutos.
Según los datos, durante estos primeros nueve meses Andalucía es la comunidad con mayor número de rupturas (18.052), seguida de Cataluña (17.489) y Madrid (13.197).
El presidente del IPF, Eduardo Hertfelder, criticó que las administraciones permanezcan indiferentes ante una problemática como la estabilidad familiar y que va contra el derecho de los padres a la estabilidad conyugal.
Hertfelder recordó que garantizar el derecho a la estabilidad conyugal es una tarea fundamental de las administraciones, sobre todo en los casos de los matrimonios con hijos y en situaciones de conflictividad o crisis.”
A la vista de estos datos, desde Andalucia, que es la comunidad con mayor número de rupturas, vemos que la sociedad no hace absolutamente nada a favor del fomento de una familia estable. El ejemplo más claro lo tenemos en la educación, donde las autoridades no apuestan por una formación humana de cara a la creación de matrimonios de buena estabilidad. Los ejemplos que siempre salen en los medios de comunicación de la comunidad son las rupturas, las aventuras extramaritales, las parejas de hecho por un tiempo.
Y lo último y más moderno es vivir en pareja sin papeles de ninguna clase, lo que supone que los datos obtenidos por el Instituto de Politica Familiar, adolecen de un gran número de uniones que no están controladas porque las personas son solteras que viven emparejadas hasta que el les parece.
La Iglesia andaluza se mueve por un oleaje difícil de remar. A nivel diocesano, cada obispo pretende disponer de un directorio de pastoral prematrimonial que invita a las parejas a prepararse dignamente a la recepción del sacramento del matrimonio. Las estadisticas diocesanas están notando el descenso de parejas que acuden a casarse por la Iglesia. Los pastores de las parroquias luchan por todos los medios conseguir la asistencia de las parejas a los varios modos de cursillos de preparación al matrimonio.
Desde las delegaciones de pastoral familiar se procura ofrecer unos medios aptos para las familias cristianas que contrajeron el matrimonio por la Iglesia. Se aprovechan todas las ocasiones posibles: padres de niños a bautizar, padres de niños de primera comunión, padres de jóvenes de confirmación, parejas de jóvenes en los movimientos apostólicos, parejas que realizan sus bodas de plata, e incluso las de oro, que son ocasiones para que se reuna la familia entera por el acontecimiento celebrativo que supone.
La cuestión es clara: ¿Está, usted, feliz en su matrimonio?. ¿Tiene asumida su responsabilidad como padre y madre de una familia cristiana?. ¿La ejerce usted?. ¿Cómo lo hace?.¿Necesita ayuda?. ¿La encuentra?.
En El Olivo deje cada lector y visitante su opinión con entera libertad. Es posible que entre todos superemos la realidad de un matrimonio roto cada cuatro minutos.
Tomás de la Torre Lendínez
6 comentarios
Como parte de la preparación para el matrimonio de la iglesia en la que nos íbamos a casar tuvimos que completar un examen de compatibilidad. Cuando el sacerdote empezó a comentar el resultado con nosotros (sin haberlo leído antes), se dió cuenta de que discrepábamos en todo y ni nos acordábamos de lo que habíamos rellenado meses antes. Se veía en la cara del sacerdote su gran preocupación por nosotros hasta que llegó a una de las últimas hojas, sobre la religión en nuestras vidas.
Coincidíamos en todo, en lo muy importante que era la fe en nuestras vidas. Al ver eso, el sacerdote no leyó más y concluyó la reunión, diciéndonos que un matrimonio en que Dios tenía un lugar de honor y en la que la vida cristiana era una prioridad seguiría adelante a pesar de dificultades, que todo lo demás importaba poco si nos apoyábamos en el Señor. Éste es “el secreto” de nuestro feliz matrimonio: que no lo consideramos un contrato legal sino un verdadero Sacramento de Dios.
de fe del sacramento del matrimonio. Creo que aquí está la clave: la fe profunda y
la convicción sensata de la pareja que contrae matrimonio dentro de la Iglesia
del Señor. Cualquier otro motivo produce las rupturas reseñadas.
En el matrimonio se hacen patentes todos los fallos de formación humana, intelectual y doctrinal de las personas.
La raíz de la ruptura matrimonial ha de situarse muchas, demasiadas veces, muchos años antes de que los contrayentes siquiera se conozcan.
Que tan poca gente en la Iglesia en España constate estas dos verdades de perogrullo no me permite ser muy optimista en relación al futuro de la pastoral matrimonial.
Será, más bien, una pastoral de atención al divorciado. Y, por desgracia, en algunos casos, también será una pastoral de crítica al la Iglesia por no permitir la comunión de las personas amancebadas.
Es lo que hay. Dios quiera que no sea todo lo que hay.
[2.-]
Yo soy creyente. Mi mujer no.
No estamos de acuerdo en nada. ¿Cuál es el "primer" cajón, el de arriba o el de abajo? ¿Cuál es la "primera" cuerda del tendedero, la que está delante o la que está detrás?
Pero estamos de acuerdo en cuatro cosas: amor, fidelidad, entrega y honestidad.
Estamos de acuerdo en que ésas son las cosas que enseña la Iglesia, Una, Santa, Católica y Apostólica.
Sin embargo, dada la situación de los cursillos prematrimoniales en las parroquias que conocíamos, nos negamos a realizarlos.
Desde su punto de vista no-creyente sólo vale la pena vivir "etsi Deus daretur" como si Dios realmente existiera.
Y eso es lo que hacemos todos los días. Desde que nos levantamos hasta que, tras las oraciones de la noche, nos acostamos.
Hace diez años que estamos casados. Tenemos tres hijos. Nadie daba un duro por nuestro matrimonio. Mucho menos porque fuéramos a tener tres hijos.
Cada vez que los veo jugar juntos no puedo por menos que sonreirme. Y echar una mirada de complicidad al Crucifijo, que nunca anda muy lejos.
ADVENIAT REGNVM TVVM
Los encuentros de novios sirven como preparación al matrimonio y en Zaragoza por ejemplo están convalidados como cursos prematrimoniales.
en mi parroquia desconozco si en materia familiar se hace algo
ayuda para formarnos no hay..........
me gustaria hubiese cursillos , y mas formacion
una vez venieron de la capital del movimiento familiar cristiano y me gusto mucho , pero hace ya muchos años
hay que visitar mas los pueblos y hacer mas cosas en las parroquias
un saludo tomas y dtb
Los comentarios están cerrados para esta publicación.