El Seminario Menor reabre sus puertas en Jaén
Desde el mes de septiembre, con el inicio del curso, renace el Seminario Menor de la diócesis de Jaén. Desde principios de los años setenta no funcionaba.
El Concilio de Trento creó la institución diocesana de los Seminarios, como centros de estudios para la preparación de los futuros sacerdotes. En la diócesis de Jaén hubo algunos intentos de abrir el Seminario Conciliar en Jaén. Pero hubo que esperar hasta el año 1660, siendo obispo don Fernando de Andrade y Castro, cuando, en la ciudad de Baeza, a la sombra de la Universidad creada por San Juan de Avila, como uno de sus patronos, cuando se creó el Seminario de la diócesis de Jaén.
Esta fundación produjo un inmenso gozo en la diócesis, pues los curas formados en la universidad baezana, salían con una honda preparación intelectual, humanistica, filosófica y teológica que era de gran renombre en toda la Iglesia. Durante varios siglos el Seminario fue un foco de cultura y formación espiritual y pastoral.
En el año 1824, la universidad baezana fue extinguida por orden del gobierno de Fernando VII. El Seminario continuó en su lugar, pero entró en una crisis de identidad intelectual, pues hubo que acoger a los profesores de la extinta universidad y aumentar con otros formados fuera.
Todo el siglo XIX, lleno de desamortizaciones religiosas y plagado con guerras carlistas, no fue buen tiempo para que todos los obispos de Jaén tomaran una sabia decisión sobre el Seminario Diocesano. Solamente en la segunda mitad del siglo, se comenzó a trasladar lentamente los cursos primeros a la capital del obispado; entretanto se comenzó a levantar el edificio que actualmente sirve de Seminario.
La polémica con la ciudad de Baeza saltó a la opinión pública, donde en los años de la Restauración se promovió una defensa encendida para que el Seminario no se llevase a Jaén. Al final, se impuso la cordura de sucesivos obispos, quienes para comienzo del siglo XX habian realizado el traslado casi total de los seminaristas a Jaén.
La guerra civil y el posterior deterioro del edificio baezano, hizo que todos los aspirantes a curas ya realizaban los estudios en Jaén. Sin embargo, el aumento vocacional de niños hizo que en septiembre de 1960, se volviera a abrir el edificio de Baeza, como Seminario Menor, que así sirvió hasta su cierre a comienzo de la década de los setenta.
Durante aquellos años pastoreaba la diócesis don Miguel Peinado Peinado, quien era el obispo más promotor personal de vocaciones sacerdotales tanto entre su familia en tierras granadinas, como en la tierra de Jaén durante los años de su episcopado. Este obispo sometió al Consejo del Presbiterio el cierre del Seminario Menor. Manteniendo un Seminario Mayor que en sus mejores años llegó a tener casi setenta alumnos.
Cuando monseñor Peinado se jubiló se creó un centro vocacional sacerdotal cuyo titular era el seminarista martir de la guerra civil, Manuel Aranda. Pero, la honda crisis de valores cristianos de la sociedad, entre otros motivos, influyó para que las vocaciones bajarán en el número, llegando al actual curso donde solamente 13 seminaristas estudian en el Seminario Mayor de Jaén.
Ahora, el actual obispo ha decidido reabrir las puertas del Seminario Menor a partir de septiembre. Algunos alumnos desean entrar a formar parte de la comunidad de jóvenes que se preparan al sacerdocio.
Es de esperar que esta nueva situación produzca una floración vocacional para la diócesis de Jaén, donde igual que otros lugares se necesitan sacerdotes para seguir pastoreando esta tierra del Santo Reino de Jaén.
Tomás de la Torre Lendínez
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