Desde el año 1977, cuando llegaba el miércoles previo al Domingo de Ramos, era presentada en la ciudad de Jaén la revista “Alto Guadalquivir”, con un contenido netamente propio de la Semana Santa y todos los personajes, las cofradías, los enseres, la música, las costumbres, la gastronomía, y el variopinto panorama que se encuentra en torno al drama del Señor en su Pasión, Muerte y Resurrección, conmemorado en esta tierra andaluza.

Esta excelente revista todos los años hasta 2009, era costeada por la entidad financiera Cajasur, quien dentro de sus partidas económicas en el área social y cultural cumplía siempre con este compromiso. Como es sabido que esta caja cordobesa está en proceso de fusión con Unicaja a nivel andaluz, hoy no se presentará el número de la revista preparado para este año. Las situaciones internas de la entidad bancaria han llevado a este recorte de la subvención para “Alto Guadalquivir”.

Nosotros, hoy, deseamos lamentar la pérdida de una magnifica revista sobre temas de Semana Santa, que había alcanzado la mayoría de edad por méritos propios, sabiendo recoger muchos trabajos firmados por personas investigadoras del singular fenómeno de la religiosidad andaluza popular que en cada primavera anda buscando escaleras para subir al madero de la cruz. La colección completa de esta revista es y será una fuente documental de primera mano cuando se desee conocer la Semana Santa de Jaén y su provincia en los últimos más de treinta años.

A la vez, queremos reconocer la callada y servicial misión que el polígrafo jaenero don Manuel López Pérez ha coordinado, con paciencia benedictina y amor por los temas de su tierra, la confección, montaje y corrección de la revista “Alto Guadalquivir”. Este buen amigo ha elevado a esta publicación en un documento imprescindible para conocer y comprender la esencia de la Semana de Pasión del Señor Jesús. Cada año, cuando llegaba una fecha como hoy, y presentaba el número de la revista comenzaba afirmando: “Cuando nos reunimos a conocer la revista “Alto Guadalquivir” ya huele a Semana Santa en Jaén”.

Y, tenía y tiene toda la razón. Los que habíamos firmado algún articulillo, junto al resto de participantes, tal día como hoy lo apartábamos en la agenda para estar en el acto de presentación pública de una revista que parecía tener una larguisima vida.

Por eso, hoy enterramos a “Alto Guadalquivir”, revestidos de los mejores ropajes litúrgicos funerarios, le rezamos un sentido responso, se nos cae unas lágrimas por su pérdida que se mezclan con el agua bendita que el hisopo lanza sobre la caja de madera de pino donde yace el cadáver literario. Pero como somos cristianos, hombres de esperanza, confiamos que algún día vuelva a resucitar para bien de la Semana Santa de Jaén.

Seguramente, ojalá no nos equivoquemos, aunque sea con otro título y con la misma entidad fusionada, o con otra caja de ahorros, dentro de un año podamos asistir a la resurrección de una revista sobre asuntos de Semana Santa similar a la que hoy despedimos.

Pedimos a Dios nos conceda vida para ocuparnos de este futuro acontecimiento. Aquí lo contaremos.

Descanse en paz “Alto Guadalquivir”.

Tomás de la Torre Lendínez

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En la diócesis de Jaén se ha repartido, entre el clero, el siguiente formulario de carta dirigida al Santo Padre. Personalmente la he firmado:

“Carta postulatoria de Adhesión a la solicitud de la Conferencia Episcopal Española al Santo Padre Benedicto XVI
para la Declaración de San Juan de Ávila como Doctor universal de la Iglesia

Beatísimo Padre:

D……………………………………………………………………………………………………………………………………………………..
Sacerdote de la Diócesis de Jaén (España) y que en la actualidad está ejerciendo el ministerio presbiteral como………………………………………………….
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MANIFIESTA que he encontrado siempre una luz y aliento en San Juan de Ávila para vivir como más celo apostólico el ministerio presbiteral, un estimulo para tener más unión con el Señor y cumplir su voluntad, así como un camino seguro para comunicar la doctrina cristiana siendo fiel a la fe de la Iglesia en las circunstancias actuales.

La doctrina de San Juan de Ávila es muy profunda y fundamentada, tocando una multitud de aspectos doctrinales y pastorales, perfectamente tratados, bíblicamente muy fundamentados y ejemplarmente ejecutados desde un punto de vista pastoral.

Su profundo amor trinitario, a Cristo en la Eucaristía, a la Palabra de Dios, a la Iglesia en su continua reforma, a los sacerdotes, a la dirección espiritual y personalizada a cada uno, a la atención misericordiosa en el confesionario, a los enfermos, a los pobres de todas las edades y categorías, así como a las cuestiones sociales y de justicia son un constante ejemplo para vivir hoy mi sacerdocio, y pueden ayudar enormemente a los obispos, sacerdotes y laicos del mundo entero a tener unas claves seguras de referencia en la vida espiritual, doctrinal y pastoral.

Por lo que me ADHIERO con sumo agrado y afecto la petición que la Conferencia Episcopal Española y nuestro Obispo de Jaén han dirigido a Su Santidad para que San Juan de Ávila, para bien de la Iglesia, sea declarado Doctor universal de la Iglesia.

Reciba mi adhesión filial y mi afecto fraternal en el Señor, implorando al mismo tiempo su Bendición Apostólica.”

Con esta iniciativa todos los sacerdotes españoles estamos en el deber de firmar una carta similar a esta con el fin mencionado dentro de ella: que el Papa declare a San Juan de Ávila, patrón del clero español, como Doctor universal de la Iglesia.

Dejo aquí este testimonio para alentar a algún compañero que lea este post y desee firmar una epístola similar, y para que los laicos rueguen al Señor que pronto podamos contemplar la declaración que se ruega al Papa en la misiva.

Tomás de la Torre Lendínez

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Mucha gente de hoy cuando mira la riqueza histórica y artística que existe dentro de las iglesias parroquiales perdidas por la geografía española se extraña mucho. El turismo rural, canal de alimentación de bastantes familias residentes en pequeños municipios, ha traído el encuentro de los turistas y visitantes con el arte religioso de templos y ermitas repartidas por la geografía de España.

Alguna vez he escuchado esta frase: “La Iglesia siempre ha sido muy rica para conseguir todo esto”. Mi respuesta ha sido ésta: “No. A la Iglesia le han donado todo lo que se ve y hoy se admira. La Iglesia siempre ha contado con los mecenas”. La conversación ha girado en torno a la definición de mecenas y de la importancia de los mecenazgos dentro de la pequeña historia de los pueblos, ciudades y villas.

Bien, pues, hoy informamos de una persona que ha servido de mecenas, a la usanza antigua, se trata de doña Tomasa Rodríguez García, quien según su expreso deseo ha costeado el nuevo retablo del altar mayor de la parroquia de Nuestra Señora de la Asunción, donde ella fue bautizada, de la villa de Bedmar, en la diócesis y provincia de Jaén. Doña Tomasa ha deseado que esta obra esté como memoria de sus padres don Juan José Rodríguez Fernández y doña Maria Francisca García Amezcua y para mayor gloria de Dios.

En el mundo del mecenazgo siempre ha habido el sabio consejo de un sacerdote. En este caso ha sido don Bartolomé Martínez Vidal, consejero y amigo de la donante y que ha colaborado en varias gestiones.

El antiguo retablo de la parroquia de Bedmar fue destruido durante la Guerra Civil. La obra que hace unos días ha sido bendecida está realizada por el escultor de Andujar don Manuel López Pérez, acompañado de su equipo de colaboradores.

Esta nueva obra está hecha en madera de cedro. Y se ha usado el estilo gótico, dado que la iglesia parroquial está encuadrada en este estilo artístico. Todo ha sido coordinado por el párroco don Rogelio.

Se ha buscado que todo el conjunto del retablo sea una catequesis sobre la vida del Señor, de la Virgen y de los Santos. Destaca el misterio titular: la Asunción de María Santísima a los cielos. Y sobresale la imagen de la patrona del pueblo de Bedmar: Nuestra Señora de Cuadros, que vive en una bella ermita levantada sobre un montículo, a unos kilómetros del casco urbano, a cuyos pies riega y pasea el río Cuadros, que nace en la sierra Mágina, donde se encuentra el municipio de Bedmar, dentro del obispado y provincia de Jaén, tierra del Santo Reino, en la región andaluza.

No conozco a doña Tomasa personalmente, como me consta que está leyendo este artículo, pues visita esta página asiduamente, desde aquí deseo darle las gracias por su donación artística y ruego al Señor le pague todo el bien realizado a la comunidad cristiana de la villa de Bedmar. Esta nueva mecenas ya ha entrado a formar parte de la historia centenaria de la parroquia de la Asunción. Dios se lo tendrá en cuenta ahora y mucho más en el Reino de los Cielos.

Tomás de la Torre Lendínez

Era una tarde otoño. Un joven estaba en su habitación de estudio. Sintió un fuerte dolor en la cabeza que le quitó la vista. Deseó levantarse y no pudo. Cayó al suelo.

Unos compañeros llegaron y vieron la escena. La ambulancia corría hacia el hospital. Allí ingresó en la unidad de cuidados intensivos. Había sufrido un accidente cerebro vascular. Aquel joven yacía en la oscuridad del estado de coma. Así estaría muchos días. Pocos apostaban por su recuperación. Su familia y compañeros sí confiaron en la oración al Señor como la mejor medicina que ayudaría a la medicina científica a sanar poco a poco a aquel joven.

Tras pasar por los tratamientos médicos necesarios, tras caminar en un sillón de ruedas, tras hacer una larga temporada de ejercicios de recuperación, tras tener una fortisima voluntad de superación de la situación, tras recibir la gracia de Dios en los sacramentos, hoy ese chico da un paso esencial en su vida.

Juan Carlos Torres Jiménez está situado delante, el segundo por la izquierda.


En esta mañana, a las 12, en la Catedral de Jaén, Juan Carlos Torres Jiménez, natural de La Carolina, junto a su compañaro Germán García Aguilera, de Andújar, serán admitidos como candidatos al Orden sagrado por el obispo de Jaén, dentro del sacramento de la Eucaristía.

Es la mejor forma de celebrar el Día del Seminario en la diócesis de Jaén. Es una gran jornada para Juan Carlos, quien ha vuelto de la oscuridad del estado de coma para sonreir, estudiar, convivir, rezar, vivir en comunidad y prepararse para algún día ser ordenado sacerdote de Cristo y presbítero de la diócesis de Jaén.

Nosotros traemos, aquí, a Juan Carlos como testimonio de que en la Iglesia del Señor nunca faltan los milagros y que Dios sigue llamando a los jóvenes a ser curas, aunque tengan que pasar por la oscuridad de la noche, como San Juan de la Cruz, esa oscuridad ha sido el peligroso estado de coma a donde fue enviado Juan Carlos una tarde de otoño.

Hoy, en un día de primavera, la Iglesia lo admite públicamente como candidato a ser cura. Ojalá pronto lo veamos subir las gradas del altar a presidir la celebración de su primera Eucaristía.

Tomás de la Torre Lendínez

Soy un espectador del programa de Los catedráticos desde su nacimiento en Libertad Digital TV. Siempre ha existido un diálogo interesante y respetuoso sobre los temas de debate.

Anoche el asunto era: la fe.

Se vieron las diferencias entre un cristiano y un agnóstico. Y las argucias de éste para “coger” al otro, quien no tuvo empacho en decirle que no mezclara los aspectos.
Muy interesante. Lo dejo aquí, amigos lectores, seguro que les interesará.

http://www.libertaddigital.tv/ldtv.php/beta/videoplayer.html/MDmTaNnoZ7c

Muchas gracias por todo.

Tomás de la Torre Lendínez