¿Veremos la solución en Aspe?
Quien la sigue la consigue, reza el refrán castellano. Durante el pasado mes de agosto un jubilado setentón compró pintura roja y emborronó las lápidas a los mártires de la fe católica existentes en la fachada de la Basílica del Socorro, de la localidad de Aspe, en la provincia de Alicante.
Aquella hazaña creó un malestar en la comunidad de aquel pueblo levantino.
Ahora, la municipalidad local, formada por socialistas y comunistas, han llegado a un acuerdo con la diócesis alicantina para quitar “unos símbolos franquistas”, y poner en un atril a todos los nombres de los ciudadanos de Aspe que murieron dentro de la Guerra Civil fuera del bando que fuera.
¿Es un paso atrás o una guía a la reconciliación?