En los templos de los años posteriores a la Guerra Civil española la virtud de la pureza se media por centímetros de tela. !Cuantas batallas se perdieron por unos trozos de tela llamados “manguitos"¡.
En la década de los cincuenta, los curas españoles se compraron las primeras Vespas, dejando el caballo, como medio de transporte para ir de aldea en aldea, o de cortijo en cortijo, atendiendo pastoralmente a sus feligreses. Aún vive un motero de aquellos con más de noventa años a sus espaldas y con una lucidez pasmosa cuenta aventuras sobre las dos ruedas de una moto.
En la década de los sesenta, con el desarrollismo económico, los curas se compraron los primeros Seat 600, por unas 80,000 pesetas de entonces y haciendo cola a la hora de recibir su coche.
Los años posteriores los coches de los curas y monjas se diversificaron según el bolsillo y las necesidades pastorales.
Ayer el Papa Francisco afirmó ante más de 6,000 seminaristas y chicas novicias, que “asquea ver a un cura o una monja con el último modelo de coche".
Volvemos a los centimetros, pero esta vez a los centimetros cúbicos del motor del vehículo que el cura adquiere para el servicio pastoral de sus fieles.
¿Qué quiso decir el Papa al vivero vocacional reunido en Roma con motivo del Año de la Fe?
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