El papelón ramplón del Diccionario de la RAE
Lo mismo que la enseñanza española está en la cola de Europa. Lo mismo que la formación literaria está en declive demostrado. Lo mismo que las ortografía y la prosodia son piezas de un museo inexistente de la lengua española. Lo mismo la Real Academia de la Lengua ha decaído en sus funciones, en sus ingresos elegidos a dedo, en su poca presencia social, en su limpiar y dar esplendor a la lengua cervantina.
Hasta hace muy poco tiempo, la entrada de nuevos términos en el Diccionario, era una larga carrera de obstáculos, estudios, pruebas y votaciones entre los miembros de tan docta corporación.
Ahora, la frivolidad con la que recogen palabras y palabros de la jerga social y los elevan a la inmortalidad del Diccionario, es síntoma de que la RAE ha perdido el norte como otras instituciones de la España de siempre.
El haber introducido el concepto de matrimonio homosexual es la mayor prueba de lo que estoy diciendo. Por dos motivos: