Ridículo inglés de prohibir la Religión en los juegos olímpicos
Los juegos olímpicos de Londres han bajado el telón. Ayer tarde, con la final de baloncesto entre España y Estados Unidos, cayó la última medalla en el talego español, fue una plata que sabía a oro.
Tuve puesta la primera cadena de la televisión española para la imagen, pero mantuve una emisora de radio para el audio. Durante la transmisión del partido estuvieron diciendo que esos jugadores son millonarios de tomo y lomo, pues tienen sus contratos de oro con equipos yanquis en la liga de baloncesto de aquel país.
A nadie se le ocurrió hacer un signo religioso en todo el partido. Eran obedientes chicos de la organización olímpica londinense que ha prohibido la entrada de la Biblia u otros signos religiosos. Esta decisión ha sido tan pagana, tan absurda, que ha resultado como querer colocar puertas al campo.
La fe ha entrado con los atletas, con las personas en sus corazones y en sus maletas. Veamos tres ejemplos paradigmáticos.