27.01.09

Santo Tomás y la JEC

Apoyado en mi juvenil militancia en la Juventud Estudiante Católica, y en la fiesta de Santo Tomás de Aquino, patrón de las Escuelas Católicas y como actual profesor de un instituto de enseñanza secundaria obligatoria, situado en una región donde los patrones educativos fueron desterrados hace años por un insulso y laicista Día del Docente, que se sacó la Junta de Andalucía de la manga, como tantos asuntos concernientes a la educación, y que lo situa en el calendario escolar favoreciendo siempre un largo puente para los profesores, es por lo que deseo dejar colgado en El Olivo el mensaje emitido por la actual Juventud Estudiante Católica, (JEC),con motivo de la fiesta de Santo Tomás. Dice así:

“Desde la Juventud Estudiante Católica (JEC) manifestamos nuestra preocupación por algunos aspectos que afectan a nuestro ambiente cultural y estudiantil.

En pleno siglo XXI, vemos cómo la enseñanza sigue siendo el privilegio de unos pocos, y la dificultad del acceso al saber uno de los abismos que separan Norte y Sur y perpetúan la injusticia, la pobreza y la opresión. En nuestro país, los constantes cambios de leyes estatales de educación son muestra de la decepción general ante tantas expectativas de la comunidad educativa y la sociedad, haciendo depender los procesos formativos de un continuo vaivén coyuntural. Las actuales reformas parecen desarrollarse más en la forma que en los contenidos, responder más a las demandas del mercado y a la progresiva tecnificación de la vida y la ciencia que a las verdaderas necesidades de la sociedad, especialmente de los sectores más desfavorecidos de la misma.


Mientras tanto, los estudiantes sufren las consecuencias de la inestabilidad, de la presión ante un futuro incierto, y de la ausencia de una formación integral al alcance de todos. Algunas de las recientes movilizaciones de estos alumnos nos hacen sentir que se ha activado la voz de alarma ante las arenas movedizas de un sistema educativo convulsionado.
Ante esta realidad, los y las jóvenes de la JEC afirmamos que:

1. La educación es un derecho universal que debe orientarse al desarrollo integral de la persona, capacitándola para realizar libremente su vocación primera: su protagonismo y compromiso en la construcción de la sociedad en la que vive.
2. La educación debe ocupar el lugar prioritario que merece en las preocupaciones de los ciudadanos y de sus representantes políticos. Entendemos que sólo arbitrando un consenso que ponga en el centro la formación integral de la persona, aspirando a la unidad del saber frente a la fragmentación del conocimiento, podrán habilitarse medios eficaces para consolidar la ambiciosa reforma educativa que necesitamos.
3. Las instituciones educativas no pueden ser una isla en medio de la sociedad actual. Sólo estarán realizando su misión en la medida en que sean capaces de apostar por las verdaderas necesidades de la sociedad, atendiendo al grito de las realidades más sangrantes de injusticia y desigualdad de nuestro mundo.
4. El saber y el estudio pueden y deben ponerse al servicio de la comunidad local, nacional e internacional, desde un compromiso estudiantil que no mire sólo el beneficio particular de quien estudia, sino también el para quién se estudia. Alentamos la promoción de una cultura de la solidaridad, de la participación y de la justicia social, que fomente una ciudadanía activa, fraterna y responsable.
Entendemos que “toda reforma de la enseñanza es hoy ineficaz si no está unida a una revolución total, económica, política y cultural: no se puede reformar la escuela sin recrear la civilización y no se puede reformar la civilización sin recrear la escuela” (Jean Lacroix). Por eso desde la JEC seguimos, hoy como ayer, trabajando por una escuela que sea semilla de cambio para el mundo".

Con todo lo anterior estoy totalmente de acuerdo y deseo subrayar la idea final de Jean Lacroix según la cual si se desea reformar la civilización se debe recrear la escuela, ya que los que semanalmente estamos con setecientos alumnos sabemos que ellos serán los depositarios de la educación de hoy, y en sus manos está el futuro de la sociedad, pero para eso debe mejorar la calidad de los centros de estudio en el más amplio sentido de la palabra, tal como lo vivió Santo Tomás de Aquino en la Sorbona parisina en pleno siglo XIII, donde la enseñanza era universal en los conocimientos y el estudiante tambien era universal en sus experiencias, porque era itinerante.

Para los lectores y amigos de El Olivo informo que mañana NO es mi onomástica. Gracias.

Tomás de la Torre Lendínez

26.01.09

Los curas y sus adjetivos

Desde el Concilio de Trento, donde se legisló ampliamente sobre los seminarios y la vida de los presbíteros y obispos, a los sacerdotes pertenecientes a una diócesis se les llamó como adjetivo: diocesanos. Además para distinguirlos del clero religioso o regular, se les puso otro adjetivo: clero secular. Así hemos sido conocidos hasta hace unos cincuenta años.

La espiritualidad del presbítero diocesano siempre ha estado en manos del Magisterio de los Papas, quienes han alumbrado enciclicas sobre el asunto, verdaderos monumentos a la sabiduría y buen gobierno de cómo debe ser la vida espiritual del sacerdote secular. Los obispos propios han sido también los maestros del acompañamiento espiritual del presbítero en sus propias diócesis. El espíritu ignaciano de los Ejercicios Espirituales recomendables anualmente era la fuente donde los curas bebían el agua espiritual para el sustento de sus vocaciones y de su entrega al Señor al haber recibido el sagrado orden del Presbíterado. Los Boletines Oficiales de los Obispados publicaban la lista de los curas asistentes a las varias tandas de Ejercicios Espirituales durante el año. Y quienes los practicaban lejos de sus diócesis debían entregar la correspondiente acreditación de haber estado en tal lugar.

Todas estas orientaciones espirituales, morales y jurídicas de la vida de los sacerdotes pasaron a engrosar las diferentes normas que los Sínodos diocesanos acumularon a lo largo de los años. En el Código de Derecho Canónico del año 1917, el Papa Benedicto XV, que fue quien lo promulgó a toda la Iglesia, quedó recogido todo el acervo doctrinal de la vida espiritual, intelectual y pastoral de los sacerdotes.

El Concilio Vaticano II, en su documento Presbiterorum ordinis, dejó esculpido para siempre la vida de los presbíteros diocesanos. Sobre este cimiento, se ha reunido el Sínodo de los Obispos,y ha estudiado la vida del clero diocesano ampliamente. De esta reflexión colectiva surgió el gran documento Pastores dabo vobis. El Código de Derecho Canónico de 1983 recoge todos los elementos esenciales de la vida espiritual de los curas, cooperadores de los obispos en el ministerio pastoral.

Mientras, en la vida real del presbítero diocesano se fueron ofreciendo varias opciones de espiritualidades diversas admitidas por la Iglesia con toda legalidad: Opus Dei, los Focolares, los Carismáticos, el Camino Neocatecumenal, Comunión y Liberación……..que algunos de ellos las utilizan como adjetivos de su propia misión clerical.

Hoy, asistimos a una riqueza grande de adscripciones de los curas a equis línea espiritual, de tal manera que algunos la colocan en su curriculum vitae cuando son entrevistados por los medios de comunicación, o se les encomienda alguna misión pastoral en un lugar y en un tiempo determinado.

Los curas que no siguen ninguna oferta espiritual están sin el adjetivo equis. Se mantienen con el adjetivo: diocesano o clero secular. Los otros se autotitulan: sacerdote….y colocan el movimiento espiritual que viven. Y así estamos.

¿Que ocurrirá en el futuro?. No sabemos porque no somos adivinos. Está claro que la libertad en la vida espiritual de los curas es total. Lo necesario es que el cura viva intensamente su entrega vocacional a Cristo, a la Iglesia y a los hermanos, especialmente a los más pobres y abandonados, y así será feliz, como el que firma esto.

Tomás de la Torre Lendínez

25.01.09

La veteranía en el periodismo

Se pregunta hoy, en la fecha posterior a San Francisco de Sales, patrón de los periodistas, Luis Fernando qué le diría él, como director de ReL, a los obispos actuales sobre los basamentos ideológicos cristianos y éticos de todos los que estamos en el mismo portal, y de la manera de trabajar que tenemos.

Por mi parte, deseo aportar unos puntos que la periodista Rosa Maria Calaf, daba en el diario Ideal, de Granada, el pasado 4 de enero, y que hoy recoge Ecclesia Digital.
Y se puede ver completo en periodismo al pil pil. El titulo es Cómo ser periodista en quince pasos.

ERE en RTVE
1.-"Prefiero cobrar por trabajar, no por no trabajar".
2.-Sueldo
“La experiencia y el conocimiento no pueden pagarse igual que la juventud".
3.-Proyectos
“Tengo el privilegio de haber vivido la etapa dorada del Periodismo y ahora quiero devolver lo que he recibido".
4.-Conciliación
“Me es difícil delimitar dónde empieza mi vida y dónde mi trabajo".
5.-Precariedad
“Lo intolerable es la situación de precariedad absoluta en la que trabajan compañeros. Hablo de responsabilidad empresarial".
6.-Territorio Comanche
“Por el afán de dar repercusión a cualquier cosa que le pasa a un reportero, éste se ha convertido en objetivo. El contendiente que quiere llamar la atención debe atacar a un periodista antes que a un cooperante".
7.-Veteranía
“Cada vez me cuesta más soportar el dolor y la injusticia”
8.-Tecnología
“Sufro porque permite algo con lo que ni siquiera soñábamos, pero ha derivado a lo facilón".
9.-Mercantilismo
“La información no debe estar a merced de las leyes de mercado. Cuando la noticia se convierte en mercancía que tiene que ver con la cuenta de resultados lo que importan son los beneficios, no la verdad".
10.-La TV basura
“El ‘infoentretenimiento’ es un problema a nivel mundial".
11.-Los valores
“El valor principal de un periodista es la credibilidad, que se gana con los años".
12.-La veteranía
“Me gustaría que existiese un departamento de gente mayor, que esté allí precisamente porque es mayor y sabe un montón".
13.-La función de Periodismo
“¡No puede cambiar! Hay que adaptarse, de acuerdo, pero nuestra función sigue siendo controlar el poder y construir una opinión pública sana con elementos de juicio honestos y objetivos.
14.-La vocación
“El Periodismo es mucho más que un trabajo, que una tarea con horarios. Se introduce en tu forma de vida. Se es periodista desde que te levantas hasta que te acuestas".
15.-El drama
“En los conflictos, tú te vas y ellos se quedan.”

Nosotros, solamente, apuntamos que la información religiosa en España hoy, debe tener una meta: la verdad. Así vivió San Francisco de Sales a lo largo de su vida. Guiados por la Verdad estaremos comunicando la Verdad y desearemos que todos lean la Verdad. Lo facil es informar sobre la religión cristiana mezclándola con los intereses ideológicos. Entonces el lector nos abandona, y hace muy bien, porque sabe libremente elegir.

Tomás de la Torre Lendínez

24.01.09

Los cristianos y sus adjetivos

Con el levantamiento de la excomunión a los seguidores de Lebfevre, se archiva un capitulo de la historia reciente de la Iglesia Católica. Es un motivo de alegria y de acción de gracias al Señor.

Ya ha desaparecido un adjetivo: “lebfrevianos". Sin embargo, los adjetivos dentro de la Iglesia siguen usándose de modo claro y determinante. Ya San Pablo advertía que los cristianos no deben llamarse de Pablo, ni de Apolo….sino de Cristo, por eso en la ciudad de Antioquía, según narran Los Hechos de los Apostóles, fue el lugar donde comenzaron a llamar cristianos a los seguidores de Cristo.

Aquí debió quedarse la adjetivación de los seguidores de Jesús de Nazaret. La historia posterior ha ido acumulando una riquisima cascada de adjetivos que se colocan detrás de la palabra antioquena: cristianos.

En plenas persecuciones del Imperio Romano, los cristianos fueron llamados: mártires, o confesores de la fe. Y los que ofrecían su sacrificio a los dioses paganos y luego se arrepintieron, se les llamó: los lapsi.

Con la paz constantiniana el cristianismo tomó un nuevo adjetivo: religión oficial del Imperio, que antes la habia perseguido. El monacato, ya en manos de San Benito, tendrá la gran adjetivación del fundador: los benedictinos. Luego vendrán los cartujos, los franciscanos, los dominicos, los carmelitas, los agustinos, los jesuitas, los redentoristas, los paúles, los salesianos, los claretianos….y así una larga lista de las diferentes familias religiosas, que sus fundadores inspirados por el Espiritu Santo fueron esenciales para un tiempo concreto y una necesidad determinada dentro de la sociedad y de la Iglesia del momento histórico de la fundación.

A los laicos, seguidores de la espiritualidad de los diversos institutos religiosos, serían conocidos con el mismo adjetivo que los religiosos de votos perpétuos. Y así hasta las puertas del Vaticano II, de cuya anuncio de celebración se cumplen mañana cincuenta años. De aquel gran Concilio surgieron varios movimientos laicales, que con el paso del tiempo, también, el pueblo por ahorrar palabras ha adjetivado a los seguidores, como los… y los…..y los…..

La pena de todos estos adjetivos, pasados y presentes, es que dan por conocida la palabra anquioquena: cristianos, los seguidores de Cristo. Y es una laguna en la que estamos metidos y no vemos la salida.

A los hermanos separados de nuestra fe les ocurre algo parecido con la denominación de las diversas congregaciones, por ejemplo, en sociedades tan plurales religiosamente hablando como es la los Estados Unidos.

Nosotros proponemos que recuperemos más la palabra cristiano, nacida en Antioquía. Y que la pongamos por delante del adjetivo. Por ejemplo: alguien de la familia franciscana, pudiera nombrarsele así: cristiano franciscano. Otro, miembro de la familia dominica: cristiano dominico.

De esta forma quedaría patente que nosotros seguimos a Cristo, por eso nos llamamos cristianos, y vivimos la espiritualidad según el fundador tal o cual, y aquí vendría oportuno el adjetivo correspondiente. De lo contrario, damos la impresión que seguimos más al creador del movimiento que al único pastor que es Cristo, gracias al cual nos llamamos con el honroso nombre de cristianos.

Nos gustaría conocer la opinión de los lectores sobre este asunto. Aquí pueden dejar su parecer como siempre. Sean bienvenidos.

Tomás de la Torre Lendínez

23.01.09

Un cura en contracorriente

Tenía interés por conocer como se desarrollaba el programa titulado
Contracorriente, en Popular TV. Estuvo en la línea de los nuevos
programas que superan la voz monocroma y deseó expresar, en una forma
de revuelto de varios asuntos, la pluraridad de la sociedad de nuestros
dias. En general, la valoración del programa es de un aceptable
resultado. La interacción del espectador por mensjaes telefónicos fue
fría al comienzo, pero creció en el desarrollo de las dos horas y media
de programa.

Hubo una persona que es singular en su saber hacer televisión: se
trata del sacerdote Javier Alonso Sandoica, buen conductor, excelente
comunicador, agil continuador y conocedor del medio televisívo y su
lenguaje rápido y sonriente. Me gustó la entrevista que habría tenido
que realizar a César Vidal grabada, porque a esa hora el escritor
estaba conduciendo su programa en La Linterna de Cope. El contenido fue
sobre el asunto de los autobuses con propaganda atea, que comenzará en
Madrid, el lunes que viene con la “bendición” del señor alcade, don
Alberto Ruiz-Gallardón.

El cura Alonso estuvo como en su larga colaboración con Popular TV en
el programa desaparecido llamado La baraja, donde siempre llevaba a
alguien que presentaba excelentes libros escritos y dialogaba largo y
tendido con sus invitados. Alonso es un buen comunicador, que no
condena a nadie, que tampoco pontifica, que no trata de aburrir a su
entrevistado ni al espectador, que sabe tener el guión preparado y que
cuando improvisa lo hace con una sonrisa que cautiva a la audiencia.

Además, el cura Alonso está en contracorriente a otros colegas que no
saben más que condenar, aburrir y desear conocer de todo y no saber de
nadie. Alonso no tiene fantasmas que le persigan ideologicamente, sus
invitados son sus amigos y los tertualianos de su programas, incluido
el nuevo Contracorriente, son dignos de ser respetados por él de forma
clara, aunque no esté de acuerdo con ideas de algunos de los
invitados. Javier Alonso no huye de nadie. En los pasillos de Popular
TV, todos los trabajadores lo quieren, lo detienen para darle alguna
broma, y le piden consejo en muchos temas personales. Lo contrario que
otro que en la radio está haciendo lo contrario.

En este Olivo recomendamos este nuevo programa Contracorriente, de
los jueves a las 21,30 en Popular TV. El público asistente también es
un motivo y aliciente para poder participar en directo del mayor
esfuerzo que ha hecho esta temporada la dirección de la hermana menor
del grupo Cope, Popular TV, a quien felicitamos y esperamos que mantenga en la parrilla de su programación este interesante programa.

Los lectores y visitantes de El Olivo pueden dejar su valoración si
pudieron ver Contracorriente. Aquí estamos a la disposición de todos.

Tomás de la Torre Lendínez