La información religiosa y su ética
Desde esta mañana se ha reunido, en Madrid, la asamblea anual de los delegados diocesanos de medios de comunicación social. Es un encuentro anual siempre en febrero. El tema a tratar es: Infoética, por una comunicación social a la medida de la dignidad humana.
El programa de los dos días de reunión es muy interesante. Intervienen profesores de universidad, periodistas y se intercambiarán experiencias de la forma de comunicar e informar en el campo de la Iglesia, buscando siempre una ética en la formas y en los contenidos de la información que tiene sello eclesial.
Cada año se invita a un primer espada de la comunicación. Ahora ha sido el padre jesuita Federico Lombardi, director de la sala de prensa del Vaticano, quien ha hablado sobre: Los medios de comunicación católicos: la experiencia comunicativa. Acabo de oír al padre Lombardi toda su ponencia que está colgada en Ecclesia digital. Ha sido una intervención muy interesante.
Creo que el mejor resumen de sus palabras están en los siguientes aspectos:
-La comunicación al servicio de la verdad y de la objetividad.
-La comunicación al servicio de la realidad que no excluya a Dios.
-La comunicación al servicio de la justicia.
-La comunicación al servicio de la paz.
-La comunicación al servicio del diálogo.
-La comunicación al servicio de la difusión del pensamiento de la Iglesia.
-La comunicación al servicio de la información institucional clara y concisa.
Con todo lo que esto arrastra y supone para cualquier medio de comunicación que tenga como objetivo esencial la actualidad de la Iglesia, resulta que desde esta mañana los de siempre ya han montado la correspondiente cacería, que ahora está tan de moda.
El grupo Prisa, por boca de uno de sus directivos, ha puesto a los pies de los caballos la línea editorial de la “radio de Roouco", que debe desaparecer del mapa informativo español, porque no está en el carril borregil de todos.
Los de “Religión análogica” toman las tijeras y escriben a medias como siempre. Y además, se ponen a señalar y disparar contra el de siempre: su enemigo central, Federico Jiménez Losantos, quien estaba en la diana de las palabras del arzobispo don Juan del Rio en su alocución a los delegados diocesanos.
Bien, pues, puedo afirmar y afirmo que el señor arzobispo castrense no se ha referido a Federico, sino que hablaba a todos y cada uno de los presentes, quienes la mayoría están o dirigen algún medio informativo de la Iglesia o generalista, que tambien deben de huir de la vulgaridad y del imperio de la violencia.
Mientras, el gran tema de la infoética, es decir, informar con una ética de valores morales, que es el contenido de la asamblea, ha ido al cesto de los papeles. Ahora, solamente interesa lo anecdótico, como siempre, “señalar, disparar, inventar, imaginar, mal informar, tergiversar, y vender un producto averiado con un lenguaje detestable".
Y se llaman informadores religiosos. ¿Que opinan los lectores de El Olivo?. Participen como siempre con libertad.
Tomás de la Torre Lendínez