Muchos lectores me han pedido que viera cual es el futuro de Cope despues de Federico y César. Pienso que puede ser el siguiente:
Los inicios ya están escritos. Aquí están:
“El grupo de comunicadores «Crónica Blanca» y su Fundación surgen desde la experiencia de jóvenes estudiantes y profesionales de ciencias de la comunicación, que quieren hacer una experiencia de comunidad, escuela y taller de comunicación cristiana, a partir del deseo de cada uno de sus miembros de hacer converger su vocación cristiana fundamental con su vocación profesional al periodismo, la publicidad, las relaciones públicas, y todas las actividades relacionadas con la comunicación social.
Como comunidad de creyentes quiere vivir los lazos de unidad y de fraternidad de sus miembros, su ayuda mutua, en lo personal y en lo profesional, para que entre ellos sea verdad el mandamiento del Señor: «amaos los unos a los otros como yo os he amado» (Jn. 13,34). Y quiere que sea la presencia de Jesús en medio de sus discípulos, por el prometida (cf.: Mt. 18,20), la que convoque, guíe, oriente, y fortalezca esta unidad. A su servicio será una comunidad de comunión de vida, de oración y de acción. Como
escuela quiere aprender, a partir del magisterio de la Iglesia sobre comunicaciones sociales, y de las reflexiones y los testimonios de ellos mismos y de otros periodistas y publicistas cristianos, a ser buenos comunicadores, comunicadores cristianos de lo cristiano, periodistas que se dejan iluminar por el Espíritu de Cristo para que sea él el modelo de su discernir, sentir, hacer, y decir, de su trabajar en el mundo de la comunicación social, entendido como un servicio evangélico a la sociedad.
Como taller quiere colaborar en las diversas iniciativas eclesiales determinadas por este campo de evangelización que es el areópago de las comunicaciones sociales (Pastoral de Comunicación Social), en las iniciativas periodísticas dedicadas a diversos modos de servicio a la comunicación de la vida eclesial (Información Religiosa), y en las iniciativas de formación teórica y práctica para un mayor aprovechamiento de la metodología de las comunicaciones sociales en la Iglesia, sobre todo entre los jóvenes.
Comunidad, escuela y taller cristianos, con Cristo como origen y sentido, centro y motor, guía y destino, al servicio de la Iglesia, madre y maestra, y de los hombres, de todos los hombres, que tienen derecho a ser protagonistas de una era de las comunicaciones en la que la fe, la esperanza y la caridad, encuentren expresión y cauce en un periodismo capaz de ofrecer la «crónica blanca» que hay en toda información humana, la crónica de una historia de salvación.
La Fundación tiene por objeto impulsar la formación y el desarrollo de la comunicación social de inspiración cristiana –según el magisterio de la Iglesia Católica-; apolítica, y libre de otros condicionamientos ideológicos.
FUNDACIÓN CRÓNICA BLANCA. C.IF: G84961572. Inscrita en el Registro de Fundaciones de la Comunidad de Madrid. Hoja personal 466. 18/01/07. Tomo CXXXI. Folio 1-18″.
Esta creación de Crónica blanca tiene diez mandamientos que es el ideario de la nueva Cope:
“NO OLVIDAR CUAL ES LA GRAN NOTICIA DE TODOS LOS TIEMPOS, la única noticia que abarca potencialmente todas las inquietudes y todos los intereses de los públicos, la única noticia que no está condicionada por las limitaciones espacio-temporales, y que por tanto por su propio contenido, su actualidad es permanente y su universalidad absoluta. La noticia que hubiesen querido dar todos los reporteros de ahora y de siempre. Esta es la noticia del acontecimiento cristiano: que el Hijo de Dios se ha hecho hombre para hacer del hombre un hijo de Dios. Por eso, toda actividad periodística viene a ser, desde la mirada de la fe, “cristianismo en tanteo", y toda misión eclesial también viene a ser “noticia del Reino".
APRENDER UN NUEVO PERIODISMO. La noticia del acontecimiento cristiano , o la buena noticia del Reino de Dios , hace nuevas todas las cosas, abre paso a una tierra nueva, a un hombre nuevo , a una humanidad nueva . Y por tanto también a una comunicación nueva, en la que tanto las relaciones interpersonales como las comunicaciones de masas son susceptibles de renovarse por esta novedad, dando paso a un periodismo cristiano, que parecería a primera vista más humano, más veraz, más profundo, más esperanzado, más amable, más respetuoso, y en el fondo más gratificante e interesante. Pero no sólo eso, sino que más allá de estos primeros síntomas, lo que sería en el fondo es un periodismo del Espíritu, renovado por el mismo Espíritu Santo, un periodismo hecho por Cristo Periodista, el periodismo de Jesús.
COMUNICAR UN NUEVO HUMANISMO, que oriente este periodismo teniendo una sensibilidad genuina e inaudita respecto a la dignidad humana, que contemplada desde el valor infinito del amor de Dios por el hombre, sabría posponer ante el respeto a la dignidad de cada persona concreta, cualquier otro aparente interés periodístico. Y sería el origen de una nueva escuela de periodismo.
LIBERARSE DEL PERIODISMO CONVENCIONAL. La nueva escuela de periodismo sabría mirar, entender y exponer la realidad desde la máxima garantía de la objetividad, que no es la neutral frialdad descriptiva, sino la verdad humana que la conforma. Sabría además no sólo rechazar los hábitos de la incomunicación que esconde toda comunicación deshumanizadora, sino que relativizaría todos los modos del periodismo convencional.
OFRECER LA “CRÓNICA BLANCA” DE LA ACTUALIDAD. Este nuevo periodismo desviaría seguramente todos los principales campos informativos, para dar respuesta a una demanda social, aún hoy velada por los filtros de la cultura del poder, de mayor interés por el bien escondido que por el mal aplaudido, por la autenticidad de la gente sencilla que por la superficialidad y frivolidad de la gente del escaparate, por los verdaderos problemas humanos y sociales que por el montaje que los charlatanes montan en la antesala de dichos problemas. También sería un periodismo que sabría en consecuencia optar preferentemente por todo aquello que ha quedado relegado por ser menos agresivo y menos incisivo, por lo humano visto desde lo humano, por un periodismo positivo.
APRENDER A TRABAJAR EN COMUNIÓN, que es mucho más que trabajar en consenso y que trabajar en equipo. Pues la experiencia cristiana, que en si misma es koinonía, comunión, unidad, despierta un nuevo modo de trabajar en la comunicación. Así las ideas, los proyectos, los estilos, los temas, los tratamientos, los lenguajes, y en definitiva los resultados obtenidos en este trabajo periodístico, poco a poco, dejarán de ser fruto del ingenio de cada redactor, o del ingenio del equipo de redactores, para pasar a ser fruto de la presencia de Jesús en medio de los que, reunidos en su nombre (Cfr.:Mt. 18,20), posponen ante el don de su presencia todas las cosas. Para dejar que cada vez sea menos el periodismo de cada uno o incluso del grupo, y pasar a ser el de Jesús, el único maestro, el único comunicador de la verdad.
SER SIEMPRE FIEL A LA VERDAD, a la verdad de Dios, a la verdad del mundo y de su historia, a la verdad de uno mismo y de sus semejantes, y no cansarse jamás de seguir buscándola en el don de la Palabra Encarnada, Jesucristo Nuestro Señor, porque sólo así en la vida y en la noble función de la Comunicación social, se será digno de encontrar la verdad, y “la verdad os hará libres” (Jn8,32).
DAR RAZÓN DE LA ESPERANZA, buscando constantemente la conversión de la mirada sobre las cosas, de la manera de contarlas, del criterio para no dejar que pase inadvertido aquello que construye, que une, que pacifica, que mueve los corazones, que edifica la civilización del amor. Porque frente a un periodismo manipulado por los intereses del egoísmo, o carente de un sentido que poder dar a los acontecimientos, o pretenciosamente neutral sin alma y sin humanidad, existe esa mirada peculiarmente evangélica sobre los hechos y sobre las personas, que sabe dar razón de la esperanza, y que sabe convertir toda comunicación en comunión, y toda palabra verdadera, en palabra reconciliadora, en clamor o en empuje hacía el testamento supremo de la unidad entre los hombres: “Ut unum sint” (Jn17,21)
DAR UN GIRO A LA INFORMACIÓN RELIGIOSA, es una nueva manera de hacer periodismo que vuelve la mirada hacia la experiencia humana, social y cultural más apasionante y transcendente: la experiencia religiosa. Fruto del mismo cambio de fundamentación y de talante, que alcanza a todos los ámbitos de la comunicación social, la noticia religiosa debe liberarse de los reduccionismos y manipulaciones a los que se ve generalmente sometido, para responder al interés público por las verdades del espíritu (formación religiosa) y por la vida de la comunidad religiosa (información religiosa), que no es otra sino la vida eclesial, vida de las diversas confesiones cristianas y de otras tradiciones religiosas, vida ecuménica y vida de diálogo interreligioso.
NO CAER EN LA TENTACIÓN DE LA DESINFORMACIÓN, en cualquier tipo de desinformación, y también en aquella para la que sólo es noticia religiosa lo que institucionalmente pueda tener implicaciones en la coyuntural información política. Y que además suele ser también sistemáticamente manipulada por diversos prejuicios culturales como son la relegación de lo religioso al ámbito de lo privado y de lo anacrónico, cuando no desviado al cajón de lo supersticioso e irracional, o la simplificación de su pluralidad a dialécticas de carácter político, o los diversos anticlericalismos, más o menos viscerales, que convierten las páginas de religión de algunos periódicos en auténticos divanes en los que liberar los diversos traumas pseudoreligiosos de sus redactores. Mientras otros productos periodísticos, con otros estilos y talantes, proponen un cerrado clericalismo que prima los cotilleos de las sacristías a las verdaderas noticias de la vida de la Iglesia.”
Las personas que componen la fundación son las siguientes:
-Presidente: don Manuel María Bru Alonso
Director de la sección social y religiosa de Cope
-Secretario: don Alvaro Real Arévalo
Director de El Espejo de la Iglesia de fin de semana
-Tesorera: doña Raquel Caldas Tejera
-Vocales: don Mario Alcudia Borreguero
don José Carlos Fernández Borreguero
don Benjamín Romero Santamaría
Colaborador de El Espejo de fin de semana
don Jesús Luis Sacristán García
sacerdote de la diócesis de Osma-Soria y
miembro del equipo de la programación social y religiosa de Cope
don Pablo Honorio Velasco Quintana
doña Rocío Solís Cobo
doña Maria Alexandra Madrid Madrid
don Pedro José Rodriguez-Rabadán Benito
doña Marta Lago Fernández
Vicecorresponsal de la Cope en Roma
doña Sofía Gonzalo Benito
Vicedirectora de La Tarde con Cristina
don Iván de Vargas Papadópulos.
Han entregado dos premios titulados “Juan Pablo II el Magno” a dos periodistas en dos años. Uno de los actos, fue el 2 de abril de 2008, el premiado fue don Javier Nieves, periodista de Cope, y estuvo presidido por el Nuncio de su Santidad en España, don Manuel Monteiro de Castro, quien acabó de la siguiente forma:
“Concluyo, expresando mis sentimientos de enhorabuena por esta iniciativa de creación de un premio anual de periodismo Juan Pablo II. Con mucho gusto entrego este primer premio a Don Javi Nieves, comunicador que, devoto de María Santísima, acompañado espiritualmente por uno de los nuevos movimientos eclesiales, la Familia de Shöenstatt, se dirige todas las mañanas a través de las ondas de Cadena 100 a miles de jóvenes tratando de mostrar, con el testimonio de una alegría sana, típicamente cristiana, razones para vivir que encuentran en el horizonte de Dios su verdadero y definitivo sentido. Hacen falta comunicadores así, discípulos de Cristo Resucitado luz de las naciones, que se propongan seguir el estilo y la enseñanza del Siervo de Dios Juan Pablo II, que nuestro amado Pontífice Benedicto XVI ha expresado a su vez con la belleza y hondura de estas palabras: “Invoquemos al Espíritu Santo para que no falten comunicadores valientes y testigos auténticos de la verdad que, fieles al mandato de Cristo y apasionados por el mensaje de la fe, se hagan intérpretes de las actuales exigencias culturales, comprometiéndose a vivir esta época de la comunicación no como tiempo de alienación y extravío, sino como tiempo oportuno para la búsqueda de la verdad y el desarrollo de la comunión entre las personas y los pueblos. Gracias. ¡Qué el Señor les bendiga hoy y siempre!”
Quien desee saber más lo puede encontrar en: www.cronicablanca.org
Tomás de la Torre Lendínez