24.04.09

Los obispos "pasean" al nuncio por la diócesis

En la historia de la Iglesia la figura del Nuncio del Papa nace cuando, en tiempos del emperador Carlomagno, se constituyen los Estados Pontificios y el Papa es jefe religioso de los critianos y dirigente político de aquellas tierras que correspondían con el centro de la peninsula italiana alrededor de Roma.

La figuras de los nuncios, en el primer ordenamiento del derecho eclesial, aparecen como embajadores del Papa ante las cortes de reyes, principes y algunos señores feudales. Por esto, en la mayoría de los Estados, el nuncio suele ostentar el título de Decano del cuerpo diplomático acreditado en ese país, como ocurre en España.

No vamos a describir la historia de la Nunciatura en España. Solamente nos vamos a detener en observar cómo es la relevancia que los nuncios toman desde la Guerra Civil hasta hoy. En el régimen político del general Franco el nacionalcatolicismo era una atmósfera social y moral que recibió su acta de naturaleza en el Concordato entre Madrid y Roma, firmado en 1953.

Con este documento, los nuncios del Papa en España son personajes de primera magnitud, además de ser decanos de la diplomacia. Los obispos residenciales tenían que agradecer, de alguna forma, su nombramiento al alambicado sistema concordado, y cuando llegaba la ocasión de colocar la primera piedra de un templo, o de un seminario, o de un colegio, el nuncio nunca faltaba en la diócesis, cuyo obispo aspirara a un ascenso a metropolitano o arzobispo.

Tras el Concilio Vaticano II, la figura de los nuncios en España pasaron a ser moderadores de la nueva situación del paso de un régimen de partido único a una democracia normalizada al uso de los vecinos del occidente europeo. Así nacieron los actuales Acuerdos entre España y la Santa Sede.

Desde la mitad de la década de los ochenta del siglo pasado, los nuncios volvieron a recuperar su papel de ser paseados por las diócesis españolas: las ordenaciones episcopales, las tomas de posesión de los obispados y arzobispados, las menos primeras piedras de iglesias y colegios, las residencias sacerdotales….siempre fueron ocasiones de oro para encontrarse con el nuncio de la Santa Sede en España.

Los obispos, que son tan humanos como cualquiera de nosotros, tienen sus apetencias a escalar puestos en el escalafón episcopal; por lo tanto, tener buenas relaciones con el nuncio de turno, llamarlo para ocasiones importantes, agasajarlo con regalos…siempre se ha pagado desde la Nunciatura con un ascenso a una diócesis más grande, o al puesto de ser metropolita de una región eclesiástica determinada.

Otros obispos, los menos, nunca han llevado al nuncio a su tierra diocesana por ningún motivo. Y, hoy, yacen en la catedral con flores frescas diarias y una vela encendida junto a su sepulcro. Es otra manera de ejercer el episcopado y que el pueblo siempre agradece y recuerda mucho más.

Tomás de la Torre Lendínez

23.04.09

Primera comunión por lo civil

Un amigo, Leandro Fernández Hidalgo, me envía una crónica de una primera comunión por lo civil, a la que tuvo que asistir sin más remedio, pues es el propietario de un restaurante. La crónica dice así:

“En el pasado mes de diciembre se presentó un matrimonio a contratar, en el restaurante, cuarenta plazas para una primera comunión a celebrar el 19 de abril. Acordamos menú, precio, horas y demás asuntos comerciales.

Mi estupor llegó a lo más alto, cuando el domingo pasado, llegada la hora, se presentaron en mi negocio los padres, el niño y demás invitado a la primera comunión. Es costumbre en mi casa felicitar al niño por haber comulgado por primera vez. Me acerqué al niño y le dije:

-!Felicidades, Pepito, por haber tomado el Cuerpo de Cristo por primera vez¡
El niño se quedó medio mudo. No sabía lo que le estaba diciendo. Acudió la madre y me tomó aparte para informarme:
- Por favor, Leandro, no le diga eso al niño, ya que él ha hecho su primera comunión por lo civil.

Me quedé de piedra. Y más sosegado pregunté que era eso. El padre y la madre, mientras los invitados iban tomando asiento y los camareros pasaban para tomar nota de las bebidas, me fueron informando de lo siguiente:

Ellos dos viven unidos por lo civil. Cuando tuvieron el niño no lo bautizaron. Al llegar la hora de matricularlo en la escuela no se opusieron a que recibiera clase de religión. Incluso, cuando sus compañeros eran inscritos en la catequesis parroquial, ellos hicieron igual que todos. Al pedir el párroco la partida bautismal para los recién llegados a la catequesis, tuvieron que borrarlo de la misma, pues el niño no estaba bautizado.

Entonces, Pepito sufrió una depresión infantil que le llevó a estar en tratamiento médico. Los padres de Pepito le fueron informando que cuando él tuviera la edad de sus amigos tendría su primera comunión por lo civil. Así fue.

El niño iba vestido de marinero. Se habian juntado los familiares y amigos y se fueron a un parque de la ciudad donde le hicieron fotos y vídeo. Pepito recibió toda clase de regalos en métalico y en especie. Y despues recalaron en mi restaurante.

Tras pedir perdón por mi “metedura de pata” con Pepito, la fiesta se desarrolló normal. Solamente en los postres, apareció una banda de payasos, contratada por los padres, que hicieron a Pepito, a los demás niños y a los mayores presentes, un fin de almuerzo civil muy feliz. Tomaron la tarta y las copas correspondientes.

Los payasos siguieron haciendo su papel, hasta que uno de ellos, ignorante como yo del asunto, afirmó:
-!Esta parodia que vamos a hacer se la dedicamos a Pepito por haber comido el Cuerpo de Cristo¡.
Los padres se levantaron como flechas y dirigiendose al que había hablado le dijeron lo que fuera, que el payaso tuvo que pedir “disculpas” a Pepito por haberle “ofendido".

Todo acabó pasadas las seis de la tarde. Aquella familia pagó y todos se marcharon. Mis camareros cuchilleaban entre ellos. El jefe me dijo:
-Leandro, este banquete que ha sido: por lo católico o por lo civil.
Contesté raudo:
-Por lo civil.
El me dijo:
-Yo nunca haría esto con un hijo mío.
Yo terminé:
-Pues es que hay gente para todo, amigo.
Horas más tarde, me puse a escribir esta crónica".

Nosotros dejamos aquí constancia de lo que ha sucedido en un restaurante el pasado domingo, cuando otros muchos niños celebraban su Primera Comunión en cristiano.

Tomás de la Torre Lendínez

Monseñor Piris y mi candidato

La Comisión Episcopal de Medios de Comunicación Social tiene un nuevo presidente: don Juan Píris Frígola, obispo de Lérida. Era miembro de esa misma Comisión. Le deseamos un gran éxito en su cargo en la Conferencia Episcopal.

Nuestra apuesta hubiera sido por monseñor Berzosa, miembro de la misma Comisión, y obispo auxiliar de Oviedo, donde ahora ha sido nombrado Administrador Apostólico. Monseñor Berzosa conoce perfectamente por dentro los medios de comunicación. En su diócesis de origen, Burgos, ocupó, entre otros cargos, el de delegación diocesano de medios de comunicación social y asesor religioso de la Cope local. Es un hombre que ha trabajado a pie de obra realizando, conduciendo y dirigiendo la programación religiosa diocesana burgalense.

A todo esto une su magnífica pluma que ha puesto al servicio de una serie de libros que ha publicado. Y un certero lenguaje periodístico que ha llevado para colaborar con El Espejo de fin de semana de la Cope hasta hace dos cursos. Este era mi candidato personal para presidir la Comisión Episcopal de Medios de Comunicación Social, que siempre debe disponer de un obispo conocedor del interior de los medios informativos. De lo contrario, se cae en ser un presidente de decoración.

Sospechamos que monseñor Piris, el elegido, no sea un presidente de título; sabemos que ha pasado por otras varias comisiones episcopales; hemos leido y usado pastoralmente algunas de sus obras que tienen una vertiente exclusivamente evangelizadora; pero desconocemos su vinculación con el vertiginoso mundo de los medios de comunicación social.

Además, esperamos que actúe en la presidencia de la Comisión con más prontitud y diligencia que con el conflicto creado con la diócesis de Barbastro y el asunto de los bienes artísticos que tanta tinta ha derramado en los últimos años. Ojalá que en los medios tenga más libertad para decidir y hacer que en la diocesis leridana.

Tomás de la Torre Lendínez

22.04.09

A los señores obispos: EGM en Cope

Acaba de hacerse público el EGM, el Estudio General de Medios, donde aparece que Federico se queda en igual número de oyentes, sube el programa de César Vidal y baja la Tarde de Cristina.

A pesar de que nadie sensato se cree los resultados del EGM, este es el baremo que utiliza la publicidad para encargar campañas a nivel nacional. Es decir, aquí está la clave de la cuenta de resultados económicos de la cadena radiofónica.

Convendría que los obispos, que están reunidos en Madrid, sepan este dato para contar con otra razón más para tomar las decisiones que deseen en el asunto Cope, tal como deciamos en la carta abierta que les dirigiamos el domingo pasado.

Con un análisis más pormenorizado, el oyente de Cope, ante la bajada del programa de Cristina, está demostrado que no desea tanto “confesionalismo” católico, sino sencillamente mostrar un programa de radio para las tardes, que están tan disputadas como las mañanas desde las varias cadenas de la competencia de radio.

Como sabemos que la carta del domingo pasado ha sido leida por varios obispos en sus portátiles; ahora les añadimos este dato para que les sirva a reflexionar con rectitud y no se tiren por la borda del barco sin roscos salvavidas de la propia cadena de radio Cope.

Tomás de la Torre Lendínez

21.04.09

Gabinete de Asesoramiento Canónico en Jaén

En Jaén existe un Gabinete de asesoramiento canónico, creado por el Tribunal Eclesiástico. Es un lugar donde cualquiera puede recibir consejo libre y rapidamente sobre la posibilidad de introducir la causa de nulidad de matrimonio y, en la medida de lo posible, sobre el modo de proceder.

Los objetivos son:

1.-Informar gratuitamente sobre el proceso de nulidad matrimonial y planteamiento de su caso, especialmente a personas en situación irregular y a los separados o divorciados que contrajeron matrimonio canónico.
2.-Información y formación a parroquias y movimientos.
3.-Formación de personal especializado.

Pueden acudir: personas particulares; parroquias; movimientos eclesiales; estudiantes o licenciados en Derecho o Psigología que deseen ampliar sus estudios sobre derecho matrimonial canónico.

El Gabinete está situado en:
Calle Colegio, 3, 1ª planta
23002 Jaén
Teléfono 953230036 (ext. 231)
e-mail: [email protected]
Horario al público: lunes y viernes de 9,00 a 14,00, cita previa.

La nulidad matrimonial es:
-Un proceso judicial en el que se busca la verdad sobre la validez de un matrimonio.
-No se “anula” nada que se haya hecho, sino que se trata de averiguar si en verdad el día de la boda nació el vínculo matrimonial.
-Cualquiera de los cónyuges puede impugnar la validez de su matrimonio canónico.
-Se puede tramitar en la diócesis donde reside el cónyuge que va a ser demandado, en el lugar donde se contrajo matrimonio, y, con algunos requisitos, en el del cónyuge que plantearía la demanda como actor.

-Es conveniente que un abogado asesore a la persona que desee tramitar este proceso. El motivo es la objetividad a la hora de plantear los hechos. El Tribunal tiene un elenco de abogados que están obligados a recibir los honorarios establecidos: 960 euros.
-Las tasas del tribunal de primera instancia ascienden a 1,100 euros.
-Existe la posibilidad de solicitar la reducción o exención total del pago de tasas, en razón de la precariedad de medios económicos de los esposos y la asignación de abogado de oficio.

“Donde existan dudas legítimas sobre la validez del Matrimonio sacramental contraído, se debe hacer lo que sea necesario para averiguar su fundamento. Es preciso también asegurar, con pleno respeto del derecho canónico, que haya tribunales eclesiásticos en el territorio, su carácter pastoral, así como su correcta y pronta actuación. En cada diócesis ha de haber un número suficiente de personas preparadas para el adecuado funcionamiento de los tribunales eclesiásticos. Recuerdo que es una obligación grave hacer que la actividad institucional de la Iglesia en los tribunales sea cada vez más cercana a los fieles.” Benedicto XVI, Sacramentum Caritatis, n. 29.

El Tribunal eclesiástico en esencia existe para discernir, para dar respuesta a una pregunta, a una duda, que los fieles legitimamente plantean sobre la nulidad de su matrimonio.

Tomás de la Torre Lendínez