Un vecino impone su "campanofobia" a la Catedral de Jaén
Antonio Rus, el vecino de la capital denunciante del ruido había remitido recientemente un escrito al juzgado de lo Contencioso-Administrativo solicitando la medida provisional de precintar el foco emisor del sistema de toque o retoque de las campanas aunque ha querido dejar claro que su intención no es el de “quitar las campanas", sino aplicar la legislación vigente sobre ruidos para evitar los altos niveles de decibelios.
Con anterioridad, el Ayuntamiento de Jaén ha acordado, con el apoyo unánime de todos los grupos políticos, pedir al Cabildo que ponga sordina a las campanas de la Catedral.
El primer teniente de alcalde y concejal de Medioambiente, José Luis Cano, asegura que el acuerdo “conjuga el cumplimiento de la legalidad vigente con el respeto y reconocimiento al valor histórico y patrimonial” que representa para los vecinos el sonido de las campanas del templo catedralicio.
Técnicos enviados por el juzgado, hasta donde llegó el asunto, comprobaron que, efectivamente, en el domicilio del denunciante existía un nivel de ruido intolerable, y por ello se ha adoptado el acuerdo de pedir al cabildo que, en el plazo de un mes, tome medidas para reducir el sonido del toque de llamada a misa.
Las medidas correctoras solicitadas por el Ayuntamiento se refieren en exclusiva al toque a misa, ya que es la única cuestión de la que se queja el denunciante ante el juzgado.
Asimismo, se ha acordado autorizar el repique de campanas “excepcional” durante los días del Corpus, Navidad, Domingo de Ramos y el Día de Difuntos. Igualmente, el Ayuntamiento ha autorizado el sonido de campanas del reloj de la Catedral en horario diurno, desde las 7 hasta las 23 horas.
El también portavoz de IU ha afirmado que el sonido de las campanas “está vinculado a las relaciones de vecindad, que es comúnmente aceptado y tiene una función social que no se cumpliría si se dejara de tocar, además de suponer pérdida patrimonial, de ahí que no pidamos en ningún momento que se dejen de tocar, sino que se adopten medidas correctoras".
Asimismo, el acuerdo también recoge iniciar un procedimiento de modificación de la ordenanza municipal de protección contra la contaminación acústica para que se recoja el sonido de las campanas, al igual que en su día, desde el Ayuntamiento, se hizo en el proceso de elaboración del borrador andaluz para que se tenga en cuenta como sonido singular a autorizar.
El Ayuntamiento ha puesto a disposición del cabildo todos los medios municipales disponibles, incluido apoyo técnico y asesoramiento, en el caso de que lo consideren necesario, porque “el interés de todos es preservar un sonido que forma parte de las vivencias del conjunto de la ciudadanía".
El cabildo catedralicio se opone a bajar el volumen de los toques de las campanas.
En Jaén llueve sobre mojado. Año 1933. La corporación municipal republicana aprueba la supresión total de los toques de campanas de la Catedral. El asunto llega a la Audiencia Provincial. El deán don Francisco Blanco Nájera, que era abogado ejerció como tal ante el tribunal. Su alegato fue tan contundente que los magistrados revocaron la decisión municipal de callar las campanas de la Catedral de la diócesis.
Los republicanos tuvieron que esperar al estallido de la guerra civil, cuando convirtieron el templo catedralicio en carcel de “personas de derechas", sacerdotes y del mismo obispo, quien fue sacado en el llamado Tren de la Muerte, el 11 de agosto de 1936, siendo trasladado en las cercanías de Madrid donde fue fusilado en la orilla de la vía férrea.
Las campanas estuvieron calladas durantes los tres años de guerra fratricida. Volvieron a tocar el 1 de abril de 1939. Hace justo setenta años.
Ahora vuelven a repetirse los hechos. Parece que no aprendemos de nuestra historia reciente. Es una pena, en una ciudad que tiene unos graves problemas de paro, de hambre, de educación, de economía….que son más importantes que las “molestias” del toque de campanas a un vecino de la localidad.
Tomás de la Torre Lendínez