El señor Bono y "su iglesia"
Todos sabemos la trayectoria vital del señor Bono, desde su origen paterno, hasta sus amistades con el nuncio anterior, cardenales, arzobispos y obispos que acudieron en masa a su primera toma de posesión como ministro de Defensa del gobierno socialista de Zapatero. Todos sabemos y conocemos sus intervenciones en la cadena de emisoras propiedad de la Conferencia Episcopal. Todos sabemos sus andanzas por las misas de la iglesia de San Carlos Borromeo, acompañado por destacados socialistas a comulgar bizcochos como si tal cosa.
El pasado viernes escribimos aquí que la reunión de los obispos españoles quedaría en agua de borrajas, si el obispo secretario volvía a sacar el asunto de las personas que votaran la ley del aborto podían quedar fuera de la recepción del sacramento de la Eucaristía. Y así ha sido. El señor Bono, conocedor de su manejo de los medios de comunicación, se ha convertido en víctima propiciatoria de la doctrina de una Iglesia que lo ha amparado en Toledo, en Madrid y hasta en Roma. Por lo tanto, esa misma Iglesia, esos mismos obispos y nuncios están recogiendo lo que han sembrado, no deseando reconocer que la eclesiología del mundo socialista hispano se resume en el siguiente comentario encontrado en la red:
“Muy bonito, ahora va a resultar que usted o el Papa deciden lo que tienen que pensar todos los católicos. Entérese bien, Cada católico es LIBRE de pensar lo que quiera y creer en lo que quiera, y DIOS no va a tenerle en menos consideración por no hacer caso a lo que unos HOMBRES -pecadores todos ellos, pues no hay hombre perfectamente puro- dicen que es ser católico. Ese señor, junto con millones de españoles, contribuyen en el IRPF, acuden a oficios religiosos, y viven en Cristo tanto o más que ustedes. Y nadie tiene derecho a decirles en qué tienen que creer, puesto que la Iglesia no es usted, ni es el Papa, ni son los obispos, la Iglesia son los FIELES y nadie puede vulnerar su derecho a pensar puesto que tan sólo DIOS decidirá si esta decisión es mala o buena, si acaso no es este concepto también una invención humana.”
Con esta idea de lo que es la Iglesia no vamos más allá de la esquina. Pero, por desgracia, esta es la base ideológica de los socialistas cristianos, entre ellos el señor Bono, quien, mientras los obispos me den palmadas son estupendos, pero si me recuerdan cual es la doctrina de la Iglesia sobre la actuación de un legislador sobre la legalización de la muerte indiscriminada de seres inocentes en el seno materno, entonces me sobra el Papa, los obispos y hasta el último acólito de la Santa Madre Iglesia, porque “yo no soy un asesino como Pinochet,” persona que metida en el debate le ha servido para manipular los medios informativos y salir en letras gordas en todas las portadas de periódicos de este domingo.
Con esta postura, el señor Bono se hace la victima y la Iglesia, madrastra y no madre, lo trata con la punta del pie, a él que tanto ha hecho por la comunidad creyente en la España de ahora. Muchos incautos caerán en esta trampa hipócrita.
Otros estamos para denunciarlo y decir que si los socialistas cristianos desean otra iglesia, que la funden ellos, y que nos dejen a los demás seguir y estar en la Iglesia de Cristo y de Pedro y los apóstoles, cuyos sucesores son los obispos, aunque algunos de ellos se duerman en el monte de los olivos ante los cantos de sirena de algunos manipuladores de los medios informativos.
Tomás de la Torre Lendínez