Ayer colgamos en este blog el artículo que habian escrito en Libertad Digital sobre los oyentes de Federico superando, a nivel de Madrid, en la misma franja horaria al programa de la Cope. Los comentarios fueron muy interesantes. Hoy contestaré a todos tomando el último comentario, firmado por post copem, que dice así:
11.12.09 @ 06:54
En respuesta a: Jiménez Losantos supera en audiencia a La Mañana de COPE
Comentario de: : post copem [Visitante]
“Se dice aquí que está muy mal hablar de Losantos en un blog católico y así queda aparte que la cuestión es la pérdida de audiencia de la Cope que hasta una emisora recién nacida la adelanta. Eso es lo que hay que explicar e interesa en la medida que se pueda hablar de la Cope o bien de la situación de la Iglesia en el periodismo.
No es noticia que la Cope haya perdido oyentes. Eso lo esperaba todo el mundo. La aparición de Esradio multiplica esta situación pero no la produce. Es asombroso que la dirección empresarial de la emisora plantee una estrategia de pérdida pero eso es en lo que se han metido conscientemente y en un mundo perfecto algún día tendrían que dar cuenta de sus decisiones. Sin embargo, creo que no pasará nada y quienes están ejecutando la nueva política de la Cope nunca explicarán nada y que están bien protegidos desde arriba entre lo político y lo religioso. Y esto lleva a la cuestión que planteó Nacho Villa y que es la clave: la normalidad de la Cope. Es algo que tiene mucho jugo. ¿Cuál es la normalidad de la Cope?.
Es evidente que la audiencia conseguida por Losantos y Vidal era el resultado de una síntesis de intereses y que se ha roto, una parte ha abandonado la Cope y otra se ha quedado, eso ya se sabía y los actuales gestores sólo están dimensionando el desastre para hacerlo aceptable o, como dice ZP, sostenible. ¿Hasta qué punto tiene que perder audiencia la Cope para alcanzar su normalidad?. Si lo explicamos con un gráfico de subida y bajada se ve que la Cope caía y se recuperó con Antonio Herrero y aquel grupo de periodistas que estaban metidos en una enorme batalla mediática contra el felipismo; después la Cope volvió a perder, los grandes periodistas abandonaron la Cope en los años de Aznar y sólo quedó ese desastre sin remedio llamado Luis Herrero, la Cope optó por Losantos y lo que representaba dentro del periodismo.
Y la Cope volvió a recuperarse, ahora toca perder de nuevo y esta vez no hay soluciones “anormales": los expulsados de Antena 3, el combativo Losantos, a las que recurrir, ahora, por fin, la Cope se dirige a su normalidad “natural” que es de bajada.
Esto de lo “natural” en el periodismo es una medio broma porque según la normalidad dominante del peridismo en España la Cope no debería existir. El periodismo normal, el regido por “El País", sus plagiarios y otros derivados (el verdadero periodismo en el que no cabe Losantos ni nadie que se resista) establece que la Cope es una anormalidad y en la Cope no quieren entenderlo. Parece que eso ha cambiado y Nacho Villa ha sido designado el normalizador de la Cope y esta vez no se va a resistir. Pues nada, que le vaya bien.
No voy a entrar en la tontería de discusión del liberalismo porque no tiene sentido. La función de Losantos en la Cope está en relación con el periodismo y la política. Es cierto que se suele recurrir al liberalismo para hacer frente a la cochambre socialista que nos ha tocado sufrir pero eso está muy verde.
Incluso quienes se ponen medio histéricos con el liberalismo tienen que hincharlo para tener algo que se sostenga. Voy a recordar tres cosas de las que hablaba Losantos en la Cope y que afectan a la Iglesia: atacar a los obispos nacionalistas Setién y Sistach por ser nacionalistas; atacar a los empresarios religiosos y religiosas de la FERE porque pactaban la normalización de Educación para la Ciudadanía en sus colegios y así participaban de la penetración ideológica de ZP; burlarse de las ceremonias pseudocatólicas de José Bono en la parroquia de la rosquillas y los chandales.
Esta es la clase de cosas con relación a lo religioso de las que hablaba Losantos y son todas políticas. ¿Hablar de estos asuntos hace daño a la Iglesia?. Aparte de ser “anormal” en el periodismo, Losantos era atacado por lo religioso para conseguir que le echasen, pero esto es “lo religioso” en el trabajo de Losantos y estos asuntos siguen siendo políticos aunque se pasaban por herejías religiosas.
Hace poco, un príncipe de la Iglesia, el archicardenal de Barcelona, Sistach, ha dicho que “hacer Iglesia” en Cataluña consiste en sumarse a la presión mediática (esto es, política) al Tribunal Constitucional para que sentencie lo que a Cataluña se le pase por las narices, por si fuese poco el disparate los nuevos regentes/regidos de Cataluña son abortistas radicales y con el estatuto-nación el aborto será parte de Cataluña y de sus obispos, menudo cambalache ideológico y todo para “hacer Iglesia” o eso dice el archipámpano cardenalicio, allá cada cual si se lo cree. Si Sistach o los monjes y monjas de la FERE se meten en asuntos políticos, ¿no puede hablar Losantos de éllos?.
Según la normalidad del periodismo Losantos no puede hablar de esto porque son los medios normales, “El País” etc… los encargados de señalar beatíficamente que la Iglesia se está portando bien abriéndose a la modernidad de ZP y puede ser alabada. También es un objetivo de los de la FERE y los Sistach que el buen periodismo, ahora el de la Cope monocorde, les alabe.”
Si alguien desea continuar el debate de ideas, le agradezco el comentario.
Tomás de la Torre Lendínez