¿Templos abiertos o cerrados?
En los últimos treinta años estamos asistiendo a unos sucesos singulares en los templos de España. En unos sitios, por ser localidades de pocos habitantes y ante la escasez del clero, no reside en ellas el sacerdote, surgen robos de obras de arte importantes que a veces se han encontrado y otras no. En otros lugares, se han violentado las medidas de seguridad han entrado en el templo a profanar directamente el Santísimo Sacramento en el Sagrario. Y en otros casos han violentado las puertas con el único afán de hacer daño y llevarse vasos sagrados y otros enseres.
En el caso que nos trae la agencia Efe ocurrió lo siguiente:
“El Ministerio Fiscal pide tres años de internamiento en un centro de menores en régimen cerrado a un chico que presuntamente intentó violar a la sacristana de una parroquia de Córdoba.
En las conclusiones provisionales, facilitadas a Efe, el fiscal relata que sobre las 12.00 horas del 7 de agosto de 2009, el joven, de 17 años, entró junto a dos personas -contra quienes también se siguen diligencias- en una parroquia de Córdoba y comenzaron a caminar sobre los bancos.
La sacristana, una mujer de 61 años, entró al templo y reprochó a los jóvenes su conducta, pidiéndoles que “por favor” se bajaran de los bancos, a lo que uno de los mayores de edad le contestó groseramente y la llegó a insultar cuando la mujer le pidió que le hablara con respeto.
El fiscal expone que “siguiendo las instrucciones del menor acusado", los tres chicos “sujetaron fuertemente” a la mujer por los brazos, la inmovilizaron y uno de los mayores de edad comenzó a masturbarse delante de ella.
En ese instante, entró una persona en la iglesia, por lo que los tres chicos huyeron y uno de ellos le dijo que “todavía no habían acabado” con ella.
La mujer ha renunciado expresamente a cualquier indemnización, pero el Ministerio Público ha solicitado para el menor acusado tres años de internamiento en un Centro de Reforma en Régimen Cerrado, donde permanece de manera preventiva desde el 12 de agosto de 2009, porque lo considera responsable de los hechos, que podrían ser constitutivos de un delito de violación en grado de tentativa.”
Todas estas situaciones ha creado, en unos casos, que los párrocos o rectores de las iglesias solamente las abren cuando están ellos allí dentro, quitando a los fieles la oportunidad de que recen ante el Señor en el Sagrario, cuando los curas no están dentro. Lo que ha producido serias críticas en las feligresías.
En otros momentos, se han colocado fuertes medidas de seguridad, sobre todo en templos con un gran depósito de obras históricas y artísticas, a base de alarmas, cámaras de vídeo vigilancia y cerraduras de máxima confianza. Y se permite entrar a cuentagotas a los fieles. Esto también ha producido serias críticas en las feligresías.
Pero las interrogantes que hoy presento son:
¿Están nuestros templos bien vigilados?
¿Deben permanecer cerrados fuera de las horas de culto?
¿Es necesaria una capilla anexa para que los fieles puedan rezar a cualquier hora del día?
¿Cubren los seguros suficientemente los daños causados en los templos?
La realidad es que situaciones como la acontecida en Córdoba puede ocurrir en cualquier lugar. Roguemos al Señor que nos libre de casos de profanación de los lugares sagrados, porque sinceramente el sacerdote y los fieles lo pasan muy mal. Es algo que nunca se olvida y traumatiza espiritualmente.
Tomás de la Torre Lendínez