Ernesto Cardenal debe retirarse de la escena
Cuando he encontrado a mi amigo de la infancia, Ramón, hoy profesor de la universidad de Almería, nos hemos alegrado mutuamente. Me buscaba para varias cosas. Una de ellas es que había tenido la ocasión de haber saludado a un personaje procedente de las cavernas más viejas del catolicismo socialista americano.
Se trata del cura Ernesto Cardenal, a quien el Papa Juan Pablo II le recriminó en público su conducta, cuando era ministro del gobierno sandinista en Nicaragua. Este personaje con 85 años a la espalda ha estado en una cita poética organizada por la universidad almeriense.
Allí se ha despachado, en una entrevista concedida a la agencia Efe, contra todo lo que se mueve dentro y fuera de la Iglesia. Afirma, por ejemplo, lo siguiente:
“P.- ¿Es posible acabar con las desigualdades en el mundo?
R.- Dios creó el mundo para que fuera perfecto.
P.- ¿Qué podemos aprender de la actual crisis económica mundial?
R.- Creo que debemos saber que el capitalismo debe acabarse porque es perjudicial para la Humanidad. Para subsistir, la Humanidad debe liberarse de la explotación capitalista.
P.- ¿Y hacia dónde debemos ir?
R.- Sólo hay dos sistemas: el capitalismo, que es la propiedad privada, y el socialismo, la propiedad común. Dios nos creó para tener una propiedad común.
P.- ¿Qué análisis hace del avance de la izquierda política en Latinoamérica?
R.- Es parte de la evolución de la Humanidad. Hemos sido creados para el socialismo, para la igualdad. Dios nos hizo socialistas.
P.- Usted ha sido muy crítico con la jerarquía eclesiástica. ¿Qué cambios necesita la Iglesia?
R.- Soy crítico como los profetas de la Biblia que también lo fueron con la religión de Israel de su tiempo, y como Cristo lo fue con la religión de su pueblo. Los cristianos tenemos que ser críticos con la Iglesia, que tiene los errores y pecados del antiguo Israel. Tenemos que seguir denunciándolo.
P.- ¿Qué opinión le merece el actual Papa, Benedicto XVI?
R.- Me parece que es igual al anterior, o incluso peor.
P.- ¿Cómo se imagina la sociedad dentro de cinco o seis generaciones? ¿Habremos mejorado?
R.- No sé en cuántas generaciones, pero yo me imagino una sociedad que será perfecta.”
En el diálogo con Ramón me confirma que este señor está, como decimos por Andalucía, “caucando”, es decir, que debería dedicarse a rezar por la salvación de su alma en algún monasterio, en vez de creerse que su mercancía se la compran.
Es una pena que no se lo digan en la cara. Nosotros le recomendamos que se retire, a donde quiera, pero cuanto antes.
Tomás de la Torre Lendínez