Todos conocemos la situación de Cajasur. Ha sido intervenida por el Banco de España. La fusión con Unicaja ha sido una cuerda tirante, donde estaban en juego casi mil puestos de trabajo. Había que elegir. Se ha optado por lo más sensato y conectado con la doctrina social de la Iglesia, en este caso administradora de la Caja cordobesa desde hace más de un siglo. Ahora nosotros veremos los últimos setenta años de esta entidad bancaria.
El presidente escondido en Jaén
Durante el largo verano de 1936, el entonces presidente de Caja de Ahorros y Monte de Piedad, el deán de la Mezquita Catedral cordobesa, don Francisco Blanco Nájera, le cogió el estallido de la guerra civil en la ciudad de Jaén, donde, ante los primeros asesinatos de sacerdotes y la prisión indiscriminada de otros, optó por esconderse en la Gota de Leche, colegio y casa religiosa dirigida por las Hijas de la Caridad, situada en los bajos del palacio de la Diputación Provincial de Jaén.
Allí permaneció hasta que pudo pasar las líneas del frente bélico por la zona de Alcalá la Real en el otoño de 1938. Al llegar al Córdoba se puso al frente de sus responsabilidades pastorales y de la entidad de ahorro, donde encontró todos sus fondos al pleno. No había ocurrido lo que en el Banco de España, cuyos depósitos se los llevaron los socialistas hasta Rusia. Córdoba había estado en el bando nacional. En el año 1944 fue elegido obispo de Orense, donde falleció en 1952. Hoy tiene abierto el proceso de beatificación.
Los cuarenta, cincuenta y sesenta.
Durante estos años la Caja cordobesa iba agrandando su área de influencia. Llegó a Jaén, donde creó una sucursal que se titulaba así: Monte de Piedad y Caja de Ahorros de Córdoba. Se estableció en la plaza de San Ildefonso.
En el año 1954 llegó a ser obispo de Jaén un canónigo cordobés que había pertenecido a la junta directiva de la Caja y que se llamaba don Félix Romero Mengibar. Con este obispo la influencia de la entidad de ahorro de Córdoba tomó una gran implantación por varias localidades de la provincia. Aquí estuvo hasta 1970 en que fue elevado como arzobispo de Valladolid.
En la ciudad de Jaén se subvencionó una barriada entera para familias de pocos medios económicos: el barrio de la Glorieta, con su parroquia de San Pedro Pascual, que se entregó a los Padres Oblatos. Cáritas Diocesana fue la promotora de esas construcciones.
La obra social de la Caja construyó un colegio para niños disminuidos psíquicos, en el mismo barrio, que aún continúa, subvencionado por los fondos de la entidad cordobesa.
Los años setenta
Tras presidentes de la Caja como, don José María Padilla, llegó al cargo don Miguel Castillejo, canónigo penitenciario de la Catedral de Córdoba. Con éste señor la Caja comenzó a volar muy alto.
Bajo su mandato, la Caja pasó a llamarse Cajasur. Se escogió el color rojo magenta como fondo del logo de la entidad. Se crearon oficinas por la ciudad y por toda la provincia.
Se creó la hermandad de trabajadores de Cajasur, quienes se imbuían del ideario de la entidad bancaria, y sus asambleas, sus actos sociales, culturales y turísticos están recogidos en las memorias anuales de la entidad.
Uno de los campos de atención de Cajasur fue la obra social y cultural, expresada en la colección de libros de contenido social, histórico y cultural de la tierra andaluza. No podía faltar la creación de la revista Alto Guadalquivir, dedicada a la Semana Santa de Córdoba, Jaén y Almería. Aquí en El Olivo hicimos el entierro público del número del presente año.
Los años ochenta y noventa
La consolidación de las autonomías en el mapa político español trajo a los socialistas al poder en Andalucía desde el nacimiento de este sistema y ahí siguen. Desde su llegada tomaron entre ojos a la Caja cordobesa, que había conseguido una unión con una vieja caja patrocinada por la Diputación de la ciudad de los califas.
Comenzó el tiempo de la politización de las Cajas. La puerta fue a mitad de los ochenta con la entrada en el consejo de administración de personas vinculadas a municipios, diputaciones, sindicatos, empresarios…..e impositores.
Los socialistas vieron la fuerza que suponían estos puestos en las Cajas. Comenzaron a fusionar las cajas de Ronda, Málaga y Almería. Le llamaron Unicaja. Al frente a un señor que aún sigue en el mismo puesto, don Braulio Medel.
Cajasur, en manos del señor Castillejo, seguía trabajando para un proyecto grande: la Expo 92 de Sevilla y la visita del Papa en 1993 a la ciudad del Betis. En este trabajo estuve, representando a la diócesis de Jaén durante varios años. Se hizo una edición del estado social, cultural, docente, sanitario, y religioso de Andalucía, diócesis por diócesis. Fue una obra monumental que entregamos en mano al mismo Juan Pablo II en su estancia en Sevilla.
Los socialistas seguían deseando meter la cuchara entera, y solo la suya, en Cajasur. Siempre encontraron unos estatutos diferentes del resto de cajas andaluzas. Esto les ponía de morros. Comenzaron a chocar con las dos cajas sevillanas a cuyos dirigentes les montaron una campaña de prensa muy fuerte. No pudieron con ellos y se fusionaron naciendo la actual Cajasol.
Al cura Castillejo se la tenían guardada. El parlamento andaluz hizo un mapa de fusiones de cajas que estaba pensado para aniquilar Cajasur. Cuando desearon llevarlo a la práctica se encontraron con que Castillejo se enrocó en la sociedad cordobesa y consiguió, a pesar de la poca ayuda de algún obispo que después fue ascendido y trasladado, que la Caja siguiera su rumbo. Se promovió una campaña de firmas a favor de la existencia de la Cajasur como siempre. Yo fui uno de los firmantes.
Los obispos andaluces de aquellos años siguieron encontrando dinero para sus proyectos en sus diócesis. En Jaén, por ejemplo, se rehabilitó el antiguo Seminario Diocesano en Residencia Sacerdotal y Seminario actual. Las lápidas que han quedado a la entrada lo testifican. Un cura, a quien conozco mucho, publicó la crónica de los actos motivados por las bodas de plata de la parroquia con una sencilla subvención de Cajasur
La campaña de prensa del grupo Prisa, junto a Canal Sur y la prensa local, contra el cura Castillejo fue de aurora boreal. Y como todo lo que dice la prensa de izquierdas nadie lo puede desmentir, pues ahí pasó un calvario don Miguel Castillejo. Pero nadie le pudo probar ninguna irregularidad para llevarlo a la cárcel. Y Cajasur seguía adelante.
La crisis y la situación actual
Todas las cajas de ahorros en España cayeron en el mismo defecto: el crecimiento urbanístico trajo la hipoteca de miles de pisos a un interés ínfimo. Cuando la burbuja inmobiliaria ha explotado, la morosidad ha subido y los desahucios han aumentado, el futuro estaba en la boca de todos.
Aquí en El Olivo, los que hayan leído nuestros artículos sobre Cajasur y el proceso de fusión con Unicaja recordarán que nunca éramos partidarios de tal unión. Pero la situación económica tan precaria, la ruina en la que estamos en toda España, y las prisas por forzar una fusión ha traído la mejor solución para los trabajadores y la Iglesia: se han salvado los mil puestos de trabajo, el cabildo cordobés y su obispo don Demetrio al frente han dado el paso más valiente que tenía que dar: dejar al Banco de España que interviniera Cajasur.
Así que felicito a todos estos valientes. Pueden tener la conciencia tranquila y limpia que nunca han robado un euro para su enriquecimiento personal, algo que no hacen otros en otra caja intervenida un poco más arriba de Córdoba.
Termino con una petición artística: Procuren que no se pierdan los cuadros al óleo de los Presidentes de Cajasur, que están colocados en el salón de reuniones de los consejeros de la entidad bancaria. Son una obra de arte y de historia.
Tomás de la Torre Lendínez