El corazón valiente y humilde de Benedicto XVI
Siempre he admirado a quienes tienen un camino claro en la Iglesia del Señor y lo siguen sin mirar atrás y sin cobardías nacidas de dentro o desde fuera de uno mismo. Estos casos ya se dan pocos. Ahora está de moda la cobardía que acorrala desde fuera y, desde dentro, se justifica con una pausa por prudencia mal entendida y expresada.
Lo mismo. Siempre he admirado a quien en la Iglesia tiene su propio pensamiento y no está como lobo esperando una presa para atacarla y robarla y engullirla entre las fauces.
Un ejemplo de valentía demostrada y de tener su propio pensamiento, aunque, cuando llega la Cuaresma, y un director de Ejercicios Espirituales le imparte esas jornadas espirituales, sabe reconocer el bien recibido para su alma, es el Papa Benedicto XVI, quien ha escrito una carta al padre carmelita, que hasta el sábado dirigió la tanda de Ejercicios al Santo Padre y a la Curia Romana, llena de bondad, agradecimiento, valentia y humildad.