Lo que el candidato Rubalcaba no cuenta sobre la Iglesia
Terminamos una legislatura y pasamos por una larga campaña electoral para llegar a las urnas el día 20 de noviembre. Cada partido en liza ofrece su menú al electorado. Todos están colocando en el escaparate medidas de orden económico y laboral. Es lo más acuciante y urgente.
En el campo del partido socialista se ha jugado desde 2004 un campeonato de imposiciones legales buscando “moralizar” la sociedad española con una ingeniería propia nacida de un voraz laicismo para que España no la conozca ni la madre que la parió.
En los dos últimos años, la crisis económica ha monopolizado las preocupaciones del gobierno socialista ante el resto de colegas europeos, quienes le han exigido una serie de recortes, cambios y recambios, que les han tenido entretenidos para olvidar su vendaval “moralizante” dentro de la sociedad española.
La Iglesia en España, firme en sus convicciones y compromisos, ha alzado la voz ante las salidas de pata de banco del gobierno. Los obispos y los católicos tomaron las calles cuando era necesario para gritar ante las leyes que eran atentatorias contra la vida humana desde la cuna hasta la tumba.