Doctora impide a un sacerdote atender a un enfermo en Valencia
Quien haya leido mi última novela tiulada: Cuerpos y almas, sabrá que parte de ella se desarrolla en un hospital de Alicante y, de paso se menciona el hospital la Fe de Valencia.
Me ha llamado mucho la atención que una médica de guardia haya impedido que un sacerdote pueda asistir a un enfermo a requerimiento de la familia del mismo. Todo ha ocurrido en el nuevo hospital la Fe de la capital del Turia.
La información la presenta Ecclesia Digital en los siguientes términos:
“Con el título “No me lo podía creer” escribe el sacerdote Rafael Ernesto Gomar Martínez que una médica de guardia del hospital valenciano La Fe le impidió atender espiritualmente a un enfermo a requerimiento de la familia.
Escribe el citado sacerdote que “tal fue mi sorpresa, que después de estar 50 minutos esperando en la antesala de La Sala de Cuidados Intensivos del nuevo Hospital la Fe, la médico de guardia del sábado 26 de octubre, me prohibiera la entrada para atender a un enfermo y atender la llamada de su familia.”
Y añade el citado informante que “en mis 40 años de sacerdote son incontables las veces que he compartido momentos de esperanza con enfermos en las salas de urgencias y Cuidados Intensivos.”
Termina Rafael Ernesto Gomar Martínez preguntándose: “¿Esta es una norma de una médico, o una decisión de la Dirección de La Fe?”
La noticia la firma el compañero sacerdote Antonio Diaz Tortajada.
Cuando me documenté sobre el terreno hospitalario de Alicante y Valencia para preparar la novela encontré un ambiente muy abierto en las personas que trabajan en ambos centros de salud, tanto del cuerpo como del alma.
Tanto el personal de administración, como el sanitario, me facilitaron toda la información que yo necesitaba para confeccionar la novelilla que colgué en la Red de forma gratis el pasado día 1, y que está teniendo una alta cifra de lectores.
No me explico la decisión de esa médica. Y pregunto lo que el compañero sacerdote impedido de ejercer su ministerio de atención al enfermo:
“¿Esta es una norma de una médico, o una decisión de la Dirección de La Fe?”
Si alguien de dentro del hospital valenciano desea aclarar la situación puede dejar su comentario en el foro de este Blog El Olivo. Muchas gracias.
En Ecclesia Digital está la siguiente carta:
Carta aclaratoria sobre negativa en hospital de Valencia a un sacerdote para atender a un enfermo
Le escribo en relación a la noticia sobre el sacerdote que tuvo problemas en el hospital La fe de Valencia para atender aun enfermo que estaba en la UCI.
Al ver la noticia publicada en Ecclesia, nos pusimos en marcha para valorar la posible puesta en marcha de una petición ciudadana en defensa de la libertad religiosa.
Según hemos podido averiguar, la política del hospital en esta materia es la siguiente:
1.- El capellán tiene acceso libre a todas las habitaciones, incluso en la UCI.
2.- Si se trata de un sacerdote externo, ha de avisar de su presencia y de que va a visitar a tal enfermo y siempre se le da permiso.
En este caso, la familia había solicitado la presencia del capellán, que en ese momento no estaba disponible.
Decidieron llamar a otro sacerdote, que se dirigió directamente a ver al enfermo, probablemente por desconocer el procedimiento establecido.
Al no poseer la autorización, los médicos le negaron la posibilidad de visitar al enfermo.
Y ahí es donde se forma el lío.
Le escribo estas líneas sólo para su información y mejor proceder, pues la noticia puede llevar a otros a creer, como nos sucedió en un primer momento, que estábamos ante un caso grave de atentado contra la libertad religiosa, cuando muy probablemente es sólo un malentendido.
Deseo que reciba este correo como un mensaje que sólo tiene el ánimo de colaborar.
Reciba un cordial saludo, con mis oraciones
Nicolás de Cárdenas, Hazte Oír
Recomendación
Invito a leer una novela y un ensayo.
La novela se titula:
Cuerpos y almas.
El ensayo se titula:
Ensayo sobre el agradecimiento
Pueden pinchar aquí mismo.
Tomás de la Torre Lendínez
10 comentarios
Padre, es usted un ejemplo de humildad y generosidad.
Qué Dios lo bendiga.
Personalmente, hace apenas 2 semanas tuve que ser llevado a urgencias por una ambulancia, y mientras me ponían la vía en al ambulancia y demás, me preocupé muy mucho de dejar meridianamente claro al personal médico que lo primero que quería era la asistencia del capellán.
Es más, en mi ONR (Orden de No Resucitar), donde se pone todo eso de que no se tomen medidas extremas y demás, especifiqué clarísimamente mi voluntad de recibir el sacramento de la unción de enfermos y designé como la decisora última de mi destino, en caso de que llegara el caso de muerte cerebral, a la Iglesia Católica, con la precisión al equipo médico de que se cuide de obedecer prontamente lo que la autoridad eclesiástica ordene (incluso por encima de mi familia).
Es terrible tener que andar con semejantes precauciones por si te topas con individuos como esta mujer, que no debería olvidar que su misión es servir al paciente para la recuperación de su salud corporal, pero NUNCA contra el criterio del paciente mismo; y que, en fin, es el paciente quien tiene la última palabra sobre sí mismo.
Dios toque el corazón de esa mujer y, sobre todo, dé salud y salvación al paciente.
Y en los hospitales existe la figura del capellán porque uno de los derechos de los pacientes, aparte de la asistencia sanitaria, es el de la asistencia religiosa o espiritual.
Si estos derechos han sido vulnerados se debería denunciar, más que nada para que en otras ocasiones se cuiden mucho de actuar de esa manera. Como si por ser sanitarios tuvieran el poder de decisión sobre la vida de esa persona.
Como intensivista durante 12 años he vivido situaciones de gravedad. No han sido los familiares(en mi caso)los que llamaban al sacerdote,sino nosotros mismos.
Busqué a varios pastores evangelistas,incluso a un rabino que localicé,pero que la distancia(más de 350kms)hacía imposible que llegase a tiempo,actuó el P.Rafael(q.e.p.d)recitando unos salmos con el enfermo,que falleció en paz y reconfortado. Y en cuanto a los pacientes católicos,aún realizando maniobras de reanimación,hemos tenido al sacerdote allí,apartado prudentemente,dando la extremaución,así que esta doctora se ha pasado de rodada,por mala fe o por exceso de laicismo profesional.
Un abrazo.
Saludos cordiales.
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