Las cofradías siguen valiendo en la pastoral parroquial
Desde mis tiempos de acólito he estado unido al mundo de las cofradías de Pasión y de Gloria. Por herencia familiar formo parte de varias hermandades situadas dentro de la diócesis de Jaén. Siempre he defendido el alto valor pastoral de estas milenarias asociaciones de fieles en torno a los misterios esenciales de la Historia de la Salvación.
Ayer, el mismo Papa Francisco, en su homilía dedicada a la misión de las cofradías en la Iglesia recordó la teología que yace en el interior de un grupo de fieles que vibran ante una imagen de un Cristo en la Cruz, o ante una advocación de la Santísima Virgen.
Una cofradía es una buena herramienta pastoral en toda comunidad cristiana, máxime en estas fechas de increencia, ateismo, desacralización y materialismo.
Como esto no lo ven así, ni todos los sacerdotes, ni todos los laicos, me atrevo a sugerir un elenco de consejos prácticos:
a) ¿Qué hacer cuando un grupo de laicos acuden pidiendo crear una hermandad en una feligresía?
Nunca sacar la escopeta mental y disparar a todos los que están delante, para quitarse la responsabilidad pastoral que este reto supone.
Siempre abrir los brazos, dialogar sobre sus intenciones, proponer metas para alcanzar los objetivos propuestos.
Rogar que pongan por escrito sus intenciones espirituales y pastorales al pedir la creación de una cofradía.
b)¿Qué pasos llegan después?
Presentar por escrito el proyecto al consejo de pastoral parroquial y al de asuntos económicos, quienes tras sus opiniones deben tomar una normativa a seguir dentro de la comunidad cristiana.
Admitir como Grupo cristiano a los peticionarios de la creación de la cofradía, a quienes se les debe abrir todas las puertas para que entren a formar parte del resto de grupos parroquiales.
Coordinar una serie de actos propios del Grupo cristiano como tal, que algún día podrá ser una Hermandad con plena validez canónica.
c)¿Debe darse cuenta de esta acción pastoral a la delegación de cofradías?
Claro que sí, de forma inmediata y por escrito, para que conste en el archivo correspondiente la inquietud de ese Grupo cristiano que desea rendir culto a tal misterio de la vida de Cristo y la Virgen María.
A la vez, se debe proponer ciertas actividades que puedan organizarse en el exterior del templo: Rosario de la Aurora, Vía Crucis, Cruces de mayo……
d)¿Deben los miembros del Grupo cristiano tener un programa de formación propio?
Por supuesto que sí, tanto de índole litúrgico, como de formación y caridad hacia los más pobres de la feligresía.
En el campo caritativo deben sumar sus fuerzas con el grupo de Cáritas parroquial.
En la campo de la formación pueden formar parte de algunos de los servicios de educación en la fe que haya ofrecidos para el resto de laicos de la comunidad.
e)¿Cuánto tiempo debe pasar el Grupo cristiano trabajando así?
Cada grupo tiene su propio ritmo en la formación en los tres campos esenciales de la formación, el culto y la caridad.
Quien tiene que estar al lado de toda la trayectoria formativa debe ser el pastor de la comunidad, que será oído cuando la delegación diocesana conceda la canonicidad a ese grupo que llegará a ser reconocido como Hermandad de pleno derecho.
f)¿Puede un cura, por propia iniciativa, crear una cofradía en la parroquia?
La respuesta es afirmativa con toda solemnidad. Ojalá muchas hermandades nazcan porque un cura se decide a crearlas. Otro gallo cantaría con los resultados.
Conclusión
Tanto curas como laicos estamos llamados a crear hermandades. La piedad popular debe tener su cauce en las cofradías, que siguen siendo herramientas válidas para los tiempos que corren. Únicamente exigen, al pastor, estar muy encima de la evolución cofradiera. Esto supone mucho trabajo pastoral. Es cierto.
Ahora se podrá entender mejor la homilía que el Papa les dirigió ayer a las hermandades presentes en la plaza de San Pedro, a pesar de la lluvia.
Tomás de la Torre Lendínez
6 comentarios
Las devociones surgen en las parroquias,en los grupos cristianos,son las distintas formas de vivir algo como la fe.
En cualquier ciudad de España se vive esto con fe,alegría,esfuerzo. Recuerdo las de mi tierra cartagenera,todo el año funcionando para procesionar en S.Santa,pero no limitada a esto,sino activa con colaboraciones a Cáritas y otras instituciones de ayuda de la Iglesia.
El Papa Francisco dijo algo muy agradable;habló del color de las capas y vestimenta,del color de los paragüas,como de la diversidad de los cristianos en la Iglesia. Y acabó deseándoles un "buen domingo y buena comida".
Buen lunes,don Tomás.
En nuestro caso nos han asociado mucho como los anteriores comentaristas; pero mediante la entrega a la comunidad, el trabajo en pro de la solidad, la entrega y nuestro trabajo, la ayuda a quines nos necesitan, y apostar por una vida cristiana hace que seamos algo más que una expresión pública de la fe.
PAX a todos.
Si no fuera por las cofradías, a veces las iglesias se vería solas. Recuerden los Vía Crucis celebrados con motivo de la JMJ; o las procesiones del Corpus, o los eventos con motivo del Año de la fe; eran necesarias las cofradías, y los cofrades, y hubo que echar mano de ellos para que todo saliera bien.
Deberían los curas, no todos, pero sí muchos, darse cuenta de la realidad social de las cofradías, dentro y fuera de las parroquias.
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