Todo por un “Imprimatur”
Llevo tres años escribiendo recensiones de libros religiosos para una revista semanal de alcance internacional. De todos los libros que he leído y presentado, solamente uno tenía el famoso Imprimatur, colocado en su sitio sin faltarle nada.
Ante esto pregunto:
¿Qué intereses mueven a Pagola y sus palmeros para conseguir el dichoso Imprimatur?
Sin disponer del Imprimatur, Pagola ha vendido millares de ejemplares de su obra, ha metido sus ideas en montones de personas, ha ganado a una extensa claque situada en todos los escalones eclesiales.
Vuelvo a preguntar:
¿Qué intereses mueven a Pagola y sus palmeros por conseguir el ansiado Imprimatur?
Pagola con su carita de oveja degollada, afirma que desea morir escribiendo sobre Jesús, pero manejando muy bien el mercado editorial, falsificando ideas claves sobre Jesús, enfrentado a la Conferencia Episcopal y a la Sagrada Congregación de la Doctrina de la Fe, pero con un fortísimo apoyo de los medios de comunicación de la progrez, donde retintan lo real, en irreal, inventan notas inexistentes haciendo decir lo que no dicen.
Detrás de toda operación existe algo más. Estoy convencido.
Si Pagola fuera como el resto de autores que publican libros de contenido religioso y lo publican sin el dichoso Imprimatur, no tendría la fama que ha alcanzado en el mercado, no tendría la cuenta corriente bancaria abultada, no sería “perseguido” por el Magisterio de la Iglesia, y él no iría por la vida como un “mártir” de un poder oscuro escondido tras el mismo Magisterio de la Iglesia.
Veo, pues, toda esta operación excesivamente negra y comercial. ¿Quién se acordaría de Pagola y de su enfermedad la “pagolitis” si él no presentara su obra como fruto de una persecución de unos “intolerantes” escondidos tras las cortinas de la calle Añastro?
Si esta operación negra y comercial, no fuera soplada, inventada, fabulada, por los medios de comunicación, en especial Vidal y compañía, el libro de Pagola pasaría sin pena ni gloria como uno de los tantos de contenido religioso o pseudo religioso que están en el mercado editorial en lengua española.
Pero esta operación está muy bien manejada para convertir a Pagola en un mito perseguido de la progrez con el cuento de luchar por un Imprimatur que nadie le da importancia, pero él y los suyos sí. porque ha visto un filón de desgaste de la Iglesia Católica y su Magisterio en provecho propio económico y de mitificación de su ego aparentemente “humilde”, pero lleno de una soberbia tan grande como un trailer de tres ejes. Este es el juego de Pagola y sus palmeros.
Lo que da más lástima es la cantidad de ingenuos cristianos de a pie que se tragan camellos entre las hojas escritas por Pagola, a quienes engaña como chinos y entrega mercancía averiada, pero mitificada por una “persecución” que él mismo fomenta desde su aparente carita de no haber roto un plato en su vida.
La Nota verdadera de la Conferencia Episcopal está haciendo clic.
Tomás de la Torre Lendínez
3 comentarios
Imprimatur aparte, estamos ante una obra peligrosa cuyo enfoque metodológico ha de considerarse erróneo, por cuanto, separando al llamado "Jesús histórico", del "Cristo de la fe", en su reconstrucción histórica elimina preconcebidamente todo cuanto excede de una presentación de Jesús como "profeta del Reino".
No tuvo su imprimatur y ello le costó su exclaustración. Siempre he tenido ese pequeño libro como algo querido para mí y ha sido también algo que ha dado sentido a mi vida,la esperanza.
Me doy cuenta que hay libros que lo merecen sin tenerlo y otros que pueden tenerlo sin merecerlo.
Un abrazo,pater.
Efectivamente fue furioso el temporal eclesial de los decenios de 1960, 1970 y 1980, pero el tiempo suele ser justiciero y pone a cada cual en su sitio.
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