Señores cardenales: no sean palomas ante los halcones
Se veía venir el cerrojazo. El circo mediático formado en la Ciudad Eterna tenía que ser reconducido. El cuadro que hoy pinto es tan real que demuestra cuanto se necesita ya un Papa nuevo, que ponga firmes a los aspirantes a serlo. Con razón la Iglesia es jerarquica y nunca asamblearia.
He vivido, en el terreno de la comunicación diocesana, junto a dos obispos. Cada uno totalmente diverso y diferente. En los dos casos me demostraron que la plenitud de la gracia del sacramento del Orden recibido no lleva aparejada la dotación de facultades para lidiar con la tropa trabajadora en los medios de comunicación social. En las diócesis todos nos conocemos, pero a pesar de ellos siempre existe el loco suelto que sale por los cerros de Úbeda, nunca mejor dicho desde estas tierras jaeneras.
El silencio aceptado y acordado por los señores cardenales para no dar ruedas de prensa, ni fiarse del uso de sus aparatos electrónicos personales, es absolutamente necesario, porque Roma está convirtiéndose en un foro más parecido a los mercaderes del templo de Jerusalén que el lugar donde se va elegir el nuevo sucesor de Pedro.
Desde mi experiencia pongo a disposición de los lectores amigos estos consejos:
1.- Solamente a una minoría de los cinco mil periodistas acreditados en la Santa Sede para cubrir el Cónclave les interesa informar con objetividad y verdad profesional.
2.- La mayoría de los medios informativos internacionales están en manos de la progrez vacía, hueca, huera, ansiosa de vender puro sensacionalismo amarillento para llenar las tertulias de radio y televisión, además, de las redes sociales.
3.- Los propios cardenales, sobre todo los norteamericanos, desconocen la sencillez y la equidad informativa con que trabaja el Vaticano de cara a los medios de comunicación. Algunos cardenales yanquis creen que acuden a la convención de los partidos políticos de su país antes de la elección del candidato a las presidenciales norteamericanas.
4.- Estos días son aprovechados por estafados, zaheridos, vejados, engañados, por equis motivos, para vender una letanía de cardenales “inválidos” para entrar en el Cónclave. Esta carroña es la que buscan los cuervos situados en las alturas de los medios informativos en manos de la progez, a quienes la Iglesia Católica les importa un bledo, en cuanto fundación divina, la miran solamente como “centro de poder donde existen luchas con otros contrapoderes”. Menuda visión miope de lo que es la Iglesia de Cristo.
5.- Es cierto que la sociedad de la comunicación como la actual tiene derecho a estar en la pomada de la información sobre la Iglesia Católica. Pero ese estar debe realizarse con responsabilidad y profesionalidad, donde la verdad esté por encima del sensacionalismo amarillento para escupir basura contra la cara de la Iglesia del Señor.
Conclusión
Señores cardenales:
Sellen sus bocas, por favor, y tapen sus oídos. Recen más como hicieron ayer en San Pedro. Señalen ya el inicio del Cónclave. Métanse ya pronto. Elijan a quien el Espíritu Santo le indique.
El nuevo Papa apaciguará las aguas informativas, y los cuervos carroñeros volverán a sus nidos dejando que el sucesor de Pedro siga llevando el timón de la barca que el Señor le encomendó al pescador de Galilea.
No sean palomas ante los halcones.
Tomás de la Torre Lendínez
7 comentarios
Acudo a mi padre espiritual,S.Ignacio de Loyola y su mensaje de los EE:
"En tiempo de desolación,no hacer mudanza".
Los cardenales sean sacerdotes en primer lugar,recuerden su ordenación y velen por la Iglesia. El Espíritu Santo no va a fallar,no fallen ellos.
Un abrazo,pater.
Señor ayudanos!
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