La Iglesia interesa mucho y también los gatos de Benedicto XVI
Mucha gente piensa que la Iglesia Católica está en caída libre, porque solamente interesa a los viejos, que son los que pueblan los templos, o está con su rumbo perdido ante los grandes interrogantes del mundo moderno.
Desde el 11 de febrero y las próximas semanas la Iglesia sí interesa a los medios de comunicación de todo el mundo. Todas las grandes cadenas televisivas, las empresas de medios escritos, las estaciones de radio, la gran Red de Internet, han instalado en Roma corresponsales, quienes con más o menos acierto profesional, ha seguido cada minuto todo lo que por primera vez en la historia moderna estamos viviendo estos días de la renuncia del primer Papa después de siete siglos.
Este mismo Papa Emérito decía en la última catequesis del miércoles:
“Aquí se puede tocar con la mano qué es la Iglesia, no una organización, no una asociación con fines religiosos o humanitarios, sino un cuerpo vivo, una comunión de hermanos y hermanas en el cuerpo de Jesucristo, que nos une a todos. Sentir a la iglesia de esta manera y poder casi tocar con las manos la fuerza de su verdad y de su amor es un motivo de alegría, en un tiempo en el cual tantos hablan de su ocaso”.
Este mismo Papa Emérito ya retirado en el palacio veraniego de los papas, volverá a Roma hasta el monasterio dentro del mismo Vaticano donde vivirá su ocultación al mundo dedicado a la oración, a la lectura, a la música tocando el piano, y estará acompañado de sus gatos, de modo especial de su gata Contessina, quien ya juega en los jardines del monasterio Mater Ecclesiae, esperando a su dueño.
¿Por qué los grandes hombres de la Iglesia se rodean de gatos?
Es muy cierto, con la historia en la mano, son numerosos los hombres de la historia eclesial que han vivido rodeados de felinos. Alguno de esos sujetos no han sido excesivamente ejemplares.
Otros sí lo han sido y de modo heroico. Benedicto XVI es una persona llena de una gran altura espiritual y cultural, unida a una formación musical de primera mano. Estar acompañado por gatos como el de la fotografía es síntoma de amar a los felinos silenciosos, obsequiosos, cercanos y agradecidos a los mimos cuando se les pasa la mano por el lomo siempre a favor del pelo.
La nota humana de un Papa Emérito pasando los días con los gatos que llevan tiempo a su lado, es la mejor prueba de la romanización de Benedicto XVI, ya que la Ciudad Eterna y sus gatos están descritos en las mejores páginas de los viajeros a Roma y en los cuentos que los guías de viajes narran a los turistas accidentales o establecidos en la capital de Italia.
Nos queda, a partir del lunes, conocer el desenvolvimiento del inmediato Cónclave para elegir al sucesor de Benedicto XVI. Cuando la fumata blanca salga por la chimenea vaticana, volveremos a conocer a un nuevo Papa, y tendremos que ir sabiendo sus aficiones, deseos, esperanzas y entrega al ministerio petrino que sí importa y mucho a todos los medios de comunicación establecidos en Roma, porque la Iglesia Católica es el pueblo de Dios en marcha camino de la Casa del Padre.
Fuente:
Sobre los gatos del Papa Emérito hagan clic aquí.
Tomás de la Torre Lendínez
1 comentario
La Iglesia no está en caída libre porque no es una empresa de plásticos,sino un proyecto de seguimiento de Cristo,cada uno como puede o acepta vivirlo.
Benedicto XVI gusta de los gatos y le entiendo. He tenido gato 19 años,a mi viejo Oliver,ya fallecido,y ahora,de alguna manera,comparto con mi hija y yerno a Figarito,un callejero negro de un año y medio vivo y juguetón.
Oliver fue mi amigo durante esos años,acompañando mis momentos de enfermedad más duros,con sus roces,su estar a mi lado. Indudablemente comprendo a Benedicto XVI que vive con un amigo silencioso y entrañable.
Pido por Benedicto XVI cada mañana y sé que él pide por nosotros.
Un abrazo,don Tomás.
Los comentarios están cerrados para esta publicación.