El CAC catalán retiene el paso de Cope a los postes instalados allí
Ayer en el parlamento español se consumó la división del partido socialista en dos secciones enfrentadas: los socialistas clásicos con el partido socialista catalán, quienes, menos una persona, todos votaron a favor del referéndum sobre el derecho a decidir del pueblo catalán en su futura independencia. El divorcio entre Cataluña y el resto de España en el campo socialista está consumado.
Mientras esta ruptura se daba, una imposición se está representando de modo claro:
La cadena Cope necesita antes de finalizar el mes que los 70 postes que ha adquirido a Abc la Comisión Nacional de la Competencia les de el permiso para emitir por ellos.
Pero existe un grave escollo: el CAC, organismo propio de Cataluña para conceder esa entrada en los postes situados en tierras catalanas, está retrasando el permiso sin motivo ninguno.
La cadena Cope está moviendo todos los hilos de su influencia para romper semejante obstáculo, pero hasta la hora de escribir estas líneas, los esfuerzos son en vano.
¿Qué está ocurriendo?
La realidad palpable se impone a golpe de hechos consumados. Las competencias sobre los permisos de emisión de los 70 postes alquilados dependen de la Comisión Nacional de la Competencia para toda España, menos en la tierra catalana donde quien domina en ese campo es el Consejo Audiovisual Catalán, que no mira con buenos ojos que Cope entre sin más en los postes situados en su tierra catalana así como así.
Entretanto, Cope está perdiendo dinero a diario a chorros, porque, en sus planes empresariales, la directiva contaba con que los permisos de emisión por los nuevos postes serían rápidos. La publicidad contratada está congelada, los reclamos de promoción propia están hechos, pero sin emitir. Los nervios están en el puente de mando de la nave de Cope.
Sinceramente, no me alegro de semejante jugada trufada de una visión política miope en los ojos de los nacionalistas catalanes, quienes no respetan la libertad de empresas, Cope y Abc, de ámbito nacional español que desde diciembre firmaron un alquiler de unos postes por equis tiempo a tanto el inquilinato.
El aldeanismo mental del CAC es propio de un orgullo dictatorial, que desea impedir que Cope emita por los postes situados en tierra catalana tanto en el deporte, como en los servicios informativos siempre obedientes, sumisos y masajeadores del partido popular instalado democráticamente en el gobierno central español.
Lamento mucho el silencio de la jerarquía episcopal catalana ante este hecho, ya que está en manos del nacionalismo recibiendo subvenciones para que Radio Estel pueda funcionar en el territorio más allá del Ebro.
Esto demuestra la doble cara de estos obispos cuando están en Madrid, o están en Cataluña. Este camino no es propio de pastores, sino de otras calificaciones que me reservo, pero que el lector las puede imaginar.
Las autoridades competentes, o los Tribunales correspondientes, son las únicas armas que dispone Cope para salir de este callejón sin salida, que les está costando dinero en unos tiempos de vacas flacas archidemostrados.
Para conocer todo este asunto hagan clic aquí.
Tomás de la Torre Lendínez
7 comentarios
A cada cerdo le llega su sanmartín.
La COPE debe pasar ahora un desierto.Se ha vendido por un plato de lentejas,caro,pero plato al fin y al cabo.
No obstante,sus profesionales no merecen ser tratados mal.
La verdad nos hará libres. S.Juan,el buen crónista evangélico,sabía mucho de esto.
Un abrazo,pater.
¿O ahora vamos a sorprendernos porque el CAC haga lo que siempre ha hecho?
que denuncie sus aberraciones, el episcopado catalán, se está repartiendo los cargos de la para ellos próxima C.E, Catalana, que se va esperar de ellos.
El CAC tiene en Cataluña control para la concesión de licencias y además debe vigilar que se cumplan las condiciones por las que se dieron las licencias. Si un operador A se compromete a X horas de programación, y luego le alquila un poste a un operador B, es muy razonable que el CAC le pida información sobre sus planes.
El problema de esto es que estamos acostumbrados a que en el resto de España no se haga, no se si por dejadez, permisividad, o vaya a saber usted qué razones, pero a mí me parece algo lógico. Si bien, creo que no se tarda tanto en analizar una parrilla de programación semanal, por lo que creo que COPE ya debería tener una respuesta sobre la mesa, ya fuera positiva, o negativa para que pudieran rectificarla.
Un saludo.
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