El Beato Lolo no entra como periodista de honor en El País

Reconozco que el diario El País, desde su nacimiento, desde su descarado laicismo, desde su aparente “inocencia”, es el culpable de la persecución que la Iglesia ha tenido en los últimos años en España.

Recuerdo cuando sacó, en pleno alborozo del imperio polanquista, su famoso libro de estilo, donde su mayor mérito es ofender sin que se note, decir lo que dicen otros sin reconocer que son ellos mismos, tirar la piedra y esconder la mano, cegó a más de un trabajador de otros medios de comunicación, produciendo un copieteo fotocopiado que iba de mesa en mesa por las redacciones de los medios informativos.

Un ejemplo lo tenemos con la fórmula de cómo le niega el carné de periodista de honor nada menos que a Manuel Lozano Garrido, el Beato Lolo, elevado a los altares hace dos años.

La historia empieza hace un año cuando la FAPE, Federación de Asociaciones de la Prensa Española, toma la decisión de entregar el carné de honor de periodista al poeta Miguel Hernández, trabajador y activista de propaganda en el bando republicano durante la contienda civil. En esta concesión todos los miembros de la Federación estuvieron de acuerdo.

Apoyándose en la misma determinación corporativa, la presidenta de la FAPE, Elsa González, periodista de la Cope, propone a la junta directiva, conceder el mismo carné de periodista de honor al Beato Lolo. Aquí surgen las discrepancias.

El diario El País, con su particular estilo de tirar la piedra y esconder la mano, sale con un reportaje sobre el tema, afirmando que “algunos” miembros de la comisión permanente de la FAPE no están de acuerdo con la decisión.

Afirma lo siguiente:

“Cuatro décadas después de su muerte, el beato Lolo ha provocado un encontronazo en el organismo que representa a los periodistas de toda España y ha sido protagonista involuntario del desencuentro entre la cúpula directiva de la FAPE. Su presidenta planteó hace aproximadamente un mes a la junta directiva de la institución que se le concediera al jienense el carné honorífico de la FAPE, una distinción de carácter extraordinario que se otorga en muy contadas ocasiones.”

Y continúa con aíre sibilino y tono discreto:

“La candidatura del beato Lolo desató la airada reacción de algunos de los miembros de la junta, que consideraron la propuesta “un despropósito”, al no alcanzar a comprender “los méritos del candidato”. Hubo quienes se negaron rotundamente a concederle tal distinción”.

Con este tono versallesco, pero sectario, “respetuoso”, pero inquisidor, el diario El País remata su argumento con que Miguel Hernández y el Beato Lolo son personas que no pueden ponerse al mismo nivel. Llevan razón el poeta era un activita republicano y Lolo, era un cristiano de la Acción Católica que estuvo en la cárcel de Linares durante los negros días de la contienda civil, donde repartía la Sagrada Comunión de modo clandestino entre el resto de presos católicos.

El remate probatorio se apoya en que el poeta de Orihuela tiene una fama mundial y el Beato Lolo, como escribía en ABC y el YA no lo conoce casi nadie.

El sectarismo del diario de Prisa es demoníaco, su laicismo es irracional, sus argumentos infantiles, pero sus afirmaciones las llevan hasta el final.

Este final será, Dios mediante, que Elsa González, la presidenta de la FAPE estará en septiembre en Jaén para entregar en un acto público el carné de periodista al Beato Lolo, que seguramente será elegido patrón de los periodistas católicos. Asunto que molesta tanto a los laicistas que anidan en El País.

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Tomás de la Torre Lendínez