Estocada a la audiencia de TVE a causa de los recortes monetarios
Ayer en clase con el curso donde estoy analizando la serie de televisión “Águila Roja”, los alumnos se molestaron y protestaron contra la drástica decisión corporativa de enviar a la nevera a esta producción televisiva, así como la titulada “Cuéntame cómo pasó”, que acabó anoche, y la probable de “Amar en tiempos revueltos”.
Los recortes económicos se imponen en todas las esferas del Estado. Los tiempos de crisis exigen la desaparición temporal de estos productos televisivos. La televisión pública debe ser la primera en dar ejemplo.
Por mi parte, me alegro de semejante decisión de quitar de la parrilla televisiva estas series. Una televisión pública no está para “adoctrinar” a los televidentes sobre la historia de España en el siglo XVII, ni en el XX.
Si, además, este “adoctrinamiento” se hace de forma tan falaz y embustera con la propia historia real de España y de la Iglesia, el producto está de sobra con todas las de la ley.
En este sesgado modo de presentar la historia, siempre ha salido un concepto de la Iglesia Católica hecho a imagen y semejanza del sentido marxista de la historia, método que tuvo sus grandes seguidores, pero que hoy es algo residual existente solamente en las cabezas de los guionistas que disfrutan con poner el trazo gordo sobre una visión de la Iglesia completamente alejada de los hechos históricos que pretende contar.
Así ocurre en “Águila Roja” que ya expliqué en este Blog. Y sigue sucediendo en torno a la historia del siglo XX narrada en “Cuéntame cómo pasó” y “Amar en tiempos revueltos.” En estos dos últimos casos la manipulación es tan burda que lo ven hasta los invidentes.
Un matrimonio amigo, donde la señora está locamente atada a “Amar en tiempos revueltos”, me invitaron a comer. Sobre las cuatro comenzó el capítulo de esa tarde. La dueña de la casa me iba preguntando qué encontraba que demostrara la manipulación histórica. Se lo fui explicando con todo lujo de detalles. Cuando acabó la emisión el marido y la esposa tuvieron que reconocer que se tragan mosquitos, cuando les endilgan elefantes como camiones de grandes.
Además, esta serie tiene como seguidores a mucho público femenino entre los 35 a los 50 años, con una cultura media, con un trabajo fijo en la administración pública, las cuales creen a pie juntillas que las historias contadas son tan reales como la vida misma.
Cuando se les demuestran los anacronismos existentes en la serie, como el vocabulario, el vestuario, los enredos sentimentales, la concepción de la Iglesia de aquellos años, el comercio, las relaciones vecinales…..se quedan pensando que llevan años perdiendo el tiempo viendo un producto averiado, cuando debieron coger un buen libro de la historia presente de la España que arranca en la posguerra y llega casi a nuestros días y sabrían más que tras tragarse semejantes infundíos.
La televisión pública no debe ser un canal de mentir a los espectadores, que somos los que pagamos este medio. El adoctrinamiento es propio de países mediocres, donde un grupo privilegiado tras unas cámaras de televisión se toman un papel que no es el suyo, anulando la libertad individual de buscar la persona su propia formación en historia, sociología, costumbres y en lo que le plazca.
Para saber más haga clic aquí.
Tomás de la Torre Lendínez
8 comentarios
Han querido cambiar la historia y ganar una guerra perdida, y ahora la cruda verdad de las cosas les fagocita y les devora.
Los días de vino, rosas y engaños del " sindicato de la ceja " han felizmente finalizado.
No hay dineros para más infamias y nadie quiere pagar por adoctrinamientos aburridos y verdaderamente inadmisibles,
Pero el daño cometido por tanta mentira histórica ya ha lavado el cerebro de muchas analfabetas gentes y ha sembrado el odio, el resentimiento y la confusión.
Queda una tarea improba e ingente de conseguir de nuevo limpiar y adecentar la casa, y restablecer la debida y clara verdad.
Habrá que contar de nuevo y con fidelidad, la verdad histórica y cierta de lo realmente sucedido en nuestra querida España. Y por gentes neutrales, sinceras, cultas y decentes.
" La verdad se corrompe tanto con la mentira como con el silencio ".
Marco Tulio Cicerón (106 AC-43 AC) Escritor, orador y político romano.
Un abrazo en Cristo y María.
Necesitamos repuestos en el mundo audiovisual,tanto de guionistas,directores o actores.Para mi forma de ver uno de los handicaps,es la hipocresia de muchísimos bautizados,que decimos ser creyentes y luego vemos series,películas u obras de teatro,que como poco son perdidas de tiempo.O sea,como poco siempre pecado,y como mucho...
Me parece que ya lo dije una vez por aqui: pretender estudiar o aprender historia con series de TV o peliculas es un desProposito.
Personalmente hace no se cuantos años que no leo nada, absolutamente nada de ficcion, si por mi fuera todas las 500000000000000000 novelas 'historicas' que se publican cada dia las pondria a fuego lento, xd. Y menos aun perder el escasisimo tiempo para ver cosas de estas por la TV.
Ya cuesta atender a los estudiosos, academicos y eruditos para andar haciendo caso a las novelitas.
La unica solucion: leer leer y leer -ensayos, tesis y trabajos- aderezado con un grandisimo espiritu critico templado por el escepticismo a priori. Por lo menos hoy la red nos permite hacerlo con cierta comodidad. No hay excusa.
Y aun asi, pienso que tampoco hay garantia 100%
No existe el teorema fundamental de la Historia.
Si nos limitásemos a leer, ver y escuchar materiales con garantía científica, técnica o artística, nos faltarían días en nuestra vida para asimilarlo todo, por lo que no hay que recurrir a productos sospechosa o evidentemente tóxicos, salvo que a uno le guste refocilar.
La afición de la población española a su televisión, pública y privada, es un buen termómetro del estado moral y cultural que domina en nuestra sociedad.
Este asunto debería ser tema en las catequesis cristianas, para enseñar a los niños que los medios son sólo un reflejo de quien los financia. Y sería una buena cosa que sus alumnos, por ejemplo, – me refiero a los suyos, D. Tomás - editaran una página web o un blog de noticias con un diseño serio y cuidadoso, y escribieran tonterías con un leguaje creíble. Luego, a la vista de su obra, se darían cuenta del poco valor que tiene la forma y qué condicionado está el fondo, en algo que parece serio y objetivo. Como conclusión, verían que para encontrar el verdadero valor de un medio – en este caso una basura - se debe buscar su coherencia y contrastar su contenido.
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