Umberto Eco contra Benedicto XVI
Las vísperas del viaje del Papa Benedicto XVI a su tierra alemana están trayendo noticias cuando menos curiosas. En un diario alemán aparece una entrevista al “intelectual” Umberto Eco, quien sin pestañear se permite opinar sobre el Papa poniendo en duda que sea un gran teólogo, como dice la gente.
Para remachar la punta en la pared afirma que la formación filosófica del Santo Padre es peor que la de cualquier estudiante. Literalmente afirma: “Su argumentación filosófica es extremadamente débil.”.
Este prócer del pensamiento italiano de los últimos años tilda al Papa de esta forma: “Sus polémicas, su lucha contra el relativismo son, según mi opinión, simplemente muy torpes, ni siquiera un estudiante las formularía como él.”
Este individuo vanidoso y engreído no conoce la noticia de la exposición con más de 600 obras del Papa originales y traducidas a muchos idiomas, existente en el palacio de Castelgandolfo con motivo del viaje a Alemania.
Ni tampoco sabe con la humildad que Benedicto XVI ha visitado esta muestra y las palabras que ha dicho cuando terminó de verlo todo: “Os agradezco mucho el trabajo que habéis llevado a cabo para presentar mis obras, precisamente con motivo de mi viaje a Alemania que es para mí también un motivo de reflexión sobre lo que yo, a través de mi ministerio, puedo hacer por el mundo y por la Iglesia".
Umberto Eco es un parásito “intelectual” subido a la comitiva del viaje del Papa, a quien no le llega ni a tocar la orla de la sotana blanca. Su enanismo mental es tan corto al lado del gigante Ratzinger que se presta a una entrevista que, a lo mejor ha pagado, para tener un minuto de gloria humana y deleznable.
La indigencia “intelectual” de Eco es que no tiene eco de otra manera, porque sus obras voluminosas son tochos de papel donde uno se pierde cuando ve tantas vueltas, revueltas y al final del farragoso texto no saca nada en claro. Alguna de sus obras las he dejado de leer a la mitad por indigestión de este juntaletras sin ideas propias ni nuevas en el páramo intelectual europeo de hoy.
De esta carencia estamos donde estamos en Europa, donde no existen líderes ni políticos, ni sociales, ni morales. Basta ver el desorden existente en la Unión Europea donde ojalá estuvieran hoy aquellos políticos católicos que la fundaron: Adenauer, De Gasperi…..
Gracias a Dios, y que lo conserve mucho tiempo, tenemos a Benedicto XVI, quien con su serena forma de hablar emite una doctrina católica segura, firme y fundamentada en la Tradición y en la Sagrada Escritura. Si le escuchasen en Europa otra situación viviríamos.
Los ecos de las voces de los enanos mentales como Eco tienen el valor de una cerilla encendida en la noche oscura europea. Y así estamos.
Para saber más haga clic aquí y aquí.
Tomás de la Torre Lendínez
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Adivinanza:
El pasado domingo cayó en el centro de la ciudad de El Puerto de Santa María un helicóptero. Sus ocupantes resultaron heridos leves y no pasó nada más. Toda la ciudad comenta que fue un milagro de la patrona de la localidad, a cuya vera ocurrieron los hechos. ¿Cómo se llama la patrona de El Puerto de Santa María?.
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Lean, si les apetece:
La cara oculta de monseñor Munilla
Blog del padre Tomás
http://tomas-de.blogspot.com/2011/09/la-cara-oculta-de-monsenor-munilla.html
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22 comentarios
Probablemente el tal Umberto Eco y el medio de comunicación que le ha entrevistado no sepa que Joseph Ratzinger, con sólo 35 años era requerido constantemente para dar conferencias y las aulas magnas se llenaban a tope de profesores universitarios y alumnos que, incluso, pagaban para escucharle.
Participó en el Concilio Vaticano II como asesor teológico del cardenal Josef Frings.
En 1972, fundó la publicación teológica " Communio " hoy publicada en diecisiete idiomas (alemán, inglés y español, entre otros), que se ha convertido en una de las publicaciones católicas más influyentes del mundo.
El 25 de noviembre de 1981, Juan Pablo II nombró a Ratzinger Prefecto de la santa Iglesia Católica Congregación para la Doctrina de la Fe.
En 1986 presidió la Comisión para publicar el Nuevo Catecismo de la Iglesia por orden del Beato Juan Pablo II.
El 19 de abril de 2005 fue elegido sucesor de Juan Pablo II.
Ha escrito más de 300 libros y multitud de entrevistas y ensayos.
Ha publicado tres Enciclicas, " Deus caritas est " sobre la comunidad de amor que es la Iglesia ( 25 de enero de 2006 ), la " Spe Salvi" dedicada a la esperanza e inspirada en la carta de San Pablo a los Romanos ( 30 de noviembre de 2007 ), la " Caritas in Veritate " sobre los grandes temas sociales del mundo de nuestros días ( 29 de junio de 2009 ).
Ha publicado dos Exhortaciones Apostólicas, " Sacramentum Caritatis " sobre el inefable valor de la Eucaristia Marzo 2007 ) y la
" Verbum Domini " dedicada al tema de La Palabra en la vida y misión de la Iglesia ( Noviembre 2010 ).
Ha publicado cinco Motus Proprios, entre ellos el importante " Summorum Pontificum " sobre la «Liturgia romana anterior a la reforma de 1970» (7 de julio de 2007).
Su enorme categoría intelectual, universitaria y profesional está fuera de toda duda en todo el mundo.
Y en los ambientes intelectuales, se considera que es el Papa más preparado intelectualmente y con mayor formación Teológica, Filosófica, Antropológica y Metafísica de todos los que han existido.
Ha realizado 34 importantes y decisivos viajes de los cuales, 18 han sido fuera de Italia. El día 22 de este mes va otra vez a su Alemania natal.
Goza de un enorme respeto mundial en el mundo universitario y entre las gentes más estudiosas y cultas de nuestro planeta Tierra.
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Frente a el, intelectiva y humanamente, el llamado Humberto Eco, es proporcionalmente muy cercano a un mínimo y liliputiense pigmeo enano.
El por el vulgo muy celebrado Huberto Eco, personalmente me aburre soberanamente.
Su poética fuera de la ley es falsa e intranscendente. Escribe historias de simples conjeturas en estado puro sin ningún fundamento de verdad. Enemigo de la Iglesia y de toda espiritualidad
su metodología es una mezcla de lo absurdo y una elegante reducción de este absurdo a un conjurado de miedos y deseos que el llama inmotivadamente método literario.
Probablemente se trata de una triste, descentrada y abrumada biografía personal.
Su puesta en escena son obras maestras de acristolada vulgar y simple publicidad malsana.
Puros inventos y disgresiones de una
mente inlúcida para distraer a las incautas masas analfabetas de nuestro oscuro tiempo.
Todas sin ninguna base real y fundamento de seriedad intelectual y verdad.
El mismo lo dice: " me convencí de que todas las investigaciones hay que 'contarlas' de esta manera. Y eso creo haberlo hecho con todas mis obras de ensayo."
Un escritor de simpleza absoluta, un estratega de la ilusión falsaria con la fabulación más desbordante, errónea y generalmente irreal.
Este H. ECO, desde mi punto de vista, es un ilusionista de pacotilla, un álter ego del risueño — y aburrido— Guillermo de Baskerville: el irónico, el detective, el bibliófilo que anda en " El nombre de la rosa " en busca no de la rosada rosa, sino de la risa perdida.
Es un escritor que desprecio y que solo me produce risa.
Ya me he quedado a gusto. Lo reconozco.
Y este memo, arremete contra la egregia y santa figura de S.S.Benedicto XVI, al que naturalmente no llega ni a la altura del betún.
El caso es siempre, como en todas sus obras, la soberbia e insolencia más descarada y el infame afán de notoriedad sea como sea.
Porca miseria.
Mala cosa es la envidia de los del mundo, que están ciegos e insensibles a la verdad. Las "glorias" del mundo hace que sus seguidores queden ciegos, paralítico, incluso no querer ser sanado.
Como la higuera sin fruto, se seca y muere:
« Y entró en Jerusalén, en el Templo, y después de observar todo a su alrededor, siendo ya tarde, salió con los Doce para Betania.
Al día siguiente, saliendo ellos de Betania, sintió hambre. Y viendo de lejos una higuera con hojas, fue a ver si encontraba algo en ella; acercándose a ella, no encontró más que hojas; es que no era tiempo de higos. Entonces le dijo: «¡Que nunca jamás coma nadie fruto de ti!» Y sus discípulos oían esto. (…) Al pasar muy de mañana, vieron la higuera, que estaba seca hasta la raíz. Pedro, recordándolo, le dice: «¡Rabbí, mira!, la higuera que maldijiste está seca.» (Mt, 21, 18- 21; Mc 11, 13. 20-21)
Así son los hombres y mujeres de este mundo, que con sus comportamientos y pensamientos injustos, están pidiendo esa maldición sobre sí mismo.
¡Qué tremenda es para el alma, cuando el Señor, llama la llama a juicio! La balanza cae terriblemente hacia abajo. No hay peso de frutos ni de valores cristianos. Ni siquiera se puede ajustar al mismo nivel, sino que tremendamente, bruscamente, termina por caer abajo.
¿De qué le ha servido lo que ha conseguido en este mundo y no ha querido dar gloria a Dios?
Sus libros de semiología son muy interesantes, mucho, cito por ejemplo "el superhombre de masas" de gratificante lectura.
Sus otras obras de narrativa son mucho peores, y las declaraciones que trae a colación le ponen en un mal lugar, pero su bondades no las debemos ocultar, pues pareceremos sectarios, no críticos.
Y es... Eco: una vedette, que vive de lo que sale por sus labios oraculares. La voz del "mundo", pues, en el sentido más bíblico y más triste de la palabra.
Para seguir incensándose a sí mismo, no hace falta ensuciar a los demás. A menos que saque alguna "tajada".
Evidentemente para gustos, no hay nada escrito.
Pero la crítica solvente, ha reconocido y con la que estoy de completo acuerdo que " El cementerio de Praga " de Eco es un claro homenaje a las llamadas novelas de folletín, tanto en su formato como en la aparición folletinesca de los personajes muy en el tipo de Alejandro Dumas y que son claves en el desarrollo de la rebuscada historia. Historia que por lo demás ha causado una gran polémica por su buscada anbiguedad en el trato del racismo, del antisemitismo y del infame odio a la Iglesia.
Ejemplo: el extraño personaje capitán Simonini no sólo es antisemita, sino que rebosa odio contra toda la humanidad ( casi todas sus obras son para mi un tanto autobiográficas ). Es cierto que se ensaña malamente con los judíos, " están a nuestro alrededor, a nuestras espaldas, controlan nuestros ahorros, dirigen nuestros ejércitos, influyen en la Iglesia y en los gobiernos ", pero su odio no tiene frontera alguna, es misógino, e imparte insultos por doquier, calificando a los españoles de seres vanidosos, a las personas de Croacia de vulgares ignorantes, a los ingleses de tipos sucios, y a los alemánes los considera como "los más bajo de la condición humana". En fin una verdadera delicia de ensañamiento social.
Muestra en fin, en una literatura muy pesimista, y desgracidamente tiene algún poder para influir en la realidad; y en el caso del protagonista de la novela solo encierra además, valores altamente negativos.
Lo absolutamente alarmante es que como pasmosamente indica el autor, no estamos ante personajes de una ficción, estamos ante personas que pusieron en práctica sus delirios en el Holocausto y aún siguen delictivamente entre nosotros.
Para mi es una felletinesca y nefasta novela altamente pesada y aburrida.
No tiene ningún valor positivo al que poder agarrarse.
Pregunte en Israel y a los judios, que concepto tienen del marxista antisemita Huberto Eco; cuya nación no le será nunca permitido visitar.
Los católicos, también lo tenemos.
Saludos.
Don Tomás, creo que no es acertado el espíritu del artículo, ni el de muchos comentarios. Todos sabemos que Eco es ateo, porque lo ha manifestado así en varias ocasiones. También sabemos que le tiene particular manía a la Iglesia. Tal vez Eco sea un pedante, pero si el hace un desprecio del papa sin aducir más razones que "presentar el relativismo como una única postura cuando hay más de 20 tipos distintos", lo que habrá que hacer es pedirle que argumente su postura con más solidez, no lanzarse a una catarata de descalificaciones, y menos aun a sacar la víscera porque nos cae mal.
Recordemos que Cristo también murió por Umberto Eco. También el alma de Eco está llamada a la salvación. Nuestra misión con él es evangelizarle de palabra y de obra, no contestar a sus desprecios con enfados e insultos. Así le alejamos de Cristo, porque nosotros somos los discípulos de Cristo.
Estoy seguro, además, de que Benedicto XVI, caso de haber leído estas declaraciones, no les habrá dado mucha importancia, por dos razones: primero, porque tiene tal cantidad de títulos, publicaciones y honores universitarios que no necesita que un profesor de semiología le reconozca o no su valía para saber que sí es un erudito. Segundo, porque es lo suficientemente humilde para aceptar que no todo el mundo tiene porqué quererle o darle reconocimientos humanos. Bien sabe Ratzinger lo que decía el Kempis: la gloria del mundo es efímera, sólo la gloria de Dios es eterna.
Hagamos como haría él: preguntemos de buena fe a Eco porqué cree lo que afirma, y entablemos un diálogo sincero con el mundo, aunque sea un mundo seducido por el rechazo a Dios.
Donde haya error, pongamos verdad, donde haya odio, pongamos amor (no odio inverso), donde haya desprecio, pongamos respeto. Seamos verdadero rostro de Cristo. Recemos por el papa, para que su viaje a Alemania sea fructífero, confirme a nuestros hermanos alemanes en la fe e invite a los alejados a conocer la Iglesia.
Y recemos también por Umberto Eco, pues es bien sabido que a los intelectuales el diablo suele tentar con el pecado del orgullo, no sea que haya caído en él, y ponga en riesgo la salvación de su alma. En este mundo, nunca es tarde para convertirse.
Además de lo que dice, si no recuerdo mal, Eco fue presidente de la Juventud de Acción Católica italiana en tiempos de Pío XII. El se inventó la historia de que su ateísmo le vino de estudiar a Santo Tomás de Aquino. Pero lo cierto es que abandonó la Iglesia luego de su primer divorcio. Como decían los viejos moralistas, "si no vivimos como creemos, terminamos creyendo como vivimos".
Sus obras sobre estética medieval son relativamente buenas.
Fue miembro de la Acción Católica italiana.
Lo más apropiado es decir que se trata del típico ateo resentido, que sólo reconoce racionalidad en el ateísmo y la increencia.
Lo mejor, no comprar sus libros. Y el que quiera, que rece por él.
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