Los perroflautas y el perro del ciego
Con razón desde el inicio de los acampados de la Puerta del Sol escribí aquí que no me gustaba ese movimiento izquierdista marxista y violento. Varios lectores declararon no compartir esa opinión. Ahora, tras los sucesos de ayer en Barcelona, sigo creyendo que los perroflautas son unos impresentables.
Tengo un amigo ciego, maestro de escuela de otros invidentes. Es una buena persona. Posee un fino oído para la composición musical sagrada con su guitarra. En su parroquia dirige uno de los coros. Siempre va acompañado de su perro guía.
Cuando ayer, todas las televisiones y las radios, emitían los graves disturbios de Barcelona con los indignados como protagonistas, observé cómo a un parlamentario ciego con su perro guía lo agredieron e intentaron quitarle sus ojos que son los del perro. Sentí tal pena e impotencia que me acordé de mi amigo.
Le llamé por teléfono para que me dijera qué pudo sentir él metiéndose en la piel del parlamentario, cuyo nombre es Josep María Llop. Sus palabras fueron éstas:
“Cuando a un invidente se le agrede física o verbalmente es volver a los tiempos en los que los ciegos se morían de hambre pidiendo limosna por las calles de España. Estas escenas están descritas en las novelas de la picaresca y del realismo español”.
Y siguió: “Los atacantes son unos cobardes que por muy indignados que estén por los motivos que cada uno conozca, no tienen razones para agredir a una persona ausente de vista en los ojos de la cara.”
Además, continuó afirmando: “Quitar un perro a un ciego es tanto como meter un palo en los ojos de un vidente. ¿Qué harían si alguien le cuela un objeto contundente en los ojos a otro de ellos? “.
Y, mi amigo sentenció: “Con razón les llaman perroflautas, porque no saben distinguir a una persona ciega y su perro, que estuvo a punto de ser robado. Un invidente y su perro son tan sagrados como un padre con su hijo. Se le quiere de la misma forma”.
Acabé la conversación agradeciéndole sus explicaciones.
Hoy, solamente, destaco que las masas de indignados han perdido toda su posible poca credibilidad. Por lo menos para mí. Seguiré llamándoles perroflautas. Ayer se lo ganaron a pulso en Barcelona.
Para saber más consulte aquí.
Tomás de la Torre Lendínez
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Vean y lean, si les apetece el siguiente vídeo:
Testigos Hoy: “Jesucristo en el Cine”
Blog del padre Tomás
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7 comentarios
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Si son violentos han perdido credibilidad
Yo recuerdo haber visto perroflautas desde hace unos cuantos años, seis o siete, en una calle concreta de mi ciudad y también he visto cómo la policía municipal les echaba de allí cuando eran las fiestas locales. Lo que no sabía es que hubiera una palabra para nombrarles. Un perroflauta es un mendigo, joven, hombre o mujer, con pintas de punk, lleva un perro que suele estar tumbado y toca la flauta de mala manera. En mi ciudad se les suele ver muy cerca de El Corte Inglés y de un parque público donde duermen junto con otros mendigos. Casi parecen ciegos de esos que describen las novelas. Además de mendigo y mal músico suele ser drogadicto o alcohólico. Y esto era así mucho antes de la crisis económica y las protestas políticas que han venido después. Los perroflautas no forman ningún movimiento ni marxista ni violento ni nada. Son jóvenes alcohólicos que viven de la mendicidad y tienen sus formas de vida bastante miserables. ¿Quién se imagina a esta gente reunida y saliendo a la calle a pedir "democracia real"?, ¿qué les importa a éllos este asunto o la ley electoral o el impago de la deuda?. Si lo hicieran, pensaríamos que es un efecto de las drogas. Éllos ni votan ni piden créditos ni son propietarios de nada.
La palabra que se va a imponer es "indignado", es la que funciona en el periodismo y enseguida viene el análisis de lo que contienen: policías secretos, activistas de izquierda radical, y lo que sea, es un conjunto. Si pudiéramos aislar los elementos que componen este grupo, me juego algo a que la mayor parte tienen estudios o título universitario, veamos cuántos son mendigos de verdad aunque, como expliqué el otro día, hay algunos que niegan que los perroflautas sean mendigos y dicen que sólo son cuatro niñatos burgueses que pasan de todo, una especie de hippies urbanos. En cuanto a la higiene de los indignados, yo no los veo tan sucios, veo chicos y chicas jóvenes que dan muy bien en pantalla. A lo mejor, aquí, cada cual, ve lo que le da la gana. Y su duración responde a la voluntad política del Ministerio del Interior que ha permitido todo lo que ha pasado. También el nacionalista Arzallus hablaba de "chicos de la gasolina" para suavizar los crímenes políticos de los jóvenes etarras, criados en ikastolas y otros colegios privados o públicos, concertados o no, y su policía autonómica vasca no hacía nada contra éllos.
Yo paso del asunto de la indignación. Si el Ministerio del Interior lo permite, pues allá él. La oposición no ha hecho ni una pregunta a Rubalcaba sobre los motivos para no disolver a esta gente. Peor todavía, si Mariano Rajoy fuese Ministro del Interior, ¿hubiera disuelto a los indignados y quedar de malo en el periodismo?, cada herido serviría para decir: Rajoy asesino. Gallardón dice que es problema de orden público pero no ha estado exigiendo a Rubalcaba, desde el primer día, que cumpliese con su deber. La policía municipal no ha estado presentado informes de los daños producidos ni ha puesto denuncias por los gastos extraordinarios para el Ayuntamiento. Así se acabó con la "kale borroka". El PP toleró que los "chicos de la mierda", las juventudes radicales del nacionalismo catalán, echasen volquetes de mierda delante de sus sedes y no presentó una denuncia ni se detuvo a nadie. La pasividad del PP es algo que explica mucho de lo que pasa. Es un elemento que dan por supuesto quienes proyectan estas cosas; aunque no ganen las elecciones, queda la idea de que el PP no tiene aguante si la cosa va en serio. Como se atreva a tocar algún "avance social", pueden volver los indignados y echar fuera al PP. Los planes megalómanos y equivocados de Aznar han terminado de forma desastrosa porque sus estrategas no se molestaron en cubrir los frentes necesarios sino que se supuso que ganarían desde arriba, sin meterse en problemas, sin hacer nada más. Ya el franquismo soñó, y en parte acertó, que podía ganar la partida a base de la sola economía y dejar el resto de lado, y dejó hacer, se hizo el dueño de lo económico y entregó lo demás. Los triunfos económicos de Aznar son minúsculos en comparación con los del franquismo feliz de los últimos veinte años del régimen y, como entonces, han vuelto a traer a los figurantes de antifranquistas y les ha procurado, con el dinero público, más poder que entonces. Aquí hay una dialéctica de nuestro mundo moderno, que puede soportar cualquier cosa si se concentra en lo económico fundamental, y nos lo tenemos que tragar por el bien común como una desgracia pasajera.
Ahora los indignados están explicando que lo de Barcelona responde a la acción de policías infiltrados. Esto ya se dijo en los primeros momentos, en la Puerta del Sol, antes de que se extendiera la palabra "perroflauta", y hubo periodistas que siempre vieron a los policías metidos en este grupo, otros veían gente de buena fe llevada por las circunstancias económicas actuales; en el periodismo, cada cual, ha visto diversas cosas. La cosa tiene su complejidad, hay muchos "infiltrados" entre los indignados, policías o no, ¿cuántas clases de infiltrados hay?. Ahora los indignados recurren a descubrir que hay policías entre ellos, tal vez los mismos policías que, hasta ahora, les decían que no se preocupasen por Rubalcaba y que siguiesen, esos policías también son una parte de la extensión de la indignación. Esta colaboración es algo que no es raro en nuestro Estado de Derecho, los asesinos etarras han conseguido docenas de ayuntamientos con la ayuda de los jueces más importantes del Estado, los asesinos múltiples que van saliendo de la cárcel gracias a privilegios judiciales inauditos, terminarán sus días de funcionarios en esos ayuntamientos, y serán felices jubilados. Yo no sé si los indiganados son, por un lado, los policías de Rubalcaba o, por otro, son activistas con temor a perder sus suvenciones públicas y avisan de lo que puede pasar, a la manera de los mafiosos. Simplemente, me da igual, pero quienes están metidos en este rollo, no son mendigos borrachos.
Y lo que expongo sobre los perroflautas, vale lo mismo para aquello de los perroflautas de la Iglesia que se trató en este blog. Es muy difícil suponer que si miramos bien quiénes son, no lleguemos a encontrar a algún obispo infiltrado de indignado y cosas aún más raras. Y aún se puede hacer un interesante añadido. Uno de los postulados de la nueva iglesia conciliarista (es tan nueva que todavía no tiene nombre, yo se lo pongo, y todavía no tiene forma pero ahí está, dentro del catolicismo, una iglesia dentro de otra, un asunto diferente es si durará mucho o no) es que éllos son los verdaderos seguidores del concilio Vaticano II, los verdaderos católicos, y los católicos oficiales son falsos o no son católicos. Estas tesis se pueden consultar en el periodismo dominante en España durante los últimos treinta años, incluyendo las afirmaciones sobre lo malos que han sido los papas posteriores al Concilio, el de antes y el de ahora; allí escriben los teólogos mediáticos y es interesante que el periodismo les haya servido de plataforma doctrinal, como dice el decreto "Inter Mirifica" el cual han llevado a su máximo alcance fundiendo lo religioso y lo periodístico. Hace poco se ha visto aquí como un sacerdote católico (conciliarista, según mi clasificación), un hombre consagrado por la Iglesia fundía los símbolos de la paloma y el fuego, completamente evangélicos, en una figura de chica pelirroja con túnica blanca de estilo mingotesco. Esto es lo que se transmite en los sacramentos. Ese es el Espíritu Santo, una cosa bien difícil de explicar y de entender pero el periodismo se atreve con todo en plan mirífico y esta clase de simplezas mentales -lo dice el decreto "Inter Mirifica"- es lo que entiende y es el hombre moderno. ¿Qué consigue renunciando a la paloma y el fuego? No lo sé pero el resultado es muy periodístico y esa es toda su fuerza. Uno de los objetivos del concilio, según los conciliaristas (católicos, según otras clasificaciones), es crear "la iglesia de los pobres" y, en este caso, conviene porque los perroflautas son pobres, son mendigos y, por tanto, según los teólogos conciliaristas, Dios está con ellos y son la base de la iglesia. Este es un principio teológico muy importante para los conciliaristas y parte de una interpretación muy exagerada del evangelio que anula todo lo que no convenga a estos teólogos, es la interpretación conciliar verdadera y fue dictada por los padres conciliares y no hay más que hablar. También en las viñetas del sacerdote dibujante se muestra la importancia de los pobres, en una salen enseñando al mismo papa arrodillado. En los años sesenta había intelectuales de mucho renombre y solían salir con que éllos tenían una fuerza especial, que estaban del lado de lo verdaderamente humano y oprimido de la clase trabajadora, eso les hacía invencibles frente a las mentiras de los explotadores, y luego te salían con unos análisis retorcidísimos y requetecultos de teoría literaria con freudismo y algo de marxismo hermeneútico. Pero en este caso de la iglesia, volvemos a lo mismo, con los perroflautas no se puede crear nada, éllos no quieren, más bien quieren lo contrario. Es tan insensato decir que hay una iglesia auténtica de perroflautas como que hay un movimiento de perroflautas que busca una democracia real. Lo que hay es otra cosa.
Soy uno de esos conciudadanos suyos a los que injuria con el calificativo de perroflauta pues servidor forma parte del movimiento 15-M y pese a ello le diré que tengo 47 años, soy padre de familia, trabajador, presidente de la comunidad de vecinos y gerente de una pequeña empresa. Soy, además, de derechas, al igual que usted, supongo.
No me queda sino decirle que reducir el significado del movimiento del 15-M a unos hechos como estos ( que yo personalmente considero lamentables) no es sino faltar a la verdad. Le recomiendo que al respecto cuente con alguna fuente de información que no sea Intereconomía o el respetable señor Losantos.
Confirmo que hay "perroflautas",de clase alta,media y baja.¡Vamos!que ésto pinta, pero que muy mal.
Nací en el 31,1 mes antes de la República y desde pequeña me contaron,( mi familia ),lo que allí se cocía.A mis 80 con la mente reposada,veo todo más claro.
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