Papel del Espirítu Santo en el puzzle eclesial
He pasado, ayer, media tarde invitado en casa de unos amigos. Habían estado en una gran superficie donde compraron varios muebles desarmados. Se dedicaron a tomar las diversas piezas y ensamblarlas para obtener una mesa muy útil para la televisión del salón. Yo me dediqué a observar y comentar alguna actualidad eclesial.
Mientras se operaba toda la construcción, fui pensando en la cantidad de piezas de puzzle que desde la adolescencia tanto disfrutaba. Entonces se le llamaba un “rompecabezas”. Siempre sobraba una o faltaban cinco. La lucha por la unidad de la figura era una meta a seguir.
Hoy, Solemnidad de la Pascua de Pentecostés, el Espíritu Santo es recibido por la Iglesia primitiva para comenzar la creación de toda la estructura interna y externa de la Iglesia del Señor, hasta llegar, tras dos mil años de historia, a tal como la conocemos los cristianos de este inicio del siglo XXI.
El Espíritu del Señor es el componedor de las piezas del puzzle eclesial tan variado en estos momentos de la Iglesia. Sabe hacer que la unidad se mantenga dentro de la natural diversidad de los grupos cristianos, de las diócesis y de los plurales países que componen la catolicidad de la Iglesia, cuanto es más universal es más católica.
Es cierto que algunas piezas del puzzle no encajan buscando el exclusivo rostro de Cristo. Es patente que salen, en algunos sitios, arrugas creadas por el pecado propio de los cristianos, quienes abusando de una mal entendida libertad se pasan al libertinaje de tirar piedras al propio tejado de la casa común de los hijos de Dios.
Pero, siempre, son menos los escándalos de los cristianos, aunque los medios de comunicación los aireen con toda la fuerza posible, que los edificantes ejemplos y testimonios que uno se encuentra a lo largo de la vida pastoral dentro de la Iglesia.
El Espíritu Santo, conductor exclusivo de la unidad eclesial, toma las piezas del rompecabezas, las ensambla, las purifica, las anima, las alienta, les da razones de vida comunitaria y coloca a cada una en su sitio, para que el mosaico de la Iglesia posea la belleza propia de una Iglesia joven, que se prepara a vivir la JMJ en agosto junto al Papa Benedicto XVI.
En esta fecha de Pentecostés invito a los lectores de este Blog a que, entre todos, colaboremos por la unidad de las piezas del puzzle eclesial. Esa misma unidad que tiene la propia Santísima Trinidad, cuya solemnidad viviremos el domingo próximo.
Me siento muy feliz de ser una pieza más del puzzle eclesial. Verse unido a los hermanos restantes produce una gran satisfacción espiritual y pastoral.
Tomás de la Torre Lendínez
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Lean, por favor:
55 años de Agencia AICA
Blog del padre Tomás
http://hal2.blogcindario.com/2011/06/00109-55-anos-de-agencia-aica.html
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2 comentarios
Si buscamos "pecado contra el espíritu santo" en Internet salen numerosas páginas. Pongo una pero el resto también vale.
http://www.corazones.org/espiritualidad/espiritu_santo/pecado_contra_es.htm
La cuestión es que en el blog de hoy se habla y se define lo que es Espíritu Santo y en este enlace se habla de los que no es el Espíritu Santo. Y sólo nos queda limitar qué significa "puzzle eclesial". ¿Se refiere a toda la iglesia o a la situación en la que ha quedado la jerarquía eclesiástica desde hace unos años?. ¿Es la iglesia actual un puzzle?, ¿lo ha sido siempre?. En ese caso, el Espíritu Santo, a pesar de todo, compondrá las cosas. ¿Pero qué pasa si las piezas pecan contra el Espíritu?. O sea, si prefieren lo que está mal a lo que está bien y no quieren aceptar nada que les lleve hacia el bien. Eso sería imperdonable y el puzzle no tendría solución, habría que romperlo y eso sería un problema general.
En el blog de hoy se define muy precisamente lo que el Espíritu Santo entiende por el bien, incluso se podría admitir que hagan lo que hagan las piezas díscolas, el Espíritu Santo las pondrá en su lugar. Yo no puedo decidir nada, no soy experto en el Espíritu Santo y no entiendo bien su función y si la cumple como aquí se dice o sigue otros modos. El caso es que hay pecados contra el Espíritu que ponen límites al puzzle. No sé si cada elemento ordenador en cualquier nivel es un componente del Espíritu Santo. Esta cuestión de la organización de la multiplicidad es un asunto muy importante para nuestros políticos y científicos, también los informáticos. Hay mucha ordenación a nuestro alrededor, incluso ordenaciones que luchan entre ellas y se nos ofrecen mejor que otras. ¿Hay una ordenación suprema o sólo una disputa entre varias ordenaciones que se las dan de supremas y buscan su propio orden excluyendo o incluyendo sus piezas?. El caso es que ya tenemos mucha unidad u ordenación a nuestro alrededor y queremos que sea cuanto más perfecta pero sigue habiendo puzzle. A lo mejor hay las dos cosas.
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