Monseñor Piris denunciado en Roma

Piris debe obedecer a la Santa Sede.

Los Pastores de Almas tienen que dar La Paz a las Almas que pastorean y no la amargura y el resabio. De todo esto de los bienes de La Franja de Aragón que están en el Museao Diocesano de Lérida y que son de la Diócesis de Barbastro-Monzón ya siento- y muchísimos cristianos aragoneses- rabia y desazón porque presentimos que El Señor Obispo de Lérida no está obrando con justicia, osea que no está dando al justo pseedor lo que le corresponde. Y eso crea desasosiego en las Almas. Y eso un Obispo no lo debe hacer NUNCA.

Este tema se está saliendo de madre. Partiendo del hecho de que la diócesis de Lérida debe devolver lo que no es suyo, y eso no admite discusión alguna, tengo la impresión, aunque he de confirmarlo, de que el obispo no puede ordenar que se saque una sola pieza del museo de Lérida, ya que se lo prohibe la Generalidad.
Es decir, como quiera que este asunto se enfangó al llevarlo a la justicia ordinaria, ahora hay que esperar a que ésta llegue hasta el final.
Así que no podemos pedirle a Mons. Piris que haga lo que no puede hacer.

Hola, refrendo lo que comenta Luis Fernando,y copio un post antiguo:

Es inútil, tocan la tecla equivocada. Ni el Vaticano ni el obispo de Lérida tienen potestad sobre las obras en litigio, está todo bajo jurisdicción civil, o sea, son los tribunales civiles los que tienen la palabra. El concordato vigente deja bien claro el alcance del derecho canónico, y no está bajo jurisdicción de la Iglesia litigar sobre obras de arte, no pueden hacer lo que quieran aunque las atesoren, son bienes culturales de toda la sociedad. No me lo invento, en serio. Y Iglesia y estado están afortunadamente bien separaditos. Ya pueden ir presionando al pobre obispo Piris...otra cosa es que quieran encausar su actitud o enzarzarse en discusiones sobre la legitimidad de la colección, pero no conseguirán nada. Ya lo dijo él mismo, le preocupa mucho más su tarea pastoral que esta patata caliente que le pasaron cuando asumió la diócesis de Lérida. Que no se me malinterprete, no estoy defendiendo ningún bando, solo expongo las cosas como son. Si quieren discutir la legitimidad de estas peticiones y de la colección del museu diocesano de Lérido, es otro asunto. Un saludo y feliz Pascua


Y otro añadido, infórmense de la génesis de esta colección y su contenido real, y ya verán que no se trata de una disputa nacionalista o lo que sea, sinó histórica, técnica y jurídica. En el bando más allá del río Segre, lo que esgrimen es que primero hay que reconocer la legitimidad de la colección dipositada en el Museo Diocesano, y a partir de allí, se negocia como hacen en todos los museos del mundo la cesión, o se comparten o lo que sea. Pongan las cosas en su lugar, que no es precisamente desde Cataluña donde se polemiza más el tema, vemos más demonios de los necesarios. Otra cosa, me parece ya salir de madre plantear que el Papa tenga que plantearse retirar al pobre Piris, ni que fuera pederastra, no se...un poco de sensatez...

...y sigo, para que no haya más prejuicios, es que es un tema del que me he informado.

De que estamos hablando, realmente? En total se trata de uns 113 obras de arte, su inmensa mayoría de interés limitado (ropajes eclesiásticos), y si que hay un puñado de obras de arte relevantes y hasta alguna obra maestra. Dicho esto, como se generó la colección del Museo Diocesano?. Los museos diocesanos se crearon a partir de una directiva Vaticana de mediados del XIX en que aconsejaba a los obispos crear instituciones para preservar los bienes culturales desparramados por las iglesias de sus diócesis. Históricamente, hasta hace unos quince años, las parroquias de donde procedían los bienes estaban dentro del Obispado de Lérida. El entonces obispo, Monseñor Messegué, fue uno de los primeros en crear un museo Diocesano, el segundo después del de Vic. Se dedicó a concentrar todas aquellas obras que estaban en abandono o en riesgo de ser destruidas, siguiendo las directrices legales vigentes, con contratos y todo perfectamente documentado, y las trasladó al nuevo museo. Y actuó en su jurisdicción eclesiástica. Su labor fue encomiable, legal, e hizo una gran aportación esencial para preservar el arte y la cultura. Las obras que reclaman ahora igual no existirían si su acción o estarían en manos de traficantes. Es más o menos la misma génesis de los actuales museos diocesanos. Entonces ¿Donde narices está el robo?. Pongan las cosas en su sitio, se trata de una dicusión técnica y museística, el error de verdad fue intentar justificar el traslado de las obras a Barbastro mediante la desligitimación de la colección y por el camino la de un melómano humanista que fue Mn. Messegué. Ni nacionalismos ni demonios ni samaritanos trasnochados. El Consejero de cultura de la Generalidad catalana ha reiterado su disposición a colaborar, pero con esta base.

Yo creo que esta situación está pidiendo a gritos el "sollevamento" de Monseñor Piris.

Piris sabe perfectamente que está desobedeciendo, eso es clarísimo. Lo que ocurre es que el interpreta que no le propusieron como Obispo de Lérida para precisamente devolver las piezas y, por lo tanto, si esto tiene que hacerlo el, prefiere dimitir. Esta es la verdad. Aquí, ni la colección ni la Ley de Patrimonio Cultural catalán vale para nada, y esto ya lo han dicho y repetido la ex consejera de Cultura de la Generalitat Caterina Mieras y el actual Ferrán Mascarell. La clave es la permanencia en el Consorcio civil creado del Museo de Lérida Diocesano y Comarcal. Piris puede salir de ese Consorcio cuando quiere, pero no lo quiere hacer. Una vez salga de ese Consorcio, obvio es decir, que nada le impide ya entregar las piezas, y el lo sabe perfectamente.

Precisamente si sale del Consorcio, que seguirá existiendo sin la presencia del obispado, no tendrá la menor posibilidad de entregar las piezas.
Este asunto está en manos de los tribunales civiles. Y hasta que esos no se pronuncien con sentencia firme (la cosa puede llegar al Supremo), las piezas seguirán donde están aunque el mismísimo obispo se encadenara a las puertas del museo para pedir su devolución.

La diócesis de Piris debe devolver lo que no es suyo. Asunto fuera de discusión

El Obispo Piris no puede devolver nada. Luis Fernando se evade de la discusión.

Aquí podemos recuperar el Guernica pero como se trate de cuatro objetos de culto catalanizados, no hay manera.

El Museo Diocesano está dentro de un Consorcio civil y las obras de arte religiosas son de toda la sociedad. Estupendo. La política se hace dueña del asunto, lo normal en Cataluña.

Messegué, el megalómano humanista (¿por qué "melómano"?) hizo unos traslados que no se le permitirían a un traficante y sobre eso se edifica una apropiación indebida. Algo de tráfico hay y ahora se ve que no era nada desinteresado ni por amor al arte, ni siquiera por amor a la música. Aquí no se suelta nada, todo es técnico y teórico, no lo entienden fuera de Cataluña.

La justicia civil decidirá. Lo que diga Roma no importa nada. Los obispos catalanes podrían haber arreglado el asunto pero, claro, la justicia civil, mucho mejor, el Supremo, vete a saber, ¿y el Constitucional? ¿para cuándo?. Y todo por unas miserables casullas que iban a ser destruidas por alguna potencia extranjera o por el abandono en algún país subdesarrollado, más o menos la misma cosa. Menos mal que el humanista las salvó de una muerte segura y ahora llevan una existencia feliz.

En fin, Luis Fernando, cuando uno ama a Cataluña, todas las razones son buenas. El Obispo no se va a encadenar para pedir la devolución de nada, eso es una exageración y un contrasentido con lo que el obispo hace, pero Luis Fernando sí que se está encadenando. Es que le gusta si es por un principio primordial y en este asunto lo primordial lo invade todo, sin eso sería una pequeñez. Así que las casullas de los sacerdotes muertos son propiedad del Consorcio civil catalán, como todo en Cataluña. La justicia lo arreglará porque los obispos no pueden, sus eminencias están ocupados en largar trolas a sus mensajeros. El director de Infocatólica a la carga por el principio supremo de la justicia civil en asuntos de administración eclesiástica, cuando conviene. Pues vale.