Me declaro insumiso ante la nueva Ortografía de la lengua española
La nueva edición sobre la Ortografía de la lengua española ha llegado a mis manos. Me ha costado cuarenta euros menos unos céntimos. Tras darle un vistazo rápido, no deseo que pasen los días para opinar sobre este importante acontecimiento de nuestra lengua, que pone en común al resto de los países donde se habla castellano.
Sinceramente, mientras, no encuentre con el recorrido del tiempo mejores motivos, hoy, 18 de diciembre, fiesta de la Virgen de la Esperanza, me declaro insumiso ante las nuevas reglas de la ortografía en español.
Considero positivo todo el esfuerzo realizado, pero advierto que las nuevas tecnologías han impuesto su dictadura sobre el español ortográfico de toda la vida, aquel que aprendí cuando vestía pantalón corto leyendo el Diario Ya, el de papel; y que luego me limaron cuando ingresé en el Seminario, donde la lengua castellana era clave para acceder a la lengua latina, idioma universal de la Iglesia Católica.
No entiendo, ni veo respetuoso, algunas de las propuestas que se hacen sobre palabras claves en la historia de la Iglesia Católica, por ejemplo, pasando a minúsculas términos tan esenciales como el Papa, o el Rey, y se mantengan en mayúsculas Caperucita Roja, o la Ratita Presumida. Miren, ustedes amigos lectores, por aquí no paso.
Lo mismo que no acepto que se usen las minúsculas para palabras que tienen un hondo sentido de respeto religioso, o de una educada relación social. Por ejemplo “don", “doña", “fray", “santo", “excelencia", “señoría", “vuestra merced", siempre las escribo con mayúscula; ahora me niego a hacerlo con minúscula. Es otro sitio por donde no deseo pasar.
Sospecho que se ha pretendido “democratizar” tanto el castellano que lo han vaciado de su rancio abolengo, de su prosapia secular, de su olor a antiguo, de su valor de nobleza. Tengo la impresión que toda ésta pérdida llevará a nuestro idioma a ser populachero, más que popular, bullanguero más que académico.
Sobre los acentos, encuentro otra serie de novedades a las que también me opongo y me declaro insumiso. Las razones empleadas me parecen de poca fuerza. Toda palabra como guión, ruán y truhán; de ciertos nombres propios, como Ruán y Sión, aplicado a la hija de Sión, la Santísima Virgen de la Esperanza, que hoy celebramos, les pondré acento porque siempre lo he hecho así.
Termino, valorando el esfuerzo realizado; pero, salvo que el tiempo me convenza, un servidor seguirá escribiendo igual que antes de salir esta Ortografía. Así lo siento, así lo escribo y así lo firmo.
Tomás de la Torre Lendínez
18 comentarios
Tampoco voy a renunciar a decir "i griega".
Por otra parte, mi idea antigua de la reforma de la ortografía, era la de recuperar sonidos perdidos hace tiempo, como la “v” labiodental. Pues creo que la tendencia en España es la pérdida de variedad fonética, -que puede corresponderse con una pérdida auditiva- siendo la próxima confusión (por ejemplo), la de los sonidos “p” y “b”, o “t” ,“d” y “z” o ausencia de letras finales (como ya sucede con el nombre de nuestra capital “Madrid”, “Madriz”, “Madrí”). Creo que la variedad fonética de cada región hispanohablante, ha de salvarse recobrando una fonética común lo más completa posible. Como he dicho, aún no conozco las nuevas normas de la R.A.E., pero creo que, ahondando en el tema, se podría decir muchas más cosas.
No estoy de acuerdo con aquellos que dicen que el idioma no se puede estancar en la forma de hablar de una época determinada, pues si así hubiese sido desde el principio, aún estaríamos hablando latín. Bueno, ¿y qué?. Sólo interesa un lenguaje con el que podamos expresar ideas y sentimientos con la mayor fidelidad, elegancia y belleza posibles, y con el que podamos conocer con la mayor fidelidad posible, todo aquello que en épocas pasadas haya sido escrito en ese mismo idioma.
Ningún diccionario ha de dejar obsoleto un diccionario anterior. Por el contrario, ha de ahondarse en el conocimiento de los significados que cada palabra ha tenido en el correr de los tiempos y en cada lugar geográfico, es decir, en cada contexto. Para ello, es bueno conservar la fonética y la grafía de cada palabra.
Por último, habría sido estupendo no haber perdido la estima por el latín, pues constituye una base de unión entre todas las regiones, no ya de España, sino de Europa y de nuestra civilización occidental, (sin minusvalorar, por supuesto, otros idiomas, como el griego).
Si se le suprime la nobleza a la lengua española, queda convertida en una lengua vulgar y villana.
Por lo tanto insumisión, nobleza, elegancia y respeto.
Y allá cada cual con sus despreciables minusvalencias.
40 euros que el Blogger me ha ahorrado y que en tiempos de crisis vienen muy bien.
saludos.
Saludos
Yo no voy a discutir de Ortografía porque no me interesa el asunto, tampoco me importa nada si las de antes eran mejores o peores. Paso de discutir las minucias de la Academia con las mismas ganas que ponen sus miembros. En el mundo universitario anglosajón hay una disputa sobre las normas ortográficas del inglés (que son un disparate) y a veces hablan de Europa con envidia porque aquí tenemos entidades como las Academias de la Lengua que regulan la Ortografía. Allí hay una especie de normas no escritas -como en el derecho anglosajón- que llevan a medias entre organismos educativos públicos, universidades, editoriales y periódicos. De vez en cuando se ponen de acuerdo y cambian alguna cosa y esa norma no escrita pasa a ser escrita. En cambio, en Francia, el respeto a lo académico es una cosa de veneración; parece que si no sigues las reglas de los "immortels", los académicos franceses, no eres capaz de pensar en francés.
El caso son las consecuencias de la insumisión. Las Academias de la Lengua a la europea rigen, porque sí, sobre las instituciones que se reúnen en el mundo anglosajón, es decir que sus "normas", o lo que sean, son aceptadas por los Estados y los grandes agentes culturales. Con esas normas se redactará el BOE, los documentos públicos; es lo que se enseñará en el Sistema Educativo y así se redactarán los periódicos. El bloguero se expone a enviar un artículo y que se lo rechazen por mala escritura. El periodismo en España sigue las normas ortográficas de la Real Academia, y hace como que sigue los significados de las palabras del diccionario oficial. El periodismo va de líder y modelo de escritura y eso hace que las normas ortográficas son intocables e indiscutibles. El resto de lo lingüístico, el significado de las palabras, la gramática en general es otro asunto y el periodismo tiene sus formas bastante desgraciadas, ahí lo académico no llega a normativo ni a nada pero en lo ortográfico sí que manda.
"cmo stan, y, tbm, n, c, que, her, hy, ai coida"
(yo andaba en esos vicíos)
ya solo falta que quieran quitar la "Ñ" y que pongamos "NI" o "NY" (Espaniol o espanyol"
Por cierto, ¿sabian que hay una letra que se puede usar en español y que equivale al fonema "mi"?
es la "M" más "~" y quedaria como la "Ñ"
PD. para "exmilitante" la escritura y la lengua van de la mano, por eso es que estamos inconformes, además no se porque crees que tengamos envidia de las academias Europeas si en cualquier momento nosotros podemos decir "adiós Real Academia Española, hola Academia Latinoamericana del Español"(sino preguntale al Mercosur)
PARA EXMILITANTE, yo no le veo el caso andar diciendo que el periodismo sea el líder en el campo ortográfico ya que varía de región en región, además la lengua evoluciona con la gente no solo con lo literario y támpoco tenemos envidia de la RAE o alguna otra ácademia europea (de que admiramos es otra historia)
además ortografía y lingüística van de la mano por que una indudablemente afecta a la otra, así que decir "que la ortografía esta separada del lengüaje" es simplemente una Estupides de enormes proporciones, por algo los Lingüistas estudian la ORTOGRAFÍA de cualquier idioma para saber no solo como se escriben las palabras sino para saber como escribirlas Y QUE LA GENTE ENTIENDA LO QUE SE ESCRIBE.
Se lo dice un estudiante aficionado de lingüística.
Saludos en Cristo y que tengan buenas tardes, días o noches.
kimi ga optare aeternus
A pesar de esto, la RAE reconoce que por razones de respeto hay quienes podrían usar la mayúscula (en su caso lo entiendo perfectamente, por ejemplo, para la palabra "Papa"), pero hay que reconocer que no hay razones para llevarlo a la regla general.
Sobre la nobleza del lenguaje de la que usted habla, creo que ese valor debería reconocerse en la escritura instruida y razonada de verdad, y no en el uso de adornos.
Un saludo.
He escrito claramente que la envidia es la que muestran algunos estudiosos de la lengua inglesa en las universidades americanas. Ven el lío que se ha formado en la ortografía inglesa y suelen alabar a la Academie Française y sus hermanas europeas. Por mí, si en Sudamérica van a nacer nuevas Academias que lo hagan, me importa un pimiento (verdura sudamericana, creo). El charlatán de Chaves ha derribado las estatuas de Colón por criminal y en Sudamérica siempre está latente la monserga del indigenismo, ahí está Evo Morales y sus compinches. Si quieren tener Academia de Su Lengua, como si se operan. Más estupideces pero vienen bien para demostrar que el mando de este asunto está en lo político y lo cultural. Por otro lado, los grupos políticos, educativos, editoriales y periodísticos que se reúnen para fijar las normas del inglés tienen el problema de los vetos de cada nación y lo difícil que es unificar el inglés de Australia con el de Sudáfrica y el resto pero éllos no están por dividir el inglés en áreas dialectales, hablan de reglas comunes para todos y eso implica la idea de una Academia por cada lengua. No se trata de hacer una Academia para Estados Unidos y otra para la India, el país donde hay más hablantes de inglés.
En cuanto a lo de que el periodismo es líder en el campo ortográfico. Repasemos el blog, el bloguero afirma que aprendió Ortografía leyendo un periódico; en los países ingleses, el periodismo es llamado a decidir sobre las normas ortográficas como un agente más y aún voy a decir algo más sobre el periodismo pero antes acuso recibo de mi Estupidez, en mayúscula. Me quedo con élla y no voy a entrar en la estupidez contraria que está bien explícita en lo que dice el aficionado a la Lingüística, eso de que la Ortografía tiene relación con que la gente entienda lo que escribe. Es el fondo de la cuestión pero éste no es el lugar de debatir lo que es la Ortografía y los daños que causa, véase el inglés o el francés y sus barbarie ortográfica en relación a la lengua hablada. Ningún lingüista (en minúscula) estudia la Ortografía de una lengua porque no la hay en ninguna lengua, es algo creado sobre la lengua. Es cierto que tiene algún valor fonético en las lenguas antiguas y poco más y ninguna Ortografía capta cómo se habla, la Ortografía es interesante pero no exageremos, fíjese, señor aficionado, "cómo", con acento y no como lo pone usted: "no solo como se escriben las palabras sino para saber como escribirlas", ahí tenemos dos "cómos" mal acentuados además del "sólo", un pequeño montón de fallos para un gran hombre que sabe mucha Ortografía, se los excuso porque usted no es un estúpido como yo. Por cierto, querido Eduardo, mi felicitiación por su "que la ortografía esta separada del lengüaje", ese "lengüaje" demuestra que debe usted desintoxicarse rápidamente de la empanada ortográfica que lleva encima. La Ortografía está unida al lenguaje por convención e imposición ajena pero sin duda está muy unida al "lengüaje", un engendro ortográfico que le debemos a usted, amigo Edüardo. En fin, Ya conocemos el viejo prejuicio de que si uno no reverencia la Ortografía, como hacen en Francia, es porque escribe mal y es un villano y un mal hablado, eso dicen, y además que si uno respeta la Ortografía, ya está en camino de hablar bien. Son cosas muy sabidas y siguen rigiendo porque cada cambio de la Academia implica que unos dejan de escribir bien y otros pasan a escribir mejor; mi consejo es no dar mucha importancia a lo ortográfico, conocerlo y llevarlo lo mejor posible.
Dejando de lado lo mío, tampoco estoy de acuerdo en que el bloguero tenga pobres razones para su insumisón. En este asunto quienes tienen pocas y malas razones son los señores académicos y cada generación le da por una cosa o la otra. El señor bloguero ha estado toda su vida escribiendo fielmente según unas normas avaladas por la Academia y ahora llega otros, se las cambian y las explicaciones son tontadas que valen mucho si te empeñas, son señales de que hay otra generación de académicos. El mismo bloguero dice que espera "mejores motivos". No es nada importante poner "don José" o "Don José", "el palacio de la Moncloa" o "el Palacio de la Moncloa", son cosas estilísticas. Más grave es que la letra "ch", que representa a un fonema en español, haya sido metida, en los diccionarios, dentro de la letra "C" porque les da la gana a los editores, no hay otro argumento. De todos modos, yo no voy a discutir academicidades.
Me voy a fijar en una falta contra las normas de la Academia. El poder político es quien paga los sueldos y las ediciones de diccionarios y gramáticas de la Academia. Hay un caso que todos conocemos donde el poder político va y fija una norma ortográfica y, peor todavía, hablada y tenemos que tragarla. La Academia, ¿qué hace?, bajarse los pantalones y callarse la boca. Al poder político le ha salido de la entrepierna que digamos "Yirona" o "Yeida" o "Vilagarcía de Arousa" o "A Coruña". Por sus líos de pactos con los nacionalistas y por encumbrar públicamente el invento de las autonomías, esas palabras han sido declaradas oficiales en lo administrativo y han sido asumidas por el Estado Español. No hay ningún motivo lingüístico para imponerlas, la gente no habla así y hay palabras en español para nombrar lo mismo y no se puede alegar que son tecnicismos, neologismos o extranjerismos. Son imposiciones y nada más. La Academia no dice nada y renuncia a la toponimia del español pero el periodismo oficial ha aceptado la norma impuesta por el Estado y así podemos leerla en "El País", por ejemplo.
El periodismo, que vale para todo, tiene algunos periodistas que protestan contra estas palabras oficiales pero, a la vez, acepta su ortografía y su fonética. Tenemos el caso de los partes meteorológicos en Esradio. En esta emisora hay gente como Losantos y César Vidal que nunca aceptarán lo de "Yirona" y además lo argumentan sólidamente pero los jóvenes periodistas que están con un contrato de pocos meses y sueñan con triunfar en el periodismo, ¿qué van a hacer?. Éllos ven que el Estado dice "Yeida" y que "El Mundo" y el resto del periodismo escribe "Lleida", y éllos, al dar el parte de las temperaturas, siguen por ese camino y dicen lo mismo, de eso trata la Ortografía. ¿Porqué Losantos o Vidal no remedian lo que se dice en su emisora?. Esto que pasa en Esradio para en todo el periodismo, unos protestan y el medio como tal acata. Las reglas ortográficas son una confusión ordenada pero en cuanto al periodismo, lo que interesa son las otras reglas, las que hacen el periodismo.
Una de las cosas más llamativas que han pasdo en el periodismo es que César Vidal ha declarado que él (y Esradio) siguen un periodismo de principios. Es algo que cuadra con el moralismo de César Vidal pero no con Esradio o Losantos. Una de las cosas que han distinguido a Losantos es que es algo extraño, está a la vez en el periodismo y fuera del periodismo y los periodistas oficiales se distinguían por su odio a Losantos. En cuanto a los principios, Losantos siempre lo ha dicho claro: él tiene sus principios, que identifica con ciertos problemas históricos y sociales de España, y si el periodismo no los tiene, peor para el periodismo. Losantos, hace años, hizo un gran trabajo en señalar la falta de principios del periodismo. Sin embargo Vidal es diferente, como él es un tipo muy moralista, si él se dedica al periodismo, tiene que haber un periodismo con principios y ser el suyo. No sé. Además Vidal comete otro error, en la cuestión de Cataluña, Vidal ha visto bien de qué va el nacionalismo pero cuando habla del periodismo, dice que el nacionalismo controla el periodismo. No es cierto. El periodismo es incontrolable, es independiente y profesional, incluso en las dictaduras, el periodismo implica un acto de reconocimiento independiente. El periodismo catalán ha aceptado por sí solo el nacionalismo catalán y lo apoya, no hace falta que nadie lo controle. Por debajo del periodismo está la cuestión de la información que es esencial en la vida de las sociedades modernas donde millones de cosas cada día sólo son accesibles como información y el periodismo nos da la idea de que conseguimos atraparlas. En la Unión Soviética, se publicaban más periódicos cada día que en cualquier país democrático. En Cuba o en Venezuela, los jefes políticos más imbéciles, Castro, Chávez, ocupan horas y horas de televisión en persona. Unos de los problemas del periodismo español es que estaba completamente de acuerdo con el régimen franquista y transimitía perfectamente la idea de la Paz que era la idea dominante y al pasar por la Transición, el periodismo se tornó ultrapolítico porque en el franquismo el periodismo no hablaba de política de forma directa y así parece como si el periodismo hubiera hecho algo contra el franquismo y eso creó una retórica antifranquista inventada de un día para otro y que llega hasta nosotros. Hay muchas fabulaciones sobre la independencia y profesionalidad del periodismo pero el periodismo forma parte de lo social y lo humano sin separación posible. En las democracias este tinglado es más refinado y ahí tenemos el caso de Prisa, el hito máximo del periodismo español, donde la unión exitosa de periodismo y política es la clave de su funcionamiento. El periodismo prisaico ha hecho una norma de su unión con lo político que más le gusta y es el mejor periodismo de España, tiene sus principios y sus formas, es un periodismo que continuamente está señalando, a la vez, conquistas y denuncias sociales de manera que el seguidor de ese periodismo ve cómo avanza la sociedad, ve que hay motivos para precocuparse por las injusticias del mundo y que se puede luchar contra éllas y que algunas se van solucionando gracias a la acción de ciertos políticos. También Prisa es un periodismo de principios. Puestos a éllo hasta tenemos al padre Bru quien afirma el periodismo y el sacerdocio católico son dos formas de servir a la Verdad, no sé si es un disparate o una herejía pero es otro caso como el de César Vidal y su "periodismo de principios" que aparece en todo el periodismo excepto cuando Losantos tiene un buen día y nos acordamos de aquellos tiempos en Antena 3 cuando Losantos arremetía contra "El País" y la mitad de los contertulios se horrorizaba y salía en defensa del periodismo o cuando se ponía a discutir con el gran Pedro J sobre la responsabilidad de Telecinco y los telediarios progres en la muerte de los corresponsales de guerra porque les exigen muertos en directo para atacar a Bush y los americanos. Losantos explicaba que la corrupción felipista y pujolista sería imposible sin el éxito polanquista en el periodismo; lo malo es que a su alrededor no hay más que periodistas con ganas de hacer periodismo, más de lo mismo, y gente que busca un "periodismo de principios" porque cree en algunos principios que, al final, el periodismo se traga como todo lo demás. Esto es lo que pasa con las reglas del periodismo, que no hay más reglas que las suyas y ni todo el moralismo de César Vidal puede cambiarlo, lo del padre Bru sólo es hipérbole. Por cierto, he mencionado al gran Pedro J (J de "journalist"), otro que babea mucho sobre los principios del periodismo, en su caso internos, de mirarse al espejo: independencia y profesionalidad y todo eso que también usan otros para justificarse como la legión de inútiles que trabajan en las televisiones y radios autonómicas al servicio de su jefazo político de ocasión. No hay periodismo de principios, habrá principios y habrá periodismo pero si hay las dos cosas juntas el panorama es mucho peor de lo que imagino, menudos principios.
1.- El mundo cultural universitario, literario, editorial, pedagógico, periodístico, lo que se llama "la gran cultura" es, en nuestros días, mayoritariamente de izquierdas y es normalísimo que sea dominante en las Academias de la Lengua porque de ahí salen sus miembros. Es normal que esta o la otra normativa responda a sus manías: evitar el sexismo en las definiciones de las palabras, restar las fórmulas de respeto escritas a las altas dignidades que las poseían, etc. Todo eso no es más que espuma gráfica. Responde a una situación de poder en la cultura y nada más. Con otra mayoría habría otras normas y no serían más sabias.
2.- El modelo anglosajón, sin Academias, no me molesta nada. Los diccionarios en inglés son de los mejores del mundo y no los edita ninguna Academia. Eso no significa que la Ortografía funcione bien, de hecho es espantosa. Siento si alguien se ofende por que lo haya mencionado. Los lamentos de algunos intelectuales norteamericanos por no tener algo parecido a l'Academie son minoritarios en el mundo anglosajón. Yo no estoy preocupado porque haya más o menos Academias. No les hago caso.
3.- Alguien ha mencionado que la nueva normativa responde a las necesidades de la informática. No la he leído pero eso sería de lo más normal. Consideremos todas las cosas que se están digitalizando, pretenden ser todas. La normativa académica tiene que hacerlo también. Es inevitable. La escritura es fundamental para la informática. Otra cosa es que nos guste la digitalización universal pero ahí delante la tenemos. Podemos quejarnos pero es difícil de detener.
Saludos y que tengan Félices Días con DIOS.
PD: Estimado Exmilitante, favor de no poner comentarios Kilometricos (para eso estan los foros) y salirse del tema porfavor, por mi parte es lo último que le escribo sobre ese tema.
Para mí el mérito del Papa Juan Pablo II radica en su actividad, en todo lo que hizo por el mejoramiento humano y tanto con mayúscula como con minúscula el respeto está otorgado.
Muchas Gracias
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