Santidad, cuente conmigo
Cuando en el plano constitucional España está malherida a consecuencia del estatuto catalán. Cuando hoy, fiesta de San Pedro y San Pablo, todos miramos a Roma para demostrar nuestra comunión con el sucesor de Pedro.
Cuando ayer publicaba la prensa una carta colectiva firmada por más de millar de personas de todos los estratos sociales como adhesión al Papa Benedicto XVI, con motivo de su visita a Barcelona y Santiago de Compostela en la primera semana de noviembre, coordinada por www.bb16.org.
Los de siempre, los temerosos a la acción de la Iglesia, los que desearía verla desaparecer de la faz de la tierra, los que, con la boca pequeña dicen amarla, pero cuando llegan momentos como este nos dicen que somos la derecha católica que cierra filas con el Papa para recristianizar España.
Pues sí. Nos enorgullecemos de ser católicos que cerramos filas con el Papa.
No hacemos como los de siempre que hacen filas con la izquierda política deseando buscar las zonas oscuras, los pecados de la misma Iglesia, para echar bilis sobre sus personas e instituciones. Es esa izquierda eclesial que desearía que España saltara en pedazos yéndose el bien común moral de su unidad a hacerse añicos. Es esa izquierda eclesial que tiene miedo a reconocerse izquierda con el fin de seguir engañando a unos cuantos borregos más para mantenerlos estabulados hasta la muerte.
Es esa izquierda eclesial que se esconde por un par de portales digitales, donde demuestra, o pretende demostrar, la cuadratura del círculo. Cuando lo consigan me paso a sus filas. Seguro. Mientras sigo esperando sentado para no cansarme.
Pues sí, hoy, proclamo mi adhesión al Papa Benedicto XVI, ya he firmado on line la carta citada más arriba. Se puede hacer pinchando en www.bb16.org.
Mi intención en hacerlo, como todo lo que escribo en este blog es para ayudar a la evangelización de toda persona de buena voluntad que pone sus ojos sobre estas líneas, sea de la nación que sea, sea del partido que sea, sea quien sea, porque el mensaje de Cristo está dirigido a toda persona de buena voluntad.
Tomás de la Torre Lendínez
9 comentarios
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Pues, a juzgar por otros párafos de más arriba, padre, se diría que las firmas de adhesión a la visita del Papa no son para eso, sino contra alguien, ¡siempre contra alguien, ay...!
Aquí lo que quisieran muchos es comprarse el secreto de la izquierda y disfrutarlo a gusto pero es difícil si primero uno no proclama que es izquierda. Estaría bien (contra la costumbre del bloguero) dar algún caso concreto de izquierda con miedo al autorreconocimiento. Yo doy uno: Alberto Ruiz Gallardón, este hombre respeta los complicados tejemanejes de la izquierda más depurada: el déficit, la deuda, la causas justas (palestinos, matrimonios gays y las que vayan saliendo), suvenciones y alabanzas a los artistas progres, combate frente los monstruos de la derecha (léase "Esperanza Aguirre" contra la que ha soltado a su fiel escudero), fervor por PRISA y admiración por El Gran Wyoming, el mejor periodista según Gallardón. Si Alberto Ruiz Gallardón no se autorreconoce como izquierda es porque la mentira de la izquierda se ha desarrollado tanto y tan bien que es una trivialidad el reconocerlo; ya somos de izquierdas sin saberlo lo cual va contra el dogma primero de que el autorreconocimiento crítico (la famosa "toma de conciencia" ante la injusticia, etc., según el socialismo clásico) es el primer paso para ser de izquierdas. El hecho de que Gallardón no necesite reconocerse de izquierdas es el triunfo y la gozada de la mentira de la izquierda, una de las más grandes que hay. Es la izquierda feliz.
"No hacemos como los de siempre que hacen filas con la izquierda política deseando buscar las zonas oscuras, los pecados de la misma Iglesia, para echar bilis sobre sus personas e instituciones. Es esa izquierda eclesial que desearía que España saltara en pedazos yéndose el bien común moral de su unidad a hacerse añicos. Es esa izquierda eclesial que tiene miedo a reconocerse izquierda con el fin de seguir engañando a unos cuantos borregos más para mantenerlos estabulados hasta la muerte."
Estar con el Papa debería significar estar JUNTOS con el Papa. Y en esto no veo voluntad de unidad ni en unos ni en otros.
Ya he felicitado en LPD a tu marido por su onomástica. Me alegro de que siga recuperándose bien.
¡Dios bendiga a Benedicto!
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